martes, febrero 11, 2014

Abriendo los ojos al océano estelar

Gaia comienza a ver con claridad.

Poner en pleno funcionamiento en complejo y extremadamente sensible observatorio celeste es siempre una misión delicada, y si hay que hacerlo desde la distancia, con nuestra pequeña joya tecnológica a 1.5 millones de Kilómetros de La Tierra, sin posibilidad de realizar reparaciones directas en caso de necesidad, la delicadeza necesaria aumenta de forma exponencial. Por ellos los técnicos, lejos de darse prisa, suelen seguir una serie de etapas marcadas, que desde fuera nos pueden parecer excesivamente lentas pero que son ni más ni menos que las necesarias para mantenerse dentro de un margen de seguridad adecuado

Este es el caso de Gaia, que se lanzó el pasado día 19 de Diciembre de 2013 y actualmente se encuentra ya en órbita alrededor de Punto de Lagrange L2, situado a 1.5 millones de Kilómetros de la Tierra. Es decir, en posición para iniciar su trabajo de cartografía estelar. Pero ese momento, a pesar del tiempo pasado ya desde el lanzamiento, aún queda a meses de distancia, un largo camino en que se debe terminar de alinear y enfocar los telescopios, y calibrar con precisión todos sus instrumentos. Se está progresando rápidamente, pero aún queda mucho por delante para terminar de "afinar" como es necesario este telescopio orbital.

Poco a poco ya puede ver con creciente claridad el océano estelar que deberá estudiar, y como parte de estos esfuerzos para dejarlo listo para su misión nos llega esta imagen de calibración, que abarca solo el 1% del campo visual total de Gaia, y corresponde a un cúmulo estelar situado en la Gran Nube de Magallanes. Es una de las primeras que nos envía, pero irónicamente también será una de las últimas, ya que no tiene planeado, una vez en plenamente operativo, tomar imágenes completas como esta. El motivo es que se quiere máximizar su rendimiento científico, enviando a la Tierra solo pequeños "recortes" centrados en cada una de las estrellas que figuran entre sus objetivos, permitiendo así trabajar con mayor eficacia y asegurar que la práctica totalidad del inmenso caudal de datos que nos envíe resulte útil para su meta final: Confeccionar el mapa tridimensional más preciso de la Vía Láctea realizado hasta le fecha.

Se estima que Gaia habrá observado todas las estrellas objetivo durante los primeros 6 meses, pero su misión se extenderá durante 5 años, en que los que irá observando repetidamente para poder detectar sus minúsculos desplazamientos, lo que permitirá a los astrónomos calcular con exactitud la posición y el movimiento tridimensional de cada una de ellas. Este es el motivo por el cual el catálogo final de Gaia no estará disponible hasta 3 años después del fin de la misión, aunque se irán publicando datos intermedios a medida que avance el trabajo. Solo en el caso de un acontecimiento imprevisto, como el estallido de una Supernova, emitiría una alerta en apenas unas horas.

Al final de su misión nos habrá enviado 1.000.000 de gigabytes, un colosal archivo de datos que el conocido como Consorcio de Procesamiento y Análisis de los Datos de Gaia, compuesto por más de 400 personas de distintos centros de investigación de toda Europa, se encargará de gestionar y preparar este enorme tesoro para la comunidad científica internacional.

Todo eso, pero, queda a años en el futuro. De momento Gaia, como si de un recién nacido se tratara, está abriendo ya los ojos a un nuevo e inmenso mundo, al océano estelar que será su hogar durante el resto de su vida.

 
Los ojos de Gaia.

ESA Euronews: Gaia: trazando el mapa de la Vía Láctea. 

Gaia comesinto focus

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