jueves, agosto 22, 2013

Revolución estelar

Observando el dramático nacimiento de una estrella desde el desierto de Atacama.

Hablar de ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array) es hacerlo del mayor proyecto astronómico del mundo, un esfuerzo internacional nacido de la fusión de 3 proyectos previos e independientes de EEUU, Europa y Japón, cuyo acuerdo posterior se tradujo en el nacimientos del mayor observatorio del mundo, un conjunto de 66 antenas de 7 y 12 metros de diámetro, construido en la gélida, seca, pero por eso mismo atmosféricamente perfecta llanura de Chajnantor para observar la Bóveda Celeste en longitudes de onda milimétricas y submilimétricas.

Su objetivo es vislumbrar la formación estelar en los albores del universo y obtener imágenes extremadamente detalladas tanto de estrellas y planetas en proceso de nacimiento como la química implicada en ella, atravesando las nubes de polvo interestelar que suelen ser un muro difícil o imposible de traspasar para la mayoría de observatorios. Con su capacidad de funcionar como un único radiotelescopio de hasta 16 Kilómetros de diámetro en el momento de máxima expansión, es el mayor y más potente entre todos los radiotelescopios terrestres, por lo que las expectativas creadas a su alrededor son igualmente inmensas, y sin dudas sus primeros resultados no han decepcionado a los que piensan que está destinado a revolucionar nuestro conocimiento en este campo.

Y uno de los ejemplos del inmenso potencial de ALMA es el estudio realizado a Herbig Haro 46/47, una estrella recién nacida oculta dentro de un manto de gas y polvo que aún experimenta la agitada actividad de estas primeras etapas de su vida, proyectando grandes emanaciones de material, vistos ahora con un detalle sin precedentes y desvelando niveles de energía superiores a las que se pensaba captando el brillo producido por las moléculas de Monóxido de Carbono presentes. Todo ello en apenas 5 horas de observación, 10 veces menos tiempo del que habría necesitado otros telescopios para obtener observaciones de igual calidad.

"Este sistema es muy similar a la mayoría de las estrellas remotas de baja masa durante su periodo de formación y nacimiento. Sin embargo, es también bastante inusual debido a que el flujo expelido impacta a la nube de manera directa en uno de los lados de la joven estrella y sale fuera de la nube por el otro. Esto lo hace ideal para estudiar el impacto de los vientos estelares sobre la nube madre a partir de la cual se forma la nueva estrella" , explica Diego Mardones (Universidad de Chile), que participó en este estudio.

Además de definir con mayor precisión la actividad que rodea a Herbig Haro 46/47, la nitidez y sensibilidad alcanzada por ALMA, incluso teniendo en cuenta que las instalaciones no estaban completas cuando se tomaron estas imágenes, permitieron descubrir una inesperada pluma de gas, posiblemente una compañera de la naciente estrella de menor masa. Este flujo secundario se presenta en un ángulo prácticamente recto con respecto al objeto principal y parece cavar su propio agujero para salir de la nube que lo rodea. 

Tal como explica Héctor Arce, líder del equipo y autor principal de este nuevo estudio,"ALMA ha permitido detectar características en el flujo de material observado con mucha más claridad que los estudios anteriores. Esto demuestra que sin duda habrá muchas sorpresas y fascinantes descubrimientos que presenciar con todo el conjunto de antenas. ¡ALMA efectivamente revolucionará el campo de la formación estelar!". Viendo imágenes como las de esta estrella recién nacida podemos estar casi seguros que así será.
 
El material expulsado por la joven estrella visto por ALMA. Los colores representan el movimiento del material: Azul para el que  se acercan a la Tierra y Rojo para el que se aleja de ella, lo que permite apreciar mucho mejor la orientación de su eje de rotación, ya que este tipo de expulsiones de gas se producen desde los polos de la estrella.

Herbig-Haro HH46/47 en una combinación entre las imágenes de ALMA y la de la misma zona en luz visible, que permite ver la nube de gas y polvo dentro de la cual naciño y aún se encuentra.

Imagen de gran campo de la región rica en nubes de polvo y formación estelar en la contelación austral de Vela. Cerca del centro de la imagen, destacan los chorros del objeto Herbig-Haro HH 46/47 emergiendo de la nube oscura en la que están naciendo nuevas estrellas.

De La Tierra a Herbig-Haro HH 46/47.  

ALMA, una puerta a las estrellas. 

ALMA capta en detalle el dramático nacimiento de una estrella

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