domingo, enero 18, 2015

Post Vintage (123): 11 millones de Kilómetros sobre el Everest

Así fue la primera fotografía de La Tierra y La Luna juntas desde la distancia.

Era un 18 de Septiembre de 1977 y la Voyager 1 se alejaba rápidamente de nuestro planeta, después de ser lanzada 13 días antes desde Cabo Cañaveral, siguiendo la estela de su hermana Voyager 2, que había despegado dos semanas antes y a la que pronto superaría en su viaje sin retorno hacia las estrellas. En ese momento, y ya a algo más de 11 Millones de Kilómetros de distancia, miró hacia atrás con sus cámaras recién activadas y tomo la que sería la primera de la larga serie de fotografías para la historia que nos enviaría con los años: La Tierra y La Luna juntas en el espacio.

No era la primera imágen de ambos mundos en el espacio, pero hasta ese momento todas habían sido desde la órbita terrestre o desde la lunar, en este último caso a cargo de vehículos como los Apolo, por lo que, pese a todo, carecían de la amplitud de miras suficiente para hacernos sentir realmente que eramos parte de un pequeño planeta y su satélite que viajaban a través de la oscuridad alrededor del Sol. La fotografía de la Voyager 1, que nos miraba desde mucho más allá de La Luna, sería la primera en conseguirlo realmente.

El Extremo Oriente, el Pacífico Occidental y parte del Artico fueron las zonas terrestres que estaban iluminadas por la luz solar en ese momento, mientras que con respecto a la superficie la Voyager 1 estaba situada justo en la vertical del Everest, la montaña más alta del mundo con respecto al nivel del mar. En una hermosa casualidad del destino la primera fotografía tomada de nuestro mundo desde mucho más allá de La Luna se encontraba, precisamente, sobre el lugar que, durante la mayor parte de la historia de la Humanidad, fue el punto más alto al que podíamos soñar alcanzar algún día. Dificilmente podría haber mejor símbolo de todo lo que significa la carrera espacial.

Evidentemente después de esta llegarían otras, mejores y en algunos casos, como las tomadas desde Marte por las diversas sondas en órbita o en superficie, desde Mercurio por la MESSENGER, por la Cassini desde Saturno o por la propia Voyager 1, en 1990, desde más allá de Neptuno, mucho más espectaculares, pero la tomada ese día de Septiembre de 1977 se puede considerar, en toda justicia, la que cambió de forma definitiva la forma de ver a nuestro mundo pequeño y azul.

13 años y 6.000 millones de Kilómetros después la Voyager hizo sus últimas fotografía antes de desconectar su sistema óptico. Y, como si fuera una forma simbólica de cerrar lo que había empezado en 1977, nuestro planeta, ya convertido en un punto apenas visible, sería nuevamente el protagonista.

11 años antes, el 23 de Agosto de 1966, la sonda Lunar Orbiter I nos ofreció la primera imagen conjunta de La Tierra y La Luna desde la prespectiva de esta segunda. Sería el paso previo a lo que nos ofrecería la Voyager 1 una década después.

La Tierra desde la superficie de Marte, vista por Spirit. La exploración espacial, más que cualquier otro campo de la ciencia y la tecnología, es la que realmente cambió para siempre la visión de nuestro mundo.

La cima del mundo, no la montaña más alta pero si la que se eleva a mayor altura con respecto el nivel del mar, y por tanto el punto más elevado del planeta. Desde su vertical, a 11 millones de Kilómetros de su cima, la Voyager 1 observó nuestro planeta.

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