sábado, agosto 31, 2013

A la búsqueda de las olas perdidas

La ausencia de oleaje en los océanos de Titán representa uno de los misterios a resolver por Cassini antes del final de su misión.

Representa, junto con los geisers de Encelado, uno de los mayores descubrimientos planetarios de los últimos años..lagos, mares, lluvia, ríos, islas, nubes de lluvia y, tal vez, hasta arcoíris, conforman lo que siempre habíamos soñado encontrar, aunque en este caso sea una versión en frío, con una mezcla líquida de Metano, Etano y otros hidrocarburos tomando el lugar del agua como motor de su propio ciclo hidrológico. En resumen un mundo húmedo, algo de lo que ni el cercano y terrestre Marte puede presumir.

En realidad no existen observaciones directas de dichas masas acuáticas, pero es la única explicación que encaja tanto con los datos de radar, reunidos por Cassini en más de 90 encuentros con Titán y que han permitido construir mapas de sus lagos y mares, como por parte de la Huygens, de la Agencia Espacial Europea, se posó sobre la superficie usando un paracaídas en el año 2005, descendió por nubes húmedas y cayó de hecho sobre suelo mojado. Su naturaleza como el mundo más parecido a La Tierra (y al mismo tiempo tan diferente) está ampliamente aceptada y no existen alternativas coherentes a esa idea.

Pero si es así...¿donde están las olas? En la Tierra las masas de agua casi nunca están totalmente quietas, el viento causa la formación de olas, que se levantan y rompen en las costas (o, como en el caso de las llamadas Olas Solitarias, se elevan incluso en mar abierto), e incluso las gotas de lluvia que caen sobre la superficie de los mares también provocan oleaje. Sin embargo, de acuerdo con los datos proporcionados por la sonda Cassini, los mares de Titán los están absurdamente quietos, sin olas hasta escalas milimétricas, que es el límit de detección con ondas de radar.

Sabemos que hay viento, como se observan en los campos de dunas del ecuador, y que la intensidad del campo gravitatorio en superficie es de apenas 1/7 del terrestre, lo que debería facilitar su formación. Pero no aparecen por ningún lado, a pesar de que teniendo en cuenta esto último, la baja viscosidad de los hidrocarburos líquidos, la densidad de la atmósfera de Titán y otros factores se estima que con brisas de 1,7 a 3,5 km por hora podría ser suficiente para dar lugar a olas detectables. En defintiva un auténtico puzzle para los astrónomos.

Se han presentando varias hipótesis para explicarlo. Una indica que tal vez los lagos están congelados, pero Alex Hayes, científico planetario del equipo de radar de la misión Cassini, en la Universidad Cornell piensa, sin embargo, que esto es poco probable "debido a que hemos visto evidencia de precipitaciones pluviales y temperaturas en la superficie, las cuales se encuentran muy por encima del punto de fusión del metano". O tal vez los lagos están cubiertos por una sustancia parecida a la brea, que apacigua el oleaje. "No podemos descartar eso todavía", añade. 

Una tercera posibilidad señala el hecho de que Cassini llegó a Saturno en 2004, cuando hemisferio norte (donde se encuentran la mayoría de los lagos) estaba en pleno invierno. El aire frío y pesado apenas se mueve, así que mucho menos alcanza el umbral necesario para formar olas. Si esto es así, la situación debería cambiar muy pronto, ya que en Agosto del año 2009 Titán vivió su propio Equionoccio, entrando el Norte en la Primavera. Eso significa que el Verano se aproxima, trayendo consigo luz, calor y vientos a la zona de los lagos."De acuerdo con los modelos climáticos, los vientos deberán incrementarse conforme se aproxime el solsticio, en 2017, y deberían ser lo suficientemente fuertes como para levantar olas", explica Hayes.

Si esto es así se debería ser capaz de detectarlas gracias a los pulsos  de radar reflejadas en ellas, lo que permitiría además revelar muchos detalles de la naturaleza de estos mares, como viscosidad del líquido que yace a mayor profundidad y, por lo tanto, su composición química, además de una imagen más clara del patrón de los vientos de la zona y, por extensión, de los modelos climáticos de Titán

Será, en definitiva, una de las últimas aportaciones de la Cassini antes de su destrucción. Que se trate de la solución final de un misterio o, junto al contrario, de que nos encontramos ante algo que no comprendemos, es algo que el tiempo dirá.

La luz del Sol reflejándose en uno de los mayores mares de Titán, lo más cercano a una observación directa que tenemos de ellas. La densa niebla que cubre esta luna hace que solo con radar sea posible observarlos con detalle.

La pequeña Hyugen, que viajó a bordo de la ISS, cruzo una atmósfera humeda y aterrizó (o sería más adecuado decir que rebotó en ella) en un terreno mojado. No existen duda, por tanto, de la naturaleza "mojada" de Titán está fuera de toda duda.

Una de los grandes enigmas de Titán espera una respuesta.

El misterio de las olas perdidas en Titán

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