Mangalyaan y MAVEN llegaron en el más excepcional de los escenarios, no solo por estar separadas por apenas unas horas en su trayectoria, sino porque su entrada en órbita estuvo condicionada de una forma que ninguna otra sonda en la historia afrontó nunca. Normamente, como se suele hacer en estos casos, a su llegada abría seguido un amplio periodo de puesta a punto de los instrumentos y un lento y bién calculado ajuste orbital, pero el Universo, de forma inesperada, decidió hacernos un regalo excepcional, una maravillosa sorpresa para todos los astrónomos del mundo que lo condicionó todo, tanto para estas recién llegadas como para las ya veteranas, incluido los 2 exploradores situados en la superficie.
Y este regalo fue Siding Spring, un nuevo cometa recién entrado por primera vez en el Sistema Solar, un trozo inalterado de un pasado remoto llegado desde la Nube de Oort, descubierto en 2013 y cuya trayectoria le llevaba directamente hacia Marte. Con el paso del tiempo y el ajuste de los cálculos lo que al principio parecía que podía ser una colisión se convirtió en una aproximación y lo que inicialmente se pensaba que era un objeto de decenas de Kilómetros de diámetro se fue reduciendo hasta apenas 1.000-700 Metros, pero no por ello el interés disminuyó en absoluto. Al contrario, esto permitió respirar tranquilo a los miembros del los equipos de las diversas sondas orbitales, ya que a la amenazante sombra de un planeta rodeado por la Coma y cola del cometa, que podría representar un peligro evidentes para ellas, dada la gran velocidad relativa entre ambos cuerpos (56 Kilómetros/segundo), se remplazó un escenario más inofensivo, al mismo tiempo que se mantenía todo el potencial científico de una observación a tan corta distancia.
7 sondas (Mars Express, Mars Reconnaissance Orbiter, Mars Odysey, MAVEN, Mangalyaan, Curiosity y Opportunity) lo esperan ya, una constelación de exploradores como nunca se formó en otro mundo, con cada uno de los orbitadores maniobrando a lo largo del tiempo para asegurarase que Marte se situa entre ellos y el visitante, especialmente en el momento crítico, 95 minutos después del encuentro propiamente dicho, cuando el planeta y con el sus compañeros terrestres, crucen el plano orbital del cometa. Aunque todos los cálculos indican que no debería haber peligro alguno para ellas, especialmente ahora que sabemos su pequeño tamaño, lo único de su naturaleza como cometa que nunca visitó antes el Sol lo hace aún más imprevisible que los que ya tienen una larga lista de encuentros con nuestra estrellas.
La pequeña sonda india era la última que quedaba por ajustar su órbita, y esta se produjo esta pasado 3 de Octubre, cuando con un encendido de su impulsor principal la ISRO se aseguró que también ella se encuentra a salvo por detrás de Marte, y que la distancia mínima con Siding Spring no se sitúe por debajo de los 140.000 Kilómetros.
Quizás lo más extraordinario de todo, la máxima expresión de este golpe de fortuna planetaria, es que la llegada de este cometa tan cerca de Marte coincida precisamente y de forma casual con la llegada de 2 sondas como MAVEN y Mangalyaan, especialmente diseñadas, sobretodo en el caso de la primera, para estudiar las capas exteriores de la atmósfera marciana, lo que permitirá asistir en primera fila a la posible interacción entre estas y el polvo cometario. Sus observaciones ayudarán a determinar la proporción de ciertos isótopos presentes en Siding Spring, lo que podría permitir establecer la frecuencia con la que Marte ha sido visitado por "nuevos cometas" en el pasado, y por extensión, otros planetas como La Tierra. El resto de sondas, cada una con instrumentos únicos, también colaborarán en ofrecernos la más amplia visión del encuentro.
El 19 de Octubre, aún más de lo que es habitual, todos los ojos se centrarán en Marte, mientras la gran flota de sondas exploradoras que el destino hizo coincidir en el tiempo y el espacio para asistir a este momento histórico girarán todos sus instrumentos hacia un objetivo que nunca estuvo en la mente de sus diseñadores. Como dice el refrán la suerte hay que buscarla y en el caso del planeta rojo no hemos dejado de hacerlo desde hace décadas. En unos días tendremos la mejor de las recompensas.
El cometa Siding Spring, comparado con el actualmente visitado por la sonda Rosetta. Aunque inicialmente se creía que era mucho más grande las amplias campañas de observación han reducido drásticamente su diámetro. Aún así el interés por este trozo de un pasado situado a 4.500 Millones de años de distancia, sigue inalterado. Este último es tremendamente oscuro, como todos los demás visitados por sondas espaciales y que se aproximan regularmente el Sol. ¿Será Siding Spring distinto?
Los 7 magníficos de Marte, los exploradores que el destino puso en Marte coincidiendo con la llegada de este cometa.
El mómento crítico llegará 95 minutos después del encuentro, cuando Marte cruce la cola del cometa. Las estimaciones han reducido drásticamente el riesgo para las sondas orbitales, pero este no es 0, especialmente para un "nuevo cometa", que ahora mismo presenta un nivel de actividad por debajo de lo esperado, pero cuya situación podría invertirse de forma inesperada.
El cometa en el cielo de Gale. Aunque en principio no parece que se vaya a producir nada parecido si nos atenemos a las últimas simulaciones, existe la posibilidad de una lluvia de estrellas, y tanto Curiosity como Opportunity están ya listos para intenar observarla.
La NASA realizará un amplio seguimiento del encuentro, tanto desde sus sondas en Marte como desde diversos observatorios orbitales, como por ejemplo el Hubble, el SOHO y el Spitzer.
Una visión quizás idializada sobre lo que podría ver Opportunity, pero que esconde una verdad indiscutible, y es que sumará a su ya legendario legado científico un encuentro cometario. Poco más se le puede pedir ya a este veterano entre veteranos.
I'll save you, robots!
Comet Siding Spring: Close Call for Mars, Wake Up Call for Earth?
El fascinante encuentro de Marte con el cometa Siding Spring
Esperemos hallan excelentes imágenes tomadas por los orbitadores así como de los rovers al cometa Siding Spring por su paso cercano a Marte.
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