Actividad hidrotermal reciente podría estar detrás de los famosos puntos blancos de Ceres.
Han sido el centro de atención desde la llegada de Dawn, un elemento inesperado que daba un toque de misterio a un pequeño mundo por otra parte mucho más seco y accidentado de lo esperado, lleno de grandes cráteres tan agrestes que indicaban una menor presencia de hielo de agua de lo estimado anteriormente. Incluso se maneja la teoría que no estamos ante un cuerpo con un interior diferenciado, como ocurre con los planetas y grandes lunas, sino ante algo más homogeneizo, una masa rocosa mezclada con hielo, que quizás no representa más de 30 o 40% del total. Sin embargo estos últimos datos no quitan interés astrobiológico a Ceres. Bien al contrario, el más reciente de los estudios publicados nos señalan un nuevo escenario realmente apasionante. Y es que los famosos puntos blancos podrían ser la señal de la presencia, en tiempos recientes, o incluso hoy día, de actividad hidrotermal.
Esta son las conclusiones extraídas de los datos enviados por Dawn sobre la composición química del ya famoso cráter Occator, donde reside la mayor y más brillante de estos puntos blancos, así como de algunos de los otros 130 localizados en toda la superficie. Y si inicialmente se interpretaron como depósitos salinos, especialmente sulfato de magnesio, ahora nuevos análisis desvelan una historia mucho más complicada y fascinante, ya que delatan que en realidad el elemento dominante es el carbonato de sodio. Carbonatos, y en unas concentraciones nunca vistas fuera de la Tierra. ¿Y que importancia tiene algo así? Que se forman en zonas donde el agua tuvo presencia activa, especialmente allí donde existe actividad hidrotermal.
Más importante aún es que casi todos estos puntos blancos salinos están relacionados con cráteres. Teniendo en cuenta que estas sales no pudieron ser depositadas por el impacto de asteroides, eso significa que proceden del interior de Ceres, posiblemente por el agua que se filtró al exterior, se sublimó y dejó estos depósitos de sales como señal de su paso. El calor del impacto podría haber colaborado en la aparición y salida a la superficie del agua líquida, pero los astrónomos creen que en realidad tiene más que ver con el calor interno del propio planeta enano, más alto de lo que creía. Y en el caso de Occator, estamos hablando de un cráter de "solo" 80 millones de años, ayer mismo en tiempo cósmico.
El escenario que ahora se maneja es la existencia de actividad hidrotermal subterránea, que al fracturarse la corteza a causa del impacto, empujó el agua hacia la superficie. Y si este es el caso de Occator, que es tan joven, eso abre la intrigante posibilidad de que hasta tiempo recientes, e incluso hoy día, siga existiendo un océano, o al menos grandes depósitos allí donde la concentración de sales (que disminuye su punto de congelación) sean mayores. Teniendo en cuenta esta idea, uno no puede ver en el domo que corona Occator el lugar donde el agua emergió hacia el exterior, desapareciendo rápidamente una vez expuesta al vació, pero dejando atrás su valiosa carga de carbonatos.
Aunque quizás no tan espectacular como Plutón, con un aspecto más parecido a de nuestra Luna, ahora las cosas parecen haber cambiado radicalmente. Estos nuevos datos revelan, de confirmarse, un mundo no solo activo en tiempo recientes, sino con un notable potencial astrobiológico. Ceres no se resigna así a quedar a la sombra de ese lejano planeta enano, con el que comparte categoría, emergiendo ahora como un lugar digno de ser explorado en profundidad y desde la misma superficie. Quizás algún día.
Los datos del espectrómetro de luz visible e infrarrojos (visible and infrared mapping spectrometer o VIR) delatan la naturaleza carbonatada de la espectacular zona blanca de Occator. En rojo allí donde las concentraciones de carbonatos es más alta. En realidad no se había visto nada parecido fuera de la Tierra hasta ahora.
El otro lugar del Sistema Solar donde hemos detectado estos materiales, Encélado, donde la presencia de actividad hidrotermal es ahora evidente. También tenemos datos de la presencia de amoníaco, otro elemento que lo liga a esta luna de Saturno, y que refuerza la idea de que Ceres no se formó en su posición actual, sino en zonas mucho más alejadas del Sol.
Recent Hydrothermal Activity May Explain Ceres' Brightest Area
jueves, junio 30, 2016
miércoles, junio 29, 2016
Bailando con la oscuridad
Observando el centro de nuestra galaxia con el instrumento GRAVITY.
Podemos utilizar muchas expresiones para definir lo que entendemos por un agujero negro. Una de ellas sería la de un abismo sin fondo, de un pozo gravitatorio del que nada, una vez cruzada su frontera final, puede escapar. De la oscuridad más profunda. Por eso quizás el nombre escogido para uno de los prodigios tecnológicos que más recientemente se han añadido al arsenal de los observatorios terrestres, y que permitirá realizar observaciones y mediciones en el espacio profundo con una precisión hasta ahora no soñada, llevando la interferómetría (la técnica de combinar la luz de varios telescopios individuales para generar una común equivalente a un solo telescopio con el diámetro igual a la distancia que separa a los primeros) a un nuevo nivel, y que tiene el el monstruo que habita el centro de la Vía Láctea una de sus metas principales, no puede ser más acertado.
Conocido como GRAVITY, y operando con las cuatro Unidades de Telescopio (UT) de 8,2 metros del Very Large Telescope (VLT) de la ESO, recientemente realizó las primeras observaciones de la región que rodea al gran agujero negro del centro galáctico, conocido como Sgr A, dejando así una pincelada de lo que puede ser capaz de ofrecernos. La atención se centro en una estrella conocida como S2, que se encuentra en órbita alrededor del agujero negro (más allá del horizonte de sucesos, estos cuerpos actúan sobre su entorno como cualquier otro cuerpo masivo) en el centro de nuestra galaxia. Tan potente es GRAVITY que captó la luz de la débil estrella en tan sólo unos minutos de observación.
Esto tiene una gran trascendencia, porque a partir de los parámetros orbitales de un cuerpo que gira alrededor de otro, es posible extrapolar datos de este últimos. Y como este instrumento nos ofrecerá mediciones ultra-precisas del movimiento de S2 (equivalente a medir la posición de un objeto en la Luna con una exactitud de centímetros), podremos saber mucho más del oscuro abismo alrededor del cual se mueve, como su masa, así como determinar si el movimiento alrededor del agujero negro se ajusta o no a las predicciones de la teoría de la relatividad general de Einstein. "Fue un momento fantástico para todo el equipo cuando captamos la superposición de la luz emitida por la estrella por primera vez, después de ocho años de arduo trabajo", comenta el científico a cargo de GRAVITY Frank Eisenhauer del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre en Garching, Alemania."En primer lugar estabilizamos de forma activa la interferencia en una estrella brillante cercana, y luego sólo unos pocos minutos más tarde pudimos ver la interferencia proveniente de la débil estrella (seguido de numerosos choques de manos)". A primera vista, ni la estrella de referencia, ni la estrella en órbita tienen compañeros masivos que pudiesen complicar las observaciones y el análisis. "Son sondas ideales", explica Eisenhauer.
Y no puede llegar en mejor momento, ya que S2 se está precipitando a velocidades crecientes hasta el punto de su órbita más cercano a Sgr A. Será en 2018 cuando se sitúe a solo 17 Horas-luz del borde de la nada. Y aunque ese es una separación mucho mayor de la que existe, por ejemplo, entre el Sol y Júpiter, ese monstruo es tan masivo que la estrella se moverá entonces a 30 millones de kilómetros por hora, o lo que es lo mismos a 2,5% de la velocidad de la luz. En esos momentos los efectos relativistas, como el desplazamiento al rojo de la luz de este estrella y el de su órbita respecto a una elipse ideal (como el caso de Mercurio, pero 6.500 veces mayor) serán más evidentes. De no haber estado disponible, habríamos tenido que esperar otros 16 años, el tiempo que tarda S2 en completar una órbita.
No será ese el caso. Los telescopios del Very Large Telescope y GRAVITY estarán ahí para ver como esta estrella se mueve cerca del abismo, acelerando hasta velocidades extraordinarias antes de alejarse de nuevo, como si bailara con la oscuridad más profunda y aterradora.
El viaje de S2, que tendrá en 2018 su momento culminante. GRAVITY estará esperando.
Los 4 telescopios de 8.2 metros del Very Large Telescope y el recientemente instalado GRAVITY, que combina la luz de todos ellos. Un equipo que deberá llevarnos al borde del abismo que existe en el centro de la Vía Láctea.
Primeras observaciones exitosas con el instrumento GRAVITY al centro galáctico
Podemos utilizar muchas expresiones para definir lo que entendemos por un agujero negro. Una de ellas sería la de un abismo sin fondo, de un pozo gravitatorio del que nada, una vez cruzada su frontera final, puede escapar. De la oscuridad más profunda. Por eso quizás el nombre escogido para uno de los prodigios tecnológicos que más recientemente se han añadido al arsenal de los observatorios terrestres, y que permitirá realizar observaciones y mediciones en el espacio profundo con una precisión hasta ahora no soñada, llevando la interferómetría (la técnica de combinar la luz de varios telescopios individuales para generar una común equivalente a un solo telescopio con el diámetro igual a la distancia que separa a los primeros) a un nuevo nivel, y que tiene el el monstruo que habita el centro de la Vía Láctea una de sus metas principales, no puede ser más acertado.
Conocido como GRAVITY, y operando con las cuatro Unidades de Telescopio (UT) de 8,2 metros del Very Large Telescope (VLT) de la ESO, recientemente realizó las primeras observaciones de la región que rodea al gran agujero negro del centro galáctico, conocido como Sgr A, dejando así una pincelada de lo que puede ser capaz de ofrecernos. La atención se centro en una estrella conocida como S2, que se encuentra en órbita alrededor del agujero negro (más allá del horizonte de sucesos, estos cuerpos actúan sobre su entorno como cualquier otro cuerpo masivo) en el centro de nuestra galaxia. Tan potente es GRAVITY que captó la luz de la débil estrella en tan sólo unos minutos de observación.
Esto tiene una gran trascendencia, porque a partir de los parámetros orbitales de un cuerpo que gira alrededor de otro, es posible extrapolar datos de este últimos. Y como este instrumento nos ofrecerá mediciones ultra-precisas del movimiento de S2 (equivalente a medir la posición de un objeto en la Luna con una exactitud de centímetros), podremos saber mucho más del oscuro abismo alrededor del cual se mueve, como su masa, así como determinar si el movimiento alrededor del agujero negro se ajusta o no a las predicciones de la teoría de la relatividad general de Einstein. "Fue un momento fantástico para todo el equipo cuando captamos la superposición de la luz emitida por la estrella por primera vez, después de ocho años de arduo trabajo", comenta el científico a cargo de GRAVITY Frank Eisenhauer del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre en Garching, Alemania."En primer lugar estabilizamos de forma activa la interferencia en una estrella brillante cercana, y luego sólo unos pocos minutos más tarde pudimos ver la interferencia proveniente de la débil estrella (seguido de numerosos choques de manos)". A primera vista, ni la estrella de referencia, ni la estrella en órbita tienen compañeros masivos que pudiesen complicar las observaciones y el análisis. "Son sondas ideales", explica Eisenhauer.
Y no puede llegar en mejor momento, ya que S2 se está precipitando a velocidades crecientes hasta el punto de su órbita más cercano a Sgr A. Será en 2018 cuando se sitúe a solo 17 Horas-luz del borde de la nada. Y aunque ese es una separación mucho mayor de la que existe, por ejemplo, entre el Sol y Júpiter, ese monstruo es tan masivo que la estrella se moverá entonces a 30 millones de kilómetros por hora, o lo que es lo mismos a 2,5% de la velocidad de la luz. En esos momentos los efectos relativistas, como el desplazamiento al rojo de la luz de este estrella y el de su órbita respecto a una elipse ideal (como el caso de Mercurio, pero 6.500 veces mayor) serán más evidentes. De no haber estado disponible, habríamos tenido que esperar otros 16 años, el tiempo que tarda S2 en completar una órbita.
No será ese el caso. Los telescopios del Very Large Telescope y GRAVITY estarán ahí para ver como esta estrella se mueve cerca del abismo, acelerando hasta velocidades extraordinarias antes de alejarse de nuevo, como si bailara con la oscuridad más profunda y aterradora.
Los 4 telescopios de 8.2 metros del Very Large Telescope y el recientemente instalado GRAVITY, que combina la luz de todos ellos. Un equipo que deberá llevarnos al borde del abismo que existe en el centro de la Vía Láctea.
Primeras observaciones exitosas con el instrumento GRAVITY al centro galáctico
martes, junio 28, 2016
Las pequeñas páginas de un pasado aterrador
Las muestras traídas por Hayabusa delatan la cataclísmica historia del asteroide Itokawa.
Entre 2003 y 2010 asistimos a una de las odiseas más extraordinarias de la historia de la exploración espacial. No solo por la misión en si misma, que apuntaba hacia un ambicioso programa de exploración de este asteroide, incluida la extracción de muestras para llevarlas a la Tierra, sino que pudiera afrontara la sucesión de desgracias que se abatió sobre ella y al final, en un golpe de fortuna dentro de las olas de desgracia, consiguiera llevarse recoger material después de un no previsto aterrizaje sobre la superficie. El complejo sistema de recogida no funcionó, pero por azar ese contacto directo levantó algo del suelo del asteroide, y algo de el terminó dentro del receptáculo de recogida.
Tan accidental fue lo ocurrido que en realidad nadie sabía si Hayabusa, casi arrastrándose a causa de diversos problemas técnicos, había realmente recogido algo o si, por el contrario, dentro del módulo de muestras los técnicos de la JAXA no encontrarían nada de nada. Pero cuando finalmente llegó el día, la sonda se desintegró en la atmósfera terrestre sobre los cielos de Australia, y el módulo aterrizo en las desérticas planicies de esta isla-continente, los científicos japoneses (y por extensión de todo el mundo) pudieron celebrarla: Aunque en cantidades ínfimas, había muestras del asteroide, unos 1500 granos más pequeños que el grosor de un pelo humano. Un tesoro extraordinario, al ser material no alterado por la entrada atmosférica ni las condiciones del entorno, como suele ocurrir con los meteoritos. Y aún hoy bajo análisis.
Y el más reciente de todos ellos, realizado mediante la conocida como microtomografía computarizada de rayos X, nos revela ahora la violenta historia de Itokawa, y por extensión la que reinaba en el Sistema en tiempos pasados, desvelando diferentes patrones en la superficie de los granos de materia traída por Hayabusa. Un trabajo extraordinario si se tiene en cuenta el tamaño microscópico de todos ellos.
¿Que nos dicen estas señales del pasado? El más antiguo, fechado hace 4.500 millones de años, muestra de cristalización del calor intenso cuando era parte de un asteroide más grande. El segundo patrón indica una gigantesca colisión hace unos 1.300 millones, seguido de otro formado por la exposición al viento solar. Finalmente un 4º patrón se formó por la fricción entre ellas. La conclusión final es que Itokawa no siempre existió en su forma actual. Cuando nació era alrededor de 40 veces más grande de lo que es ahora. El asteroide original resultó destruido, y los investigadores piensan que el actual se reconstruyó a partir de fragmentos del cuerpo principal.
Si todavía hay alguna duda persistente sobre la naturaleza violenta de la historia del Sistema Solar, los granos que nos entrego Hayabusa en su odisea la disipa por completo, mostrando un Itokawa que sufrió una historia violenta y destructiva, siendo en realidad un resto de lo que fue antaño. El legado que dejó tras de si la sonda que superó lo imposible, que logró sobrevivir cuando todo parecía en contra, nos sigue sorprendiendo. Su viaje, tan agónico como heroico, valió la pena.
Itokawa visto por Hayabusa, cuya sombra se proyecta en la superficie. Su aspecto, casi como una montaña de fragmentos reunidos, refleja bien el que fue su agitado pasado.
Los patrones observados en los granos de material traído por Hayabusa. Todos ellos son como páginas de un libro, donde quedaron registrados los principales acontecimientos sufridos a lo largo de sus 4.500 millones de años de historia.
Los últimos momentos de Hayabusa. Su legado, en forma de granos de material extraídos de un asteroide, sigue ofreciendo nuevas noticias y sorpresas.
Returned Samples Of Asteroid Itokawa Show Violent 4.5 Billion Year History
Entre 2003 y 2010 asistimos a una de las odiseas más extraordinarias de la historia de la exploración espacial. No solo por la misión en si misma, que apuntaba hacia un ambicioso programa de exploración de este asteroide, incluida la extracción de muestras para llevarlas a la Tierra, sino que pudiera afrontara la sucesión de desgracias que se abatió sobre ella y al final, en un golpe de fortuna dentro de las olas de desgracia, consiguiera llevarse recoger material después de un no previsto aterrizaje sobre la superficie. El complejo sistema de recogida no funcionó, pero por azar ese contacto directo levantó algo del suelo del asteroide, y algo de el terminó dentro del receptáculo de recogida.
Tan accidental fue lo ocurrido que en realidad nadie sabía si Hayabusa, casi arrastrándose a causa de diversos problemas técnicos, había realmente recogido algo o si, por el contrario, dentro del módulo de muestras los técnicos de la JAXA no encontrarían nada de nada. Pero cuando finalmente llegó el día, la sonda se desintegró en la atmósfera terrestre sobre los cielos de Australia, y el módulo aterrizo en las desérticas planicies de esta isla-continente, los científicos japoneses (y por extensión de todo el mundo) pudieron celebrarla: Aunque en cantidades ínfimas, había muestras del asteroide, unos 1500 granos más pequeños que el grosor de un pelo humano. Un tesoro extraordinario, al ser material no alterado por la entrada atmosférica ni las condiciones del entorno, como suele ocurrir con los meteoritos. Y aún hoy bajo análisis.
Y el más reciente de todos ellos, realizado mediante la conocida como microtomografía computarizada de rayos X, nos revela ahora la violenta historia de Itokawa, y por extensión la que reinaba en el Sistema en tiempos pasados, desvelando diferentes patrones en la superficie de los granos de materia traída por Hayabusa. Un trabajo extraordinario si se tiene en cuenta el tamaño microscópico de todos ellos.
¿Que nos dicen estas señales del pasado? El más antiguo, fechado hace 4.500 millones de años, muestra de cristalización del calor intenso cuando era parte de un asteroide más grande. El segundo patrón indica una gigantesca colisión hace unos 1.300 millones, seguido de otro formado por la exposición al viento solar. Finalmente un 4º patrón se formó por la fricción entre ellas. La conclusión final es que Itokawa no siempre existió en su forma actual. Cuando nació era alrededor de 40 veces más grande de lo que es ahora. El asteroide original resultó destruido, y los investigadores piensan que el actual se reconstruyó a partir de fragmentos del cuerpo principal.
Si todavía hay alguna duda persistente sobre la naturaleza violenta de la historia del Sistema Solar, los granos que nos entrego Hayabusa en su odisea la disipa por completo, mostrando un Itokawa que sufrió una historia violenta y destructiva, siendo en realidad un resto de lo que fue antaño. El legado que dejó tras de si la sonda que superó lo imposible, que logró sobrevivir cuando todo parecía en contra, nos sigue sorprendiendo. Su viaje, tan agónico como heroico, valió la pena.
Itokawa visto por Hayabusa, cuya sombra se proyecta en la superficie. Su aspecto, casi como una montaña de fragmentos reunidos, refleja bien el que fue su agitado pasado.
Los patrones observados en los granos de material traído por Hayabusa. Todos ellos son como páginas de un libro, donde quedaron registrados los principales acontecimientos sufridos a lo largo de sus 4.500 millones de años de historia.
Returned Samples Of Asteroid Itokawa Show Violent 4.5 Billion Year History
lunes, junio 27, 2016
El camino de la fortuna
El Very Large Telescope capta nuevas y espectaculares imágenes en infrarrojo de Júpiter.
Todos los ojos están ya puestos sobre Júpiter, ahora que la cuenta atrás para la llegada de Juno se acerca a su momento culminante. Y no solo por parte del equipo en tierra de la sonda y las antenas de seguimiento de la NASA. Diversos observatorios terrestres, junto con aficionados de todo el mundo, han combinando sus esfuerzos para allanarle el camino, no tanto en su maniobra de llegada e inserción orbital, sino para el día después cuando llegue la hora desplegar toda su capacidad científica en el relativamente corto espacio que dispondrá para ello. Sus aportes ayudarán al equipo de Juno en la selección y programación de las diversas objetivos.
El mayor fruto de todo ello es el espectacular mapa en infrarrojos ofrecido por el instrumento VISIR, instalado en el Very Large Telescope. "Los esfuerzos mancomunados de un equipo internacional de astrónomos profesionales y aficionados, nos han proporcionado un magnífico conjunto de datos durante los últimos ocho meses. Junto con los nuevos resultados de Juno, la serie de datos VISIR, en particular, permitirá a los investigadores caracterizar la estructura térmica global, la cobertura de nubes y distribución de una variedad de gases presentes en Júpiter", explica Glenn Orton, líder de la campaña terrestre de apoyo a la misión Juno.
Aunque puede parecer sorprendente, ya que las sondas interplanetaria no tiene las limitaciones de los observatorios terrestres, entre ellos el tener que superar la turbulenta atmósfera de nuestro planeta, lo cierto es que siguen siendo más que importantes para planificar estas misiones a otros mundos, ofreciendo datos que permiten ajustar la trayectoria de estas, así como planificar su campaña científica. "Estos mapas ayudarán a definir el escenario que Juno registrará en los próximos meses. Las observaciones en diferentes longitudes de onda a través del espectro infrarrojo nos permitirán conformar una imagen tridimensional de cómo la energía y el material son transportados hacia arriba, a través de la atmósfera", explica el astrónomo Leigh Fletcher de la Universidad de Leicester, Reino Unido.
La captura de imágenes nítidas es uno de los mayores desafíos que enfrentan los telescopios terrestres, ya que la atmósfera terrestres es cualquier cosa menos tranquila y transparente. El parpadeo de las estrellas en la noche, que nunca se detiene y es fruto de dichas turbulencias, es un ejemplo claro de ello. Existen diversas técnicas para superar esta barrera. Y en el caso de las ahora obtenidas de Júpiter, se utilizó la conocida como lucky imaging (imagen afortunada), tan simple como complicada: Se toman miles de imágenes individuales, se seleccionan las menos afectadas por las turbulencias atmosféricas, que posteriormente son alineadas y combinadas para producir las asombrosas imágenes finales, como es el ahora el caso.
Una combinación afortunada para una sonda que necesitará de toda la suerte del mundo ante el tremendo, y al final mortal, reto se sumergirse en los letales campos de radiación de Júpiter y aproximarse a su nubosa superficie como nunca jamás se había hecho antes. Esperemos que la fortuna, al igual que estas imágenes, sean capaces de estar a su lado cuando llegue el momento.
Comparación de Júpiter en infrarrojos y el luz visible.
Creando una imagen afortunada.
Que la fortuna esté contigo, Juno.
Júpiter espera la llegada de Juno
Todos los ojos están ya puestos sobre Júpiter, ahora que la cuenta atrás para la llegada de Juno se acerca a su momento culminante. Y no solo por parte del equipo en tierra de la sonda y las antenas de seguimiento de la NASA. Diversos observatorios terrestres, junto con aficionados de todo el mundo, han combinando sus esfuerzos para allanarle el camino, no tanto en su maniobra de llegada e inserción orbital, sino para el día después cuando llegue la hora desplegar toda su capacidad científica en el relativamente corto espacio que dispondrá para ello. Sus aportes ayudarán al equipo de Juno en la selección y programación de las diversas objetivos.
El mayor fruto de todo ello es el espectacular mapa en infrarrojos ofrecido por el instrumento VISIR, instalado en el Very Large Telescope. "Los esfuerzos mancomunados de un equipo internacional de astrónomos profesionales y aficionados, nos han proporcionado un magnífico conjunto de datos durante los últimos ocho meses. Junto con los nuevos resultados de Juno, la serie de datos VISIR, en particular, permitirá a los investigadores caracterizar la estructura térmica global, la cobertura de nubes y distribución de una variedad de gases presentes en Júpiter", explica Glenn Orton, líder de la campaña terrestre de apoyo a la misión Juno.
Aunque puede parecer sorprendente, ya que las sondas interplanetaria no tiene las limitaciones de los observatorios terrestres, entre ellos el tener que superar la turbulenta atmósfera de nuestro planeta, lo cierto es que siguen siendo más que importantes para planificar estas misiones a otros mundos, ofreciendo datos que permiten ajustar la trayectoria de estas, así como planificar su campaña científica. "Estos mapas ayudarán a definir el escenario que Juno registrará en los próximos meses. Las observaciones en diferentes longitudes de onda a través del espectro infrarrojo nos permitirán conformar una imagen tridimensional de cómo la energía y el material son transportados hacia arriba, a través de la atmósfera", explica el astrónomo Leigh Fletcher de la Universidad de Leicester, Reino Unido.
La captura de imágenes nítidas es uno de los mayores desafíos que enfrentan los telescopios terrestres, ya que la atmósfera terrestres es cualquier cosa menos tranquila y transparente. El parpadeo de las estrellas en la noche, que nunca se detiene y es fruto de dichas turbulencias, es un ejemplo claro de ello. Existen diversas técnicas para superar esta barrera. Y en el caso de las ahora obtenidas de Júpiter, se utilizó la conocida como lucky imaging (imagen afortunada), tan simple como complicada: Se toman miles de imágenes individuales, se seleccionan las menos afectadas por las turbulencias atmosféricas, que posteriormente son alineadas y combinadas para producir las asombrosas imágenes finales, como es el ahora el caso.
Una combinación afortunada para una sonda que necesitará de toda la suerte del mundo ante el tremendo, y al final mortal, reto se sumergirse en los letales campos de radiación de Júpiter y aproximarse a su nubosa superficie como nunca jamás se había hecho antes. Esperemos que la fortuna, al igual que estas imágenes, sean capaces de estar a su lado cuando llegue el momento.
Comparación de Júpiter en infrarrojos y el luz visible.
Que la fortuna esté contigo, Juno.
Júpiter espera la llegada de Juno
domingo, junio 26, 2016
Post Vintage (190): Recuerdos del ayer
Mars Reconnaissance Orbiter podría haber encontrado los restos de la Mars-3, la primera sonda en aterrizar con éxito en Marte.
A las 13:50:35 GMT del 2 de Diciembre de 1971 la Humanidad pisaba por primera vez la superficie de otro mundo aparte de La Luna, en lo que parecía sería un nuevo y espectacular éxito espacial de la URSS, que de esta forma podría, aunque fuera solo parcialmente, devolver el golpe recibido por parte de los EEUU con los Apolo. Todo parecía haber funcionado adecuadamente, tanto el paracaídas como los retroimpuslores, y después de que los 4 pétalos de la cubierta se abrieran, empezó a transmitir apenas 90 segundos después de tocas la superficie del cráter Ptolomeo. Y entonces, a los 20 segundos, se hizo el silencio.
El destino de la soviética Mars-3 permaneció desde entonces envuelto en el misterio, aunque posiblemente la potente tormenta de polvo que afectaba la zona en el momento del aterrizaje tuvo algo que ver en su trágico destino. Una única imágen, solo transmitida en parte, es todo lo que nos llegó de ella, una panorámica sin detalles y muy poca iluminación (posiblemente a causa de esa misma tormenta) de algún lugar indeterminado, ya que no hubo tiempo para calcular su posición exacta antes de que se perdiera el contacto. Marte fue siempre un lugar "maldito" para los soviéticos (como posteriormente para los rusos), un mundo que, a diferencia de Venus, siempre se resistió a sus esfuerzos de conquista, y arrastró la que debía haber sido conocida como la primera sonda en aterrizar en el planeta rojo al olvido.
Un olvido que quizás está llegando a su fin gracias a la Mars Reconnaissance Orbiter y el trabajo conjunto de miles de observadores.
Fue en Noviembre de 2007 cuando esta sonda, mediante su cámara HiRISE, adquirió imágenes en alta resolución de la zona buscando cualquier señal de ella, pero sin éxito...la superficie era inmensa y lo que se buscaba, sin disponer de una localización más exacta, era tan pequeño que habría requerido el esfuerzo combinado de miles de observadores para encontrar lo que quedara de Mars-3. Precisamente el trabajo que Vitali Egorov y un amplio grupo de entusiastas han estado haciendo, impulsados por el deseo de encontrar lo que no deja de ser un trozo de historia de su país en otro mundo, analizando en profundidad cada detalle en busca de detalles que se adecuaran a la configuración del vehículo. Y finalmente dieron con la sonda perdida.
El siguiente paso era asegurarse y por ello Aleksandr Vasilievsky, del Instituto Vernadsky que Geoquímica y Química Analítica, contactó con el Alfred McEwen, investigador principal de HiRISE, para pedir que la MRO fotografiara los posibles restos de la Mars-3, cosa que así hizo este pasado 10 de Marzo.
Y ahi estaba, aunque como explica Alfred McEwen "juntas, este conjunto de características y su disposición sobre el terreno encaja con lo que se esperaría del módulo de aterrizaje Mars 3, pero las explicaciones alternativas no se puede descartar. Un análisis más detallado de los datos y futuras imágenes ayudarán a comprender mejor las formas tridimensionales que permita confirmar esta interpretación".
Los características observadas encajan bien con lo esperado, especialmente con lo que parece ser el paracaídas, cuyo diámetro aparente es precisamente el que se esperaría de el, mientras que el brillo con respecto al terreno circundante, que aumenta de una fotografía a otro (posiblemente por el cambio de la inclinación del Sol en cada momento o por la acción del viento, arrastrando parte del polvo acumulado) remarca que estamos ante algo diferente y ajeno al entorno. El que podría ser el módulo de descenso, con los retrocohetes y los cables que le unían a la Mars-3, también parecen estar ahí, mientras que la propia sonda, cerca de el, muestra una forma que encaja con la que se esperaría con los "pétalos" abiertos, maniobra que completó poco antes de perderse el contacto. El escudo térmico también se encuentra en las cercanías.
En conjunto, por tanto, todo parece apuntar que, finalmente, hemos encontrado a la Mars-3, la sonda soviética perdida que debería haber entrado en los libros de historia como la primera que aterrizaba con éxito en Marte, pero que el destino daría la espalda de la forma más cruel, junto cuando estaba abriendo los ojos a un nuevo mundo.
Los objetos observados por MRO y que parecen firmes candidatos a formar parte de la Mars-3, que llegaría a Marte 5 años antes que las Viking de la NASA.
El módulo de aterrizaje Mars-3, con los "pétalos" abiertos.
La primera y única fotografía enviada por la Mars-3, recibida solo de forma parcial, con muy baja iluminación y detalle, posiblemente a causa de la tormenta de polvo que azotaba la zona. Se especula que descargas eléctricas relacionadas con dicha tormenta dañaron sus sistemas, lo que explicaría la rápida pérdida de contacto. Fue la primera imagen enviada desde la superficie de Marte.
La misión Mars-3 se componía de una sonda orbital y un módulo de descenso, y aunque el primero se perdió el segundo permaneció en órbita marciana y reuniendo datos durante más de un año.
Prop-M, el pequeño rover que transportaba la Mars-3, unida a ella con un cable de unos 15 metros. de no haber fallado el contacto con la sonda se habría convertido en el primer vehículo móvil en tocar la superficie de Marte, 27 años antes de la Mars Pathfinder.
Un documental soviético sobre la Mars-3 y su hermana gemela, la Mars-2.
NASA Mars Orbiter Images May Show 1971 Soviet Lander
Encontrada la sonda soviética Mars 3
A las 13:50:35 GMT del 2 de Diciembre de 1971 la Humanidad pisaba por primera vez la superficie de otro mundo aparte de La Luna, en lo que parecía sería un nuevo y espectacular éxito espacial de la URSS, que de esta forma podría, aunque fuera solo parcialmente, devolver el golpe recibido por parte de los EEUU con los Apolo. Todo parecía haber funcionado adecuadamente, tanto el paracaídas como los retroimpuslores, y después de que los 4 pétalos de la cubierta se abrieran, empezó a transmitir apenas 90 segundos después de tocas la superficie del cráter Ptolomeo. Y entonces, a los 20 segundos, se hizo el silencio.
El destino de la soviética Mars-3 permaneció desde entonces envuelto en el misterio, aunque posiblemente la potente tormenta de polvo que afectaba la zona en el momento del aterrizaje tuvo algo que ver en su trágico destino. Una única imágen, solo transmitida en parte, es todo lo que nos llegó de ella, una panorámica sin detalles y muy poca iluminación (posiblemente a causa de esa misma tormenta) de algún lugar indeterminado, ya que no hubo tiempo para calcular su posición exacta antes de que se perdiera el contacto. Marte fue siempre un lugar "maldito" para los soviéticos (como posteriormente para los rusos), un mundo que, a diferencia de Venus, siempre se resistió a sus esfuerzos de conquista, y arrastró la que debía haber sido conocida como la primera sonda en aterrizar en el planeta rojo al olvido.
Un olvido que quizás está llegando a su fin gracias a la Mars Reconnaissance Orbiter y el trabajo conjunto de miles de observadores.
Fue en Noviembre de 2007 cuando esta sonda, mediante su cámara HiRISE, adquirió imágenes en alta resolución de la zona buscando cualquier señal de ella, pero sin éxito...la superficie era inmensa y lo que se buscaba, sin disponer de una localización más exacta, era tan pequeño que habría requerido el esfuerzo combinado de miles de observadores para encontrar lo que quedara de Mars-3. Precisamente el trabajo que Vitali Egorov y un amplio grupo de entusiastas han estado haciendo, impulsados por el deseo de encontrar lo que no deja de ser un trozo de historia de su país en otro mundo, analizando en profundidad cada detalle en busca de detalles que se adecuaran a la configuración del vehículo. Y finalmente dieron con la sonda perdida.
El siguiente paso era asegurarse y por ello Aleksandr Vasilievsky, del Instituto Vernadsky que Geoquímica y Química Analítica, contactó con el Alfred McEwen, investigador principal de HiRISE, para pedir que la MRO fotografiara los posibles restos de la Mars-3, cosa que así hizo este pasado 10 de Marzo.
Y ahi estaba, aunque como explica Alfred McEwen "juntas, este conjunto de características y su disposición sobre el terreno encaja con lo que se esperaría del módulo de aterrizaje Mars 3, pero las explicaciones alternativas no se puede descartar. Un análisis más detallado de los datos y futuras imágenes ayudarán a comprender mejor las formas tridimensionales que permita confirmar esta interpretación".
Los características observadas encajan bien con lo esperado, especialmente con lo que parece ser el paracaídas, cuyo diámetro aparente es precisamente el que se esperaría de el, mientras que el brillo con respecto al terreno circundante, que aumenta de una fotografía a otro (posiblemente por el cambio de la inclinación del Sol en cada momento o por la acción del viento, arrastrando parte del polvo acumulado) remarca que estamos ante algo diferente y ajeno al entorno. El que podría ser el módulo de descenso, con los retrocohetes y los cables que le unían a la Mars-3, también parecen estar ahí, mientras que la propia sonda, cerca de el, muestra una forma que encaja con la que se esperaría con los "pétalos" abiertos, maniobra que completó poco antes de perderse el contacto. El escudo térmico también se encuentra en las cercanías.
En conjunto, por tanto, todo parece apuntar que, finalmente, hemos encontrado a la Mars-3, la sonda soviética perdida que debería haber entrado en los libros de historia como la primera que aterrizaba con éxito en Marte, pero que el destino daría la espalda de la forma más cruel, junto cuando estaba abriendo los ojos a un nuevo mundo.
Los objetos observados por MRO y que parecen firmes candidatos a formar parte de la Mars-3, que llegaría a Marte 5 años antes que las Viking de la NASA.
El módulo de aterrizaje Mars-3, con los "pétalos" abiertos.
La primera y única fotografía enviada por la Mars-3, recibida solo de forma parcial, con muy baja iluminación y detalle, posiblemente a causa de la tormenta de polvo que azotaba la zona. Se especula que descargas eléctricas relacionadas con dicha tormenta dañaron sus sistemas, lo que explicaría la rápida pérdida de contacto. Fue la primera imagen enviada desde la superficie de Marte.
La misión Mars-3 se componía de una sonda orbital y un módulo de descenso, y aunque el primero se perdió el segundo permaneció en órbita marciana y reuniendo datos durante más de un año.
Prop-M, el pequeño rover que transportaba la Mars-3, unida a ella con un cable de unos 15 metros. de no haber fallado el contacto con la sonda se habría convertido en el primer vehículo móvil en tocar la superficie de Marte, 27 años antes de la Mars Pathfinder.
NASA Mars Orbiter Images May Show 1971 Soviet Lander
Encontrada la sonda soviética Mars 3
sábado, junio 25, 2016
Las lejanas puertas hacia un nuevo mundo
¿Podría Curiosity aproximarse a una de las misteriosas "líneas recurrentes"?
Son uno de los fenómenos más intrigantes de Marte, una serie de oscuras y alargadas manchas que se forman en algunas pendientes marcianas de forma estacional, coincidiendo con los momentos más cálidos del año marciano. Su aspecto nos hizo asociarlas rápidamente con el fluir del agua ladera abajo, y los datos de la sonda Mars Reconnaissance Orbiter no hicieron sino confirmar, o al menos ofrecer pruebas sólidas, de que estábamos ante lo que parecía: Agua líquida, posiblemente saturada de sales, corriendo por la superficie o justo por debajo de ella. No resulta extraño que estén catalogadas como "regiones especiales", lugares que deberán ser exploradas tomando toda una serie de precauciones extra para evitar contaminación biológica alguna.
Aunque pasarán muchos años antes de que se haga realidad el sueño de alcanzar las que se conocen como RSL (recurring slope lineae) y estudiarlas de forma directa, Curiosity podría ofrecer la posibilidad de observar de cerca al menos dos de ellas, que en algún momento, en su ascenso por Aeolis Mons, estarán al alcance de sus instrumentos ópticos. Especialmente del Remote Micro-Imager (parte de ChemCam). El objetivo sería el estudio de la zona a lo largo de un periodo de tiempo suficientemente amplio como para detectar algún cambio, y permitiendo descartar otras posibles causas, tales como avalanchas secas.
Curiosity no puede aproximarse demasiado, entre otras cosas porque no cumple las condiciones de seguridad biológica adicionales que ahora se exige para poder llegar hasta ellas. Así, la pregunta es hasta cuan cerca de una RSL puede situarse con plena seguridad de no afectarla en ningún aspecto. "Esa es exactamente la cuestión que debe abordarse al comienzo del proceso", explica Catharine Conley, oficial de protección planetaria de la NASA."A Kilómetros de distancia es poco probable que fuera un problema. En términos de aproximarnos mucho más, tenemos que entender con suficiente antelación la posibilidad de que organismos terrestres puedan salir del rover, y eso nos dirá a qué distancia debemos mantenernos". Conley señala que si bien el ambiente de Marte se considera hostil para muchos organismos, no es necesariamente el caso de todos ellos, en particular de microbios que podrían estar escondidos dentro de los recovecos de un explorador robótico.
Si la exploración de Marte continúa, si ponemos el pié en el planeta de forma definitiva, es cuestión de tiempo que lleguemos hasta el lugar donde, de forma estacional, se manifiestan las RSL, con todo lo que ello puede significar. Pero mucho antes de que eso ocurra quizás Curiosity nos ofrezca la primera imagen cercana de ellos, de las puertas de acceso hacia, quizás, lo más trascendental que jamás hayamos encontrado.
Curiosity está diseñado para localizar y estudiar zonas que pudieran haber sido aptas para la vida en Marte, no para encontrar vida propiamente dicha. Por eso aproximarse demasiado a un lugar con tanto potencial para la vida como los RSL no le está permitido. Pero podría, con su potente instrumental óptico, ofrecer una visión cercana del fenómeno.
NASA Weighs Use of Rover to Image Potential Mars Water Sites
Son uno de los fenómenos más intrigantes de Marte, una serie de oscuras y alargadas manchas que se forman en algunas pendientes marcianas de forma estacional, coincidiendo con los momentos más cálidos del año marciano. Su aspecto nos hizo asociarlas rápidamente con el fluir del agua ladera abajo, y los datos de la sonda Mars Reconnaissance Orbiter no hicieron sino confirmar, o al menos ofrecer pruebas sólidas, de que estábamos ante lo que parecía: Agua líquida, posiblemente saturada de sales, corriendo por la superficie o justo por debajo de ella. No resulta extraño que estén catalogadas como "regiones especiales", lugares que deberán ser exploradas tomando toda una serie de precauciones extra para evitar contaminación biológica alguna.
Aunque pasarán muchos años antes de que se haga realidad el sueño de alcanzar las que se conocen como RSL (recurring slope lineae) y estudiarlas de forma directa, Curiosity podría ofrecer la posibilidad de observar de cerca al menos dos de ellas, que en algún momento, en su ascenso por Aeolis Mons, estarán al alcance de sus instrumentos ópticos. Especialmente del Remote Micro-Imager (parte de ChemCam). El objetivo sería el estudio de la zona a lo largo de un periodo de tiempo suficientemente amplio como para detectar algún cambio, y permitiendo descartar otras posibles causas, tales como avalanchas secas.
Curiosity no puede aproximarse demasiado, entre otras cosas porque no cumple las condiciones de seguridad biológica adicionales que ahora se exige para poder llegar hasta ellas. Así, la pregunta es hasta cuan cerca de una RSL puede situarse con plena seguridad de no afectarla en ningún aspecto. "Esa es exactamente la cuestión que debe abordarse al comienzo del proceso", explica Catharine Conley, oficial de protección planetaria de la NASA."A Kilómetros de distancia es poco probable que fuera un problema. En términos de aproximarnos mucho más, tenemos que entender con suficiente antelación la posibilidad de que organismos terrestres puedan salir del rover, y eso nos dirá a qué distancia debemos mantenernos". Conley señala que si bien el ambiente de Marte se considera hostil para muchos organismos, no es necesariamente el caso de todos ellos, en particular de microbios que podrían estar escondidos dentro de los recovecos de un explorador robótico.
Si la exploración de Marte continúa, si ponemos el pié en el planeta de forma definitiva, es cuestión de tiempo que lleguemos hasta el lugar donde, de forma estacional, se manifiestan las RSL, con todo lo que ello puede significar. Pero mucho antes de que eso ocurra quizás Curiosity nos ofrezca la primera imagen cercana de ellos, de las puertas de acceso hacia, quizás, lo más trascendental que jamás hayamos encontrado.
Curiosity está diseñado para localizar y estudiar zonas que pudieran haber sido aptas para la vida en Marte, no para encontrar vida propiamente dicha. Por eso aproximarse demasiado a un lugar con tanto potencial para la vida como los RSL no le está permitido. Pero podría, con su potente instrumental óptico, ofrecer una visión cercana del fenómeno.
NASA Weighs Use of Rover to Image Potential Mars Water Sites
viernes, junio 24, 2016
Islas en la tormenta
El observatorio solar STEREO-A nos regala una maravillosa secuencia con la Tierra. Marte y Plutón.
Somos parte de la gran familia solar, hijos de una estrella que nos mantiene atados con firmeza, nos ilumina y calienta, al mismo tiempo que nos rodea con su mortífera respiración, de la que nuestro campo magnético y densa atmósfera nos protege lo suficiente como para permitir nuestra existencia. El Sol es fuente de vida, pero también de muerte. Solo el filtro natural que nos rodea y aísla en parte de su influencia hace que esta primera faceta de su naturaleza sea la única que realmente percibimos en el día a día. Afortunadamente.
Por eso necesitamos los observatorios solares. Ellos nos ofrecen esa visión global del Sol tan necearía para comprenderlo, y llegado el caso, adelantarnos a sus furiosos golpes. STEREO-A es uno de ellos. Antes tenía un compañero, STEREO-B, con el cual se perdió el contacto en 2014, y con el cual era posible una campaña de observación solar en tres dimensiones, monitorizando la actividad solar desde distintos ángulos de visión. Básicamente eran, salvando las distancias, como nuestros ojos, que permiten al cerebro generar una imagen tridimensional de su entorno. Su pérdida fue un gran golpe, pero STEREO-A, por si solo, sigue siendo un más que eficiente observador del Sol.
Y en ocasiones nos hace regalos extraordinarios. Así se puede definir la posibilidad de ver a nuestro planeta, Marte y Plutón juntos en una misma panorámica, con la Vía Láctea de fondo y el viento solar moviéndose a través de la imagen como las aguas de un caudaloso rio. Es el maravilloso resultado de una observación "rutinaria" de los movimientos de la Heliosfera, realizada por su cámara HI-1 (Heliospheric Imager 1), que tiene una abertura de 20º y se mantiene siempre fuera del alcance de la luz solar directa, mortífera de necesidad para un instrumento tan sensible. Y en ese momento los 3 mundos estaban presentes en su campo de visión, quedando así inmortalizados.
En la inmensidad aquí reflejada, la Tierra, al igual que el resto de sus hermanos planetarios, parece una diminuta isla perdida en un océano tormentoso lleno de peligros. Y hasta cierto punto así es. Una realidad solo palpable desde la distancia.
Secuencia con los 3 mundos juntos en el campo de visión de STEREO-A. Plutón, aunque señalado, no es aquí directamente visible a nuestro ojos, ya que es un cuerpo muy lejano y tenue.
STEREO-A, ahora un observador del Sol solitario después de perder a su hermano gemelo. Pero sigue siendo capaz de cumplir su propia misión de vigilancia solar, y en ocasiones sorprendernos con sus imágenes.
Wow! Spacecraft Spots Earth, Mars and Pluto's Position in Time-Lapse Sequence
Somos parte de la gran familia solar, hijos de una estrella que nos mantiene atados con firmeza, nos ilumina y calienta, al mismo tiempo que nos rodea con su mortífera respiración, de la que nuestro campo magnético y densa atmósfera nos protege lo suficiente como para permitir nuestra existencia. El Sol es fuente de vida, pero también de muerte. Solo el filtro natural que nos rodea y aísla en parte de su influencia hace que esta primera faceta de su naturaleza sea la única que realmente percibimos en el día a día. Afortunadamente.
Por eso necesitamos los observatorios solares. Ellos nos ofrecen esa visión global del Sol tan necearía para comprenderlo, y llegado el caso, adelantarnos a sus furiosos golpes. STEREO-A es uno de ellos. Antes tenía un compañero, STEREO-B, con el cual se perdió el contacto en 2014, y con el cual era posible una campaña de observación solar en tres dimensiones, monitorizando la actividad solar desde distintos ángulos de visión. Básicamente eran, salvando las distancias, como nuestros ojos, que permiten al cerebro generar una imagen tridimensional de su entorno. Su pérdida fue un gran golpe, pero STEREO-A, por si solo, sigue siendo un más que eficiente observador del Sol.
Y en ocasiones nos hace regalos extraordinarios. Así se puede definir la posibilidad de ver a nuestro planeta, Marte y Plutón juntos en una misma panorámica, con la Vía Láctea de fondo y el viento solar moviéndose a través de la imagen como las aguas de un caudaloso rio. Es el maravilloso resultado de una observación "rutinaria" de los movimientos de la Heliosfera, realizada por su cámara HI-1 (Heliospheric Imager 1), que tiene una abertura de 20º y se mantiene siempre fuera del alcance de la luz solar directa, mortífera de necesidad para un instrumento tan sensible. Y en ese momento los 3 mundos estaban presentes en su campo de visión, quedando así inmortalizados.
En la inmensidad aquí reflejada, la Tierra, al igual que el resto de sus hermanos planetarios, parece una diminuta isla perdida en un océano tormentoso lleno de peligros. Y hasta cierto punto así es. Una realidad solo palpable desde la distancia.
STEREO-A, ahora un observador del Sol solitario después de perder a su hermano gemelo. Pero sigue siendo capaz de cumplir su propia misión de vigilancia solar, y en ocasiones sorprendernos con sus imágenes.
Wow! Spacecraft Spots Earth, Mars and Pluto's Position in Time-Lapse Sequence
jueves, junio 23, 2016
La oscura llamada del planeta azul
El telescopio Hubble detecta la formación de una nueva "Mancha Oscura" en Neptuno.
El paso fugaz de la Voyager 2 nos ofreció la primera y, hasta el momento, única oportunidad de estudiarlo directamente, a corta distancia. Fue suficiente para mostrar que este gigante, teñido de un azul intenso (en parte por la presencia de Metano, pero que sigue sin ser explicado totalmente), era un mundo extraordinariamente dinámico, con vientos terroríficos de 2000 Kilómetros/Hora y una atmósfera turbulenta, que tenía en la Gran Mancha Oscura su máximo expresión. A pesar de su distancia al Sol y de recibir muy poco calor por su parte, que hace que las capas superiores experimenten temperaturas de -220 Cº, todo esto indicó que contaba con una fuente activa de calor en su corazón, que alimentaba toda esta actividad. De lo contrario, de depender solo de la radiación solar, le sería imposible. Su fuente y el motivo por el que parece generar mucho más que Urano (ambos tiene temperaturas parecidas a pesar de estar uno mucho más lejos del Sol que el otro) sigue siendo otro de los enigmas que lo rodean.
Voyager 2 nos dejó así un primer retrato en profundidad del más lejano planeta conocido, que ofrecía tantas respuestas como generaba nuevos enigmas. Y posiblemente más de los segundos. Desde entonces no son pocos los astrónomos que sueñan con una nueva misión a Neptuno y su hermano Urano, los "gigantes helados", que difieren totalmente de Júpiter y Saturno, aunque tendamos a agruparlos en una misma familia. Solo los observatorios terrestres, con las limitaciones de la distancia, han seguido monitorizando este lejano mundo azul.
De todos ellos es ahora el Hubble quién nos trae nuevas noticias de Neptuno. Y es que una nueva gran mancha oscura está haciendo acto de aparición, llenando el vacío dejado por la que vimos en las imágenes de la Voyager 2, que se desvaneció en 1994. Aunque es fácil imaginarlas como gigantescas tormentas, en realidad se tratan de sistemas de altas presiones, "como enormes montañas gaseosas en forma de lente", explica Mike Wong, uno de los descubridores."Y las nubes que las acompañan son similares a las denominadas nubes orográficas, que se forman sobre las montañas terrestres". Precisamente la aparición de estas brillantes nubes de metano helado, arremolinadas alrededor de una zona del planeta, hizo sospechar que se estaba naciendo una nueva mancha oscura, ya que su aparición altera las corrientes de aire existentes, impulsando algunas de ellas hacia mayores alturas, donde las temperaturas son más bajas. Suficientes como para que estas se formen. Como brillantes "delatoras" de lo que estaba ocurriendo por debajo de ellas.
Los vórtices oscuros de Neptuno han exhibido una diversidad sorprendente en los últimos años, en términos de tamaño, forma y estabilidad (cambiando de latitud, y en ocasiones acelerando o frenando). También aparecen y desaparecen en escalas de tiempo mucho más cortas en comparación con los de Júpiter, que evolucionan a lo largo de décadas. Son todo un misterio, uno de los no pocos que envuelven al más lejano de los planetas. La Voyager 2 escribió las primeras páginas de su exploración. Esperemos que algún día alguien recoja el testigo allí donde esta lo dejó.
Imagen del telescopio espacial Hubble confirmando la presencia de un vórtice oscuro en la atmósfera de Neptuno. La imagen de luz visible de la izquierda muestra que la mancha oscura reside cerca y por debajo de un grupo de nubes brillantes en el hemisferio sur del planeta. La imagen en la parte inferior derecha muestra que el vórtice se ve mejor en longitudes de onda azules.
La Gran Mancha Oscura, quizás la característica atmosférica más destacada cuando llegó la Voyager 2, en 1989. Poco después, en 1994, ya se había desvanecido.
Tantas maravillas aún por explorar, tantos enigmas aún por desvelar...
Hubble Imagery Confirms New Dark Spot on Neptune
El paso fugaz de la Voyager 2 nos ofreció la primera y, hasta el momento, única oportunidad de estudiarlo directamente, a corta distancia. Fue suficiente para mostrar que este gigante, teñido de un azul intenso (en parte por la presencia de Metano, pero que sigue sin ser explicado totalmente), era un mundo extraordinariamente dinámico, con vientos terroríficos de 2000 Kilómetros/Hora y una atmósfera turbulenta, que tenía en la Gran Mancha Oscura su máximo expresión. A pesar de su distancia al Sol y de recibir muy poco calor por su parte, que hace que las capas superiores experimenten temperaturas de -220 Cº, todo esto indicó que contaba con una fuente activa de calor en su corazón, que alimentaba toda esta actividad. De lo contrario, de depender solo de la radiación solar, le sería imposible. Su fuente y el motivo por el que parece generar mucho más que Urano (ambos tiene temperaturas parecidas a pesar de estar uno mucho más lejos del Sol que el otro) sigue siendo otro de los enigmas que lo rodean.
Voyager 2 nos dejó así un primer retrato en profundidad del más lejano planeta conocido, que ofrecía tantas respuestas como generaba nuevos enigmas. Y posiblemente más de los segundos. Desde entonces no son pocos los astrónomos que sueñan con una nueva misión a Neptuno y su hermano Urano, los "gigantes helados", que difieren totalmente de Júpiter y Saturno, aunque tendamos a agruparlos en una misma familia. Solo los observatorios terrestres, con las limitaciones de la distancia, han seguido monitorizando este lejano mundo azul.
De todos ellos es ahora el Hubble quién nos trae nuevas noticias de Neptuno. Y es que una nueva gran mancha oscura está haciendo acto de aparición, llenando el vacío dejado por la que vimos en las imágenes de la Voyager 2, que se desvaneció en 1994. Aunque es fácil imaginarlas como gigantescas tormentas, en realidad se tratan de sistemas de altas presiones, "como enormes montañas gaseosas en forma de lente", explica Mike Wong, uno de los descubridores."Y las nubes que las acompañan son similares a las denominadas nubes orográficas, que se forman sobre las montañas terrestres". Precisamente la aparición de estas brillantes nubes de metano helado, arremolinadas alrededor de una zona del planeta, hizo sospechar que se estaba naciendo una nueva mancha oscura, ya que su aparición altera las corrientes de aire existentes, impulsando algunas de ellas hacia mayores alturas, donde las temperaturas son más bajas. Suficientes como para que estas se formen. Como brillantes "delatoras" de lo que estaba ocurriendo por debajo de ellas.
Los vórtices oscuros de Neptuno han exhibido una diversidad sorprendente en los últimos años, en términos de tamaño, forma y estabilidad (cambiando de latitud, y en ocasiones acelerando o frenando). También aparecen y desaparecen en escalas de tiempo mucho más cortas en comparación con los de Júpiter, que evolucionan a lo largo de décadas. Son todo un misterio, uno de los no pocos que envuelven al más lejano de los planetas. La Voyager 2 escribió las primeras páginas de su exploración. Esperemos que algún día alguien recoja el testigo allí donde esta lo dejó.
Imagen del telescopio espacial Hubble confirmando la presencia de un vórtice oscuro en la atmósfera de Neptuno. La imagen de luz visible de la izquierda muestra que la mancha oscura reside cerca y por debajo de un grupo de nubes brillantes en el hemisferio sur del planeta. La imagen en la parte inferior derecha muestra que el vórtice se ve mejor en longitudes de onda azules.
La Gran Mancha Oscura, quizás la característica atmosférica más destacada cuando llegó la Voyager 2, en 1989. Poco después, en 1994, ya se había desvanecido.
Tantas maravillas aún por explorar, tantos enigmas aún por desvelar...
Hubble Imagery Confirms New Dark Spot on Neptune
miércoles, junio 22, 2016
Encontrándose con uno mismo
Los mejores "selfie" de las diversas misiones interplanetarias.
Es una moda nacida, como muchas otras, del ambiente televisivo. Un autoretrato realizado por la presentadores de los Oscars de 2014 Ellen Degeneres junto a nombres tan famosos como Brad Pitt, Angelina Jolie, Jared Leto, Meryl Streep, Jennifer Lawrence, Bradley Cooper y Julia Roberts, se convirtió en la sensación del evento, y rápidamente popularizado por las redes sociales. No es que el concepto se inventara en ese momento, pero ciertamente lo convirtió en un fenómeno que aún sigue hoy día. Y hasta puntos absurdos, como muestran los casos de personas que han perdido la vida buscando el selfie (como ahora se conoce popularmente) más espectacular. Cosa de la gente y su tendencia para dejarse arrastrar.
Pero como hemos comentado, los selfies (siguiendo con la expresión) no son un invento genial de Ellen Degeneres, sino algo que existe desde el día en que desarrollamos la tecnología de plasmar en imágenes nuestro entorno. En la Tierra y fuera de ella. Y como no podría ser de otra forma, siendo este un blog de temática espacial, es aquí donde nos centraremos. En concreto en aquellas sondas interplanetarias, orbitales y de superficie, que se han fotografiado a si mismas, recordándonos quienes están detrás de esas imágenes maravillosas, al mismo tiempo que somos conscientes de su soledad, navegando en un oscuro océano que parece infinito:
1) Curiosity: Sin lugar a dudas los más espectaculares. Su potente cámara MAHLI, situada en el extremo de su brazo robótico, le permite fotografiarse a si mismo, algo que hace con relativa frecuencia cada vez que llega a una zona interesante para realizar extracción de material para su análisis. Aunque en realidad sus selfies son combinaciones de innumerables fotografías individuales, ensambladas para formar una única vista panorámica, el resultado no puede ser más espectacular, transmitiendo la sensación de como sería recorrer el planeta rojo y encontrarnos de repente con este colosal emisario terrestre.
2) Spirit y Opportunity: Incluso sin estar dotado de nada parecido a lo de Curiosity, también se las arreglaron para generar selfies de si mismos, formados por imágenes individuales tomadas desde una de las cámaras panorámicas situadas en la "cabeza" de ambos rovers. Por ello el mástil y esta última, situada en su extremo superior, no son visibles, aunque si la sombra que proyectan.
3) Mars Phoenix: También esta sonda de superficie disponía de una cámara situada en el extremo de su brazo robótico. Fue quién nos permitió ver los "ojos" de la sonda, el Surface Stereo Imager, recortándose en el cielo marciano, así como los depósitos de hielo que quedaron al descubierto bajo ella por los impulsores de frenado
4) Mars Pathfinder: El pequeño rover Sojourner, que la acompañó en su viaje sin retorno a Marte, nos ofreció la posibilidad de ver a esta última al completa, desplegada en la superficie sobra sus descinchados Airbgas.
5) Rosetta: Otro ejemplo de como un pequeño pasajero en la sonda principal puede ofrecernos la posibilidad de verla en su conjunto. Este es el caso de la ya desaparecida Philae, que fotografió a Rosetta poco después de separarse de ella e inicial el que sería un accidentado viaje hacia la superficie.
6) Philae: Rosetta no quiso ser menor, y también capto a la que había sido su compañera de viaje mientras se alejaba hacia su destino final.
7) IKAROS: La vela solar lanzada por Japón fue todo un éxito, y para comprobar que se había despegado tal como estaba previsto, se incluyeron 2 pequeñas cámaras autónomas, que en el momento elegido se separaron de la nave y la fotografiaron desde la distancia, enviando la información a la Tierra antes de perderse definitivamente.
8) Minerva: Hayabusa disponía de un pequeño módulo de aterrizaje, que debería haberse posado sobre el asteroide Itokawa, pero como otras tantas cosas en esta misión, falló. Las cámaras de la sonda pudieron verlo alejarse en la distancia.
9) Beagle 2: Otro "selfie" de un fracaso. Mars Express pudo captarla alejarse hacia Marte mediante una pequeña cámara incorporada con este objetivo.
10) Chang'e 3 y Yutu: China marcó un nuevo hito en su programa espacial al lograr posarse en la superficie lunar y depositar un rover en ella. Ambos vehículos se fotografiaron mutuamente, dejando constancia así de que el gigante asiático va en serio en sus ambiciones más allá de la Tierra.
12) Chang'e 2: Antes de que la 3 tocara la superficie, su predecesora marcó el camino entrando en órbita lunar. Una cámara situada estratégicamente para visualizar el impulsor permitió captar como este se activaba para frenar y permitir la captura.
Los autoretratos (o los Selfie, para seguir la corriente) son tan antiguos como la fotografía misma. Aunque la fuerza de las modas haga que no pocos piensen que es algo moderno, reciente y que te hace estar "al día". En el espacio se llevan haciendo años. Y son mucho más guapos.
National Selfie Day: Spacecraft self-portraits
Es una moda nacida, como muchas otras, del ambiente televisivo. Un autoretrato realizado por la presentadores de los Oscars de 2014 Ellen Degeneres junto a nombres tan famosos como Brad Pitt, Angelina Jolie, Jared Leto, Meryl Streep, Jennifer Lawrence, Bradley Cooper y Julia Roberts, se convirtió en la sensación del evento, y rápidamente popularizado por las redes sociales. No es que el concepto se inventara en ese momento, pero ciertamente lo convirtió en un fenómeno que aún sigue hoy día. Y hasta puntos absurdos, como muestran los casos de personas que han perdido la vida buscando el selfie (como ahora se conoce popularmente) más espectacular. Cosa de la gente y su tendencia para dejarse arrastrar.
Pero como hemos comentado, los selfies (siguiendo con la expresión) no son un invento genial de Ellen Degeneres, sino algo que existe desde el día en que desarrollamos la tecnología de plasmar en imágenes nuestro entorno. En la Tierra y fuera de ella. Y como no podría ser de otra forma, siendo este un blog de temática espacial, es aquí donde nos centraremos. En concreto en aquellas sondas interplanetarias, orbitales y de superficie, que se han fotografiado a si mismas, recordándonos quienes están detrás de esas imágenes maravillosas, al mismo tiempo que somos conscientes de su soledad, navegando en un oscuro océano que parece infinito:
1) Curiosity: Sin lugar a dudas los más espectaculares. Su potente cámara MAHLI, situada en el extremo de su brazo robótico, le permite fotografiarse a si mismo, algo que hace con relativa frecuencia cada vez que llega a una zona interesante para realizar extracción de material para su análisis. Aunque en realidad sus selfies son combinaciones de innumerables fotografías individuales, ensambladas para formar una única vista panorámica, el resultado no puede ser más espectacular, transmitiendo la sensación de como sería recorrer el planeta rojo y encontrarnos de repente con este colosal emisario terrestre.
2) Spirit y Opportunity: Incluso sin estar dotado de nada parecido a lo de Curiosity, también se las arreglaron para generar selfies de si mismos, formados por imágenes individuales tomadas desde una de las cámaras panorámicas situadas en la "cabeza" de ambos rovers. Por ello el mástil y esta última, situada en su extremo superior, no son visibles, aunque si la sombra que proyectan.
3) Mars Phoenix: También esta sonda de superficie disponía de una cámara situada en el extremo de su brazo robótico. Fue quién nos permitió ver los "ojos" de la sonda, el Surface Stereo Imager, recortándose en el cielo marciano, así como los depósitos de hielo que quedaron al descubierto bajo ella por los impulsores de frenado
4) Mars Pathfinder: El pequeño rover Sojourner, que la acompañó en su viaje sin retorno a Marte, nos ofreció la posibilidad de ver a esta última al completa, desplegada en la superficie sobra sus descinchados Airbgas.
5) Rosetta: Otro ejemplo de como un pequeño pasajero en la sonda principal puede ofrecernos la posibilidad de verla en su conjunto. Este es el caso de la ya desaparecida Philae, que fotografió a Rosetta poco después de separarse de ella e inicial el que sería un accidentado viaje hacia la superficie.
6) Philae: Rosetta no quiso ser menor, y también capto a la que había sido su compañera de viaje mientras se alejaba hacia su destino final.
7) IKAROS: La vela solar lanzada por Japón fue todo un éxito, y para comprobar que se había despegado tal como estaba previsto, se incluyeron 2 pequeñas cámaras autónomas, que en el momento elegido se separaron de la nave y la fotografiaron desde la distancia, enviando la información a la Tierra antes de perderse definitivamente.
8) Minerva: Hayabusa disponía de un pequeño módulo de aterrizaje, que debería haberse posado sobre el asteroide Itokawa, pero como otras tantas cosas en esta misión, falló. Las cámaras de la sonda pudieron verlo alejarse en la distancia.
9) Beagle 2: Otro "selfie" de un fracaso. Mars Express pudo captarla alejarse hacia Marte mediante una pequeña cámara incorporada con este objetivo.
10) Chang'e 3 y Yutu: China marcó un nuevo hito en su programa espacial al lograr posarse en la superficie lunar y depositar un rover en ella. Ambos vehículos se fotografiaron mutuamente, dejando constancia así de que el gigante asiático va en serio en sus ambiciones más allá de la Tierra.
11) Mars Reconnaissance Orbiter: Dos semanas antes de su llegada a órbita marciana, el instrumento Mars Climate Sounder, diseñado para estudiar la atmósfera del planeta rojo en luz visible/infrarroja, fue capaz de captar parte de la propia sonda en esta última.
12) Chang'e 2: Antes de que la 3 tocara la superficie, su predecesora marcó el camino entrando en órbita lunar. Una cámara situada estratégicamente para visualizar el impulsor permitió captar como este se activaba para frenar y permitir la captura.
Los autoretratos (o los Selfie, para seguir la corriente) son tan antiguos como la fotografía misma. Aunque la fuerza de las modas haga que no pocos piensen que es algo moderno, reciente y que te hace estar "al día". En el espacio se llevan haciendo años. Y son mucho más guapos.
National Selfie Day: Spacecraft self-portraits