La hojas del calendario seguen cayendo, y con ellas los aparentemente claros y definidos pasos en la estrategia espacial del gigante asiático, que sigue cubriendo etapas en lo que parece un ambicioso plan de exploración de nuestro satélite. Si La Chang´e 3 y el rover Yutu dejaron clara la capacidad china de aterrizar en el, y la Chang´e 4, una versión mejorada de estos últimos, partirá en 2016, la Chang’e 5 deberá en 2017 ir aún más allá, recogiendo muestras de la superficie y lanzado desde ella su etapa superior para encontrarse con la sonda que la estará esperando en órbita lunar, para seguidamente regresar ambos a La Tierra y concluir con el lanzamiento de una cápsula con el material selenita para su posterior recuperación. Pero los técnicos chinos querían poner a prueba toda esta tecnología y así nació Chang’e 5-T1.
Está fue lanzada este pasado 23 de Octubre, a las 17:59 UTC, desde el Centro espacial Xichang, en la provincia de Sichuan. La nave de prueba se separó del cohete portador, un Larga Marcha-3C/G2, y entró en la órbita esperada poco después del lanzamiento. La misión tendrá una duración prevista de unos 8 días, durante los cuales dará media órbita alrededor de La Luna (como hizo, por ejemplo, el Apolo 10 en su momento) y regresará a La Tierra el 31 de octubre, lanzando la cápsula para su posterior recuperación cuando aterrize en algún punto de Mongolia Exrterior. El objetivo de esta sonda, básicamente una réplica de la Chang’e 2 con la cápsula sobre ella, es validar las tecnologías de reingreso (dirección, navegación y control, escudo térmico, trayectoria, ect..), caminos ya transitados hace tiempo por EEUU y Rusia, pero que para China es un horizonte completamente nuevo, que además de está dando un claro liderato ante el aparente desinterés por nuestro satélite de los primeros y los problemas presupuestarios de los segundos.
Uno de los elementos más curiosos de esta misión, y que será sin duda terreno abierto a las especulaciones sobre los objetivos chinos a medio y largo plazo es precisamente la cápsula, que puede considerarse una versión en miniatura del módulo de descenso de la nave tripulada Shenzhou. A esto se le añade la forma como realizará el aterrizaje, utilizando una maniobra conocida como de reentrada doble, en que a una primera zambullida en la atmósfera para frenar su velocidad (de 11 a 8 Kilómetros/segundo), después de la cual saldrá de nuevo fuera de ella, le seguirá el segundo y definitivo descenso, que es, precisamente, lo que hacían las Apolo norteamericanas o Zond/7K-L1 soviéticas.
Teniendo en cuenta que una reducción en la aceleración es vital en el descenso de una nave tripulada, pero no para una misión automática, y que el ascenso y reunión en órbita lunar también tiene parecidos evidentes con las Apolo, es dificil no atar cabos y ver en la Chang’e 5-T1 una amplia prueba no solo para misiones automáticas de recogida de muestras y su traslado a La Tierra, sino también los primeros pasos, quizás, de futuros vuelos tripulados a La Luna. O quizás no. Con China nunca se sabe pero sería una sorpresa que no fuera así.
Como siempre, cuando hablamos su programa espacial, con un acceso a la información siempre limitada, solo podemos esperar, deducir lo que está por venir a partir de lo que vamos conociendo y observar como se desarrolla y que sorpresas nos trae consigo. De momento la siguiente página de su plan lunar se encuentra ya camino hacia nuestro satélite.
El lanzamiento de la Chang’e 5-T1 desde el Beijing Aerospace Control Center.
Estructura de esta corta misión, con una sonda parecida a las Chang´e1 y 2 a la que va acoplada la cápsula de prueba.
La cápsula de retorno de la Chang’e 5-T1 (arriba), y la cápsula de retorno de la nave tripulada Shenzhou 10. Los parecidos son más que evidentes. ¿La primera señal de los siempre supuestos futuros vuelos tripulados a La luna por parte de China?
Junto con la Chang’e 5-T1 viaja la mini-sonda luxemburgués 4M (Manfred Memorial Moon Mission) desarrollada por LuxSpace, la primera misión lunar financiada de forma privada.
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podrías ampliar la noticia sobre el descubrimiento de dos familias de cometas en la estrella beta pictoris, gracias.
ResponderEliminar¿Que sucedería si las agencias espaciales funcionaran como una sola?. ¿La investigación sería mas lenta o es mejor la competencia?.
ResponderEliminarYo siempre he sido más partidario de la competencia que de la colaborción. Está en la naturaleza humana ser competitivo y me temo que una sola agencia global, sin competencia, se vería mucho más lastrada por la falta de visión política y las "tijeras presupuestarias" de lo que lo están las actuales.
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