viernes, septiembre 19, 2014

En el espacio nadie oirá tus problemas

La sonda Dawn retrasa un mes su lllegada a Ceres despues de recuperarse de la inesperada anomalía sufrida en su impulsor iónico.

Las relativamente numerosas sondas interplanetarias actualmente en servicio y los sucesivos éxitos recientes, incluida la inminente llegada de MAVEN y Mangalyaan a Marte, el encuentro de Rosetta con el cometa Churyumov–Gerasimenko o el cada vez más cercano encuentro de la New Horizons con Plutón, nos dan una sensación de seguridad, de que estos viajeros cruzan el espacio con la misma elegancia que un gran barco lo haría por un mar en total calma, que las cosas pueden complicarse una vez alcanzado el óbjetivo, pero que la travesía propiamente dicha es un momento de tranquilidad donde poco o nada puede ir mal. No es más que una ilusión fruto del extraodinario trabajo de sus equipos en tierra, pero en ocasiones la realidad parece querer que recuperemos la prespectiva y nos golpea cuando menos lo esperamos.

Y así ocurrió recientemente con la sonda Dawn, ahora en camino hacia su encuentro con Ceres, el planeta enano que domina el Cinturón de asteroides. Habitualmente viajando en silencio y solo comunicándose de forma periódica para reportar su estado, este pasado 11 de Septiembre dió un buen susto a los ingenieros de la misión cuando comprobaron que había entrado de forma imprevista en "modo seguro" y que por ello el impulsor iónico, que debería haber estado en funcionamiento en ese momento, se encontraba inactivo. El 15 de Septiembre se reanudó su actividad normal, pero esta alteración en el plan de impulsión significa que no llegará a su objetivo hasta Abril de 2015, un mes más tarde de lo previsto.

Después de investigar la causa, el equipo Dawn determinó que se encontraban en un escenario parecido al vivido 3 años atrás, durante su aproximación a Vesta: Un componente eléctrico del sistema de propulsión iónica fue deshabilitado por el impacto de una partícula de radiación de alta energia."Hemos seguido la misma estrategia que se implementó hace tres años para recuperarse de un impacto de radiación similar, cambiando a uno de los otros motores de iones y a un controlador electrónico diferente, para poder asi reanudar la propulsión rápidamente", explica el director de la misión Dawn y jefe de ingenieros Marc Rayman "Tenemos un plan en marcha para reactivar este componente ahora desactivado a finales de este año".

No fue el único problema aparentemente causado por este golpe de radiación, ya que también quedó afectada la capacidad de apuntar la antena principal hacia La Tierra, por lo que se tuvo que utilizar las señales más débiles de otra antena, frenando así su progreso, situación aún más complicada debido a la distancia a la que se encuentra actualmente de nuestro planeta, y que implica que las señales de radio tardan 53 minutos en llegar, y lo mismo la respuesta necesaria. Aunque no se determinó con exactitud la causa última de este segundo fallo, podría explicarse por una partícula de alta energía que corrompió el software del ordenador principal, y en última instancia la situación se solucionó con un reinicio de los sistemas, lo que hizo que todo regresara a la normalidad.

Dawn es una misión extremadamente compleja, la única sonda que es capaz de entrar en órbita alrededor de uno cuerpo celeste (Vesta), para desligarse después de el y seguir su camino hacia el segundo y definitivo objetivo (Ceres), donde entrará de nuevo en órbita, todo ello posible gracias a su sistema de impulsión iónico, que le ofrece una capacidad de maniobra que ninguan otra tiene actualmente. Es vital que funcione a la perfección, y  nuevamente la extrema profesionalidad de los ingenieros en tierra, sumada a la experiencia de algo ya vivido con anterioridad, permitió devolver las aguas a su cauce en apenas 96 horas. 


Aunque el precio a pagar son 30 días de retraso. Un castigo pequeño si se tiene en cuenta que su fallo total abría significado el final de la misión, ya que es imprescindible tanto para alcanzar Ceres como para entrar en órbita a su alrededor. Y, por encima de todo, un recordatorio que en el espacio interplanetario nunca puedes bajar la guardia.

Vesta (izquierda), visitado en 2011 y 2012, y Ceres, un cuerpo clasificado como Planeta Enano, igual que Plutón, de casi 1.000 kilómetros de diámetro, aparentemente esférico, con señales de algún tipo de actividad geológica y que promete no menos emociones que la New Horizons, con la diferencia de que en esta caso permanecerá a su lado para estudiarlo con profundidad.

El complejo viaje de Dawn, posible gracias a su sistema de impulsión iónico. 

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