Durante más de 3 años, mientras duraron sus reservas de Helio líquido, indispensables para mantener sus instrumentos lo suficientemente frios, estuvo enviando imágenes asombrosas del Universo en las longitudes de onda del infrarrojo lejano, y aunque ya previsto de antemano poner punto final a su misión significó un momento emotivo para todos los que participaron en este gran proyecto. Un final que se alargó en el tiempo ya que se quiso aprovechó la oportunidad para llevar a cabo una serie de pruebas de ingeniería con un vehículo que seguía en perfecto estado a pesar de todo.
Pero este tenía que llegar tarde o temprano, y este llegó con el encendido final de sus impulsores para abandonar el punto de Lagrange L2, a 1.5 millones de kilómetros de La Tierra, y dirigirse a una órbita heliocéntrica. Poco después los sistemas de Herschel se apagaron para siempre. Era la hora de la despedida, seguida atentamente tanto por la ESA como por cientos de astrónomos aficionados que trataban de fotografiarlo antes de que se alejara definitivamente de nuestro planeta.
Fueron los astrónomos Nick Howes y Ernesto Guido, del Observatorio Remanzacco, quienes utilizando el Telescopio Faulkes Norte (Hawái), de 2 metros de diámetro, los que lograron fotografiarlo poco después de que abandonara L2, todo un logro si tenemos en cuenta tanto la propia distancia a la que se encontraba como el dificultad añadida de encontrarse en posición ligeramente diferente a la indicada por los parámetros orbitales publicados. Un completo éxito, como podemos ver en esta imágen, donde las estrellas se observan como líneas porque los astrónomos estaban siguiendo su movimiento en el firmamento, captando la suficiente luz como para conseguir una imágen tan clara posible.
Es la última mirada a un símbolo de la carrera espacial europea, ahora ya en órbita solar, su destino final. Dentro de 13 años se acercará de nuevo a La Tierra, y entonces tendremos una nueva oportunidad de verlo de nuevo, aunque solo sea de forma fugaz.
El telescopio Faulkes North, en Hawaii, con su espejo principal de 2 metros de diámetro y responsable de esta observación.
Hasta siempre, Herschel.
Una ultima mirada a todo un icono
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