martes, septiembre 19, 2017

Un último destello de gloria

Cassini sobrevivió más tiempo de lo esperado a su entrada en la atmósfera de Saturno.

Tuvo una vida brillante, y su final no pudo ser menos. A lo largo de los 13 años que se mantuvo en activo no dejó de sorprendernos, siempre moviéndose más allá de todas las expectativas, superando las diversas pruebas a las que se iba enfrentando, desde adentrarse en las plumas de Encélado hasta rozar el borde externo de los anillos o adentrarse en el espacio entre estos y el planeta, en algunos casos cruzando directamente a través del más interno de ellos. Y su final no podía ser menos. Ni tan solo en sus últimos momentos dejó se superar nuestros sueños.

Cuando Cassini se adentró en las capas altas de la atmósfera, quizás escuchando de nuevo lo que era estar rodeada de sonidos, lo hizo a una enorme velocidad 123,000 km/h, y sobretodo en un ángulo complicado, con la intención de tener la antena principal apuntando a La Tierra en todo momento y así transmitir en tiempo real lo que sus instrumentos iban registrando. No era sencillo mantenerse estable ante la creciente fricción atmosférica, y sus estabilizadores debería alcanzar su plena potencia un minuto después de la entrada, momento en que finalmente cedería a la presión y comenzaría a girar fuera de control, desintegrándose rápidamente. Y así ocurrió, pero como sabemos ahora la sonda no se rindió tan facilmente a su destino.

En sus días finales se estableció el momento en que la señal se perdería, cuando Cassini ya no podría resistir y desaparecería en el olvido: A las 11: 5:16 GMT, aproximadamente 1 minuto después de su entrada atmosférica. Pero ese momento pasó y la señal con los datos seguían llegando. Pasarían otros 30 eternos segundos hasta que finalmente llegara el silenció. La sonda aguantó más de lo esperado, seguramente por un mejor rendimiento de los impulsores, que aguantaron el tirón hasta superar en esos 30 segundos esa línea de no retorno. Incluso su temperatura interna se mantuvo estable en todo momento, hasta el mismísimo final. Todo un reconocimiento al espléndido trabajo realizado por todos aquellos que participaron en su diseño y construcción.

Cassini nació para ser grande, fue grande y murió como un grande. Su gloriosa misión terminó con una última luz igualmente gloriosa, recordando a todos, en esos momentos de despedida, cuan maravillosa  había sido. Y en nuestros corazones, seguirá siendo por siempre.

Un final resplandeciente para una vida que nos iluminó con sus maravillas. 

'It Went Perfectly': Cassini Saturn Probe Was a Pro to the Very End

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