martes, abril 22, 2014

Nuevas evidencias para viejas teorías

Nuevas interpretaciones de los datos de Spirit apuntan a la antigua existencia de un lago en el cráter Gustav.

Fué el primero de los 2 hermanos en llegar a Marte, e inicialmente parecia estar destinado a realizar mayores  que Opportunity, cuya zona escogida para aterrizar se había escogido más por razones de seguiridad que por interés científico, una forma de intentar asegurar su éxito en caso de que su predecesor no lo lograra. Pero lo hizo, lo que prometía ser el inicio de unos meses de descubrimientos espectaculares, ya que el interior de Gustav, el lugar escogído tenía claras señales de que podía haber sido el hogar de un gran lago, incluido lo que parecia un antiguo cauce fluvial que desembocaba en el. Pero fue justo lo contrario: La llanura estaba cubierta de basalto, material volcánico, en lugar de los sedimentos esperados si era el lecho de un lago.

Spirit solo encontró evidencia de agua cuando alcanzó las colinas Columbia, minerales de carbonato de magnesio y de hierro cuya presencia está directamente ligada a su presencia en algún momento del pasado, especialmente en lo que se denominó afloramiento Comanche. La conclusión de los científicos de la misión, a partir de los datos ofrecidos por los intrumentos del rover, es que estábamos ante la antigua actividad de aguas termales. Un descubrimiento sin duda espectacular, ya que agua y calor es un escenario ideal para la vida, pero lejos del gran lago que muchos esperaban encontrar. O quizás no.

En ciencia no existe nunca nada puede darse por definitivo, pués nuevas evidencia pueden cambiar los conclusiones del conjunto, y con el paso del tiempo es posible examinarlas en el contexto de lo que se sabe ahora, y de lo que se sabía antes, apuntando hacia nuevas teorías. O, como ocurre ahora, hacernos regresar a otras viejas y en su momento descartadas.

Así lo sugiere ahora un nuevo estudio que, a pastir de los datos ofrecidos en su momento por Spirit, y a la luz de lo que sabemos ahora de Marte, sugiere que en Comanche y otros afloramientos había agua en la superficie, a baja temperatura en lugar del agua caliente que sube desde el fondo, como sería en caso de ser fuentes termales. Se cree que estos afloramientos comenzaron siendo una acumulación de ceniza volcánica (llamada tefra) proveniente de erupciones que tuvieron lugar en algún sitio alrededor de Gusev. Las aguas penetraron por el sur, se quedaron ahí, y crearon una "solución salobre", que con el tiempo se fue evaporando, quedando solo los residuos minerales de carbonato cubriendo las rocas y que fueron observadas por el rover cuando las examinó.

Steve Ruff, profesor asociado de investigación de la Universidad Estatal de Arizona, señala que "el lago no tenía por qué ser grande. Las colinas Columbia tienen unos 300 metros de altura, pero se encuentran en la parte más baja de Gusev. Así que no era necesario un profundo lago que atravesara todo el cráter", como era la idea inicial cuando se obtuvieron las primeras imágenes desde la órbita.

Ya que Spirit dejó de funcionar hace tiempo y no es posible seguir reuniendo información (como hace hoy día Opportunity en Endeavour) que permita reforzar esta idea, el equipo de investigadores está presionando para que el próximo rover de la NASA a Marte en 2020 sea enviado cráter Gusev, aunque es extremadamente improbable que esto ocurra, ya que a día de hoy cada misión a la superficie de Marte aterrizó, como es lógico, en lugares diferentes buscando ampliar lo máximo posible el terreno explorado."Volver a Gusev nos daría una oportunidad para una segunda temporada de campo allí, lo que cualquier geólogo terrestre entendería. Después de la primera temporada de campo con el rover Spirit, ahora tenemos un montón más de preguntas y también nuevas hipótesis que sólo se resolverán cuando volvamos".

La selección del lugar aún está en marcha, pero lo más probable es que ese retorno deba esperar a un futuro a medio o largo plazo. La situación actual del presupuesto para exploración planetaria de la Agencia no puede permitirse en lujo de enviar uno de sus pocos nuevos vehículos a un lugar ya explorado, aunque potencialmente, dado su equipo científico, podría ir mucho más allá de lo que llegó Spirit. En todo caso deberemos esperar a tener un anuncio definitivo. De momento solo podemos seguir "jugando" con los datos, encajándolos en un contexto que no deja de cambiar y crecer a medida que vamos aprendiendo más sobre el planeta rojo.

El afloramiento Comanche, fotografiado por Spirit, cuyo análisis reveló datos que se interpretaron como de aguas termales, pero que este nuevo estudio indica que pueden revelar un antiguo lago que cubrió esta zona.

La posición de Comanche, al que Spirit llegó después de alcanzar la cima de las colinas Columbia. Poco después llegaría hasta Home Plate, donde quedaría atrapado y terminaría su misión.

Gusev con el canal que parece desmbocar en el, y que hizo pensar que era el lecho de un antiguo lago, lo que finalmente hizo que fuera elegido para que Spirit aterrizara en el. Los primeros resultados fueron decepcionantes, mostrando una llanura volcánica. Solo al alcanzar las colinas la cosa empezó a cambiar y se encontraron las primeras evidencias de agua líquida.

Una visión de lo que podría haber sido Gusev. Era la imagen que se tenía cuando se lanzó Spirit, después desechada y ahora recuperada, aunque quizás solo parcialmente, por estos nuevos análisis. 

¿Hubo un lago en Marte, en el sitio de aterrizaje del rover Spirit?
  
Gusev Crater once held a lake after all, says ASU Mars scientist

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