miércoles, julio 27, 2016

Un lugar para la eternidad

Elegido el punto de descenso final de Rosetta.

La hemos acompañado en su viaje, hemos disfrutado de sus imágenes y descubrimientos, a través de ella vivimos la emoción la aventura de Philae, que cumplió con éxito sus objetivos mínimos, aunque no sin dejar su regusto amargo por lo que pudo ser y al final no fue. Pero al igual que esta última, también a ella le está llegando la hora de la despedida, el momento de poder punto final a su vida útil y emprender el viaje final para reunirse con su pequeña compañera. Un final espectacular para una misión que lo fue en todas su facetas.

Rosetta lleva acompañando al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko desde principios de 2014, después de un largo viaje de 10 años y una igualmente larga hibernación de 36 meses para afrontar sus momentos de máximo alejamiento del Sol. Lo acompañó en  su paso por el Perihelio, mostrando su actividad desde un punto de vista privilegiado, pero ese momento de esplendor está quedando ya atrás. Ambos, sonda y cometa, se están adentrando nuevamente en la oscuridad, ya han abandonado el Sistema Solar interior y se encuentran actualmente a 517 millones de Kilómetros del Sol, distancia que no deja de aumentar. Hasta algo más de 800 millones, punto que marca elAafelio de su órbita. La energía solar disponible disminuye sin parar, y eso, para una sonda que depende totalmente de ella para sobrevivir, significa el final.

Ante esta situación se debatieron dos opciones. La primera era ponerla de nuevo en hibernación, con la esperanza que fuera capaz de sobrevivir a esta travesía por la fría oscuridad, mucho más allá del Sol de lo que nunca había estado antes, para reiniciar las actividades posteriormente. Pero las opciones de que Rosetta superara esta situación sería realmente bajas, según los técnicos. Ni tan solo es probable que fuera capaz de generar suficiente energía para mantener activos los calentadores internos, vitales para evitar que su interior se congele más allá de toda posibilidad de resurrección. Por eso finalmente se decidió por la segunda: Enviar a Rosetta a la superficie del cometa, terminar su vida estrellándose contra ella.

Sin embargo la palabra "estrellar" no tiene nada que ver con lo que ocurrirá realmente. Posarse suavemente sería una definición más certera, ya que es eso precisamente lo que ocurrirá en las horas finales del 30 de Septiembre. Lentamente, muy lentamente, Rosetta irá descendiendo, tocando la superficie a cámara lenta, unos 50 Centímetros/Segundo, apenas la mitad de la velocidad a la que aterrizó Philae, tomando datos científicos hasta casi el último momento, manteniéndose el contacto constantemente con La Tierra para poder transmitirlos. Unos datos de valor extremo al ser desde tan y tan cerca, un último regalo para la Humanidad de esta maravillosa sonda.

Y que ocurrirá a continuación? Tocando la superficie tan lentamente, con una gravedad tan baja que su peso apenas será de unos cientos de gramos, es posible que sobreviva intacta. Ya tenemos ejemplos de ello en otras sondas, como la Hayabusa. Pero cualquier posibilidad de mantener el contacto después del aterrizaje dependería de que su antena de alta ganancia quedara apuntada hacia la Tierra, algo que es muy complicado que suceda. Por lo que lo más probable es que a las 10:30 UTC del 30 de Septiembre, momento previsto para su toma de contacto en la región denominada Ma’at, la maravillosa historia de Rosetta llegue a su final, y se una a Philae en su sueño eterno, quedando como testimonios para el futuro de que un día fuimos capaces de alcanzar y tocar un cometa, acompañando para siempre al cometa al cual ligó su destino. Un final triste, pero al mismo tiempo realmente hermoso.

El punto elegido para el aterrizaje. O al menos el punto donde Rosetta hará contacto con la superficie. Lo que puede ocurrir después está en mano del destino, aunque es posible que, como Philae, rebote en ella y termine en algún punto lejano.

A partir de Agosto Rosetta comenzará a cambiar su órbita, cada vez más elípticas que la pondrán progresivamente más cerca del cometa. Las últimas 6 semanas serán especialmente desafiantes para los controladores de vuelo, a medida que la sonda se adentre más y más en el desafiante entorno cometario, y deba compensar continuamente la influencia del irregular campo gravitatorio.

Posición del cometa y Rosetta el 30 de Septiembre, en algún punto entre Marte y Júpiter. A partir del 1 de Octubre, además, ambos estarán al otro lado del Sol con respecto la Tierra, lo que dificultaría o impediría por completo las transmisiones. Este factor también pesó a la hora de tomar la decisión de hacerla aterrizar y dar por concluida la misión.
 
El final se acerca, pero no por ello dejaremos de disfrutar de sus imágenes hasta el último día.

Rosetta finale set for 30 September

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