jueves, junio 29, 2017

Caminos de soledad

Visitando a Curiosity.

La vida del explorador interplanetario es solitaria, más solitaria que nada que podamos imaginar. Observando sus imágenes, conociendo sus descubrimientos, nos sentimos cerca de ellos, pero en un sentimiento unilateral. Para cualquier sonda, para cualquier rover de superficie, la existencia está marcada por la soledad más absoluta, solo rota en los momentos en que se establece comunicación con La Tierra. Y estos son mucho más esporádicos de lo que imaginamos. El silencio es la norma. Una persona posiblemente no lo soportaría mucho mucho tiempo.

Marte puede parecer una excepción, ya que al fin y al cabo hasta 8 misiones, 6 orbitales y 2 en superficie, actualmente están en activo en el planeta. Puede parecer mucho, pero no dejan de ser puntos en la inmensidad. Curiosity y Opportunity recorren actualmente la superficie marciana, pero esta última es equivalente a toda la superficie emergida de nuestro planeta. Imaginemos que situamos uno de ellos algún lugar de la Península Ibérica  y otro en pleno desierto de Australia. Estarían en el mismo planeta, pero a la práctica sería como si estuvieran en diferentes Universos. Y eso es lo que ocurre en su rojizo mundo.

La Mars Reconnaissance Orbiter, con su inmensa capacidad óptica, es capaz de discernirlos claramente, y en ambos casos ofrece una cobertura que tiene un valor incalculable. Cada cierto tiempo los visita, ofreciéndoles a ellos la posibilidad de conocer el terreno que les rodea más allá de sus ojos, facilitando así  la selección de rutas y objetivos, y ofreciéndonos a nosotros la posibilidad de verlos con nuestro propios ojos. 

Así fue ese pasado 5 de Junio, cuando su potente cámara HiRise captó a Curiosity, en ese momento rodeado de un terreno cubiertos de rocas y arena oscura. Los colores están exagerados para discernir mejor las diferencias de los materiales presentes en la superficie, que es el verdadero objetivos de estas tomas, y por tanto el rover se manifiesta en unos tonos azulados que no corresponden a la realidad, pero ayuda a transmitir perfectamente la soledad que día a día, noche a noche, recorre este explorador, la mayor parte del tiempo de forma autónoma y sin contacto con sus creadores.

Es poco menos que un punto de el desierto, un ejemplo de los caminos de soledad que recorren nuestros enviados a otros mundos. Y así será hasta el final de sus días.

La reciente "visita" de Mars Reconnaissance Orbiter ocurrió durante el Sol 1717 de la misión de Curiosity.

También Opportunity es fotografiado de forma periódica. Como en el caso de Curiosity, para conocer mejor el terreno que los rodea, y que el, nos ayuda a trasmitir la soledad de su viaje.

Aunque ya veterana, la Mars Reconnaissance Orbiter sigue siendo una pieza clave para la exploración de la superficie, y apoyo fundamental de ambos rovers. 

NASA Mars Orbiter Views Rover Climbing Mount Sharp

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