La alineación de Proxima Centauri con dos estrellas lejanas en 2014 y 2016, una oportunidad única para calcular su masa y buscar posibles planetas.
Durante la mayor parte de la historia de la Humanidad las estrellas se consideraron puntos fijos en la bóveda celeste, en claro contraste con los planetas, palabra derivada del griego planētēs y cuyo significado, errante/vagabundo, deja claro que su movimiento era algo extraordinario en comparación con el resto de puntos luminosos del firmamento, expresión que significa precisamente eso, algo firme. Hoy día todas esas palabras (bóveda, firmamento, planetas) son un legado cultural, un recuerdo de otros tiempos que se siguen utilizando, a pesar de que su significado hace siglos que quedó superado y olvidado.
La invención de los primeros telescopios y las primeras mediciones de distancias estelares mediante la técnica del paralaje acabaron con la idea de la "esfera de estrellas fijas", mostrando no solo que estaban mucho más lejos de lo que se pensaba sino que la distancia variaba de una a otra. Se abría ante nosotros la idea del océano estelar, una profunda oscuridad llena de otros soles, cada uno siguiendo su propio camino alrededor del centro galáctico. Algunos lo suficientemente cerca y con un desplazamiento propio lo suficientemente rápido para ser perceptible a lo largo de los años.
Una de esas estrellas "viajeras" es Proxima Centauri, cuyo nombre indica precisamente que estamos ante la más cercana al Sol, apenas a 4.2 años-luz, casi nada a escala estelar, una pequeña enana roja invisible a simple vista pero cuyo movimiento aparente es uno de los mayores que se conocen, alrededor de 3,85 segundos de arco por año.
Y en su viaje, desde el punto de vista terrestre, Próxima Centauri pasará en Octubre de 2014 y en Febrero de 2016 frente a dos estrellas de fondo mucho más lejanas, una alienación estelar poco habitual que permitirá observar como ambas se distorsionan y parecen desplazarse de su lugar habitual, debido a que la gravedad de Próxima curva el espacio a su alrededor, y por tanto también la trayectoria de la luz, un efecto que se conoce como Lente Gravitatoria, y que fueron predichas por la teoría de la Relatividad General de Einstein.
Esto permitirá a los astrónomos calcular con mayor precisión la masa de Próxima Centauri, además de descubrir cualquier posible planeta que pudiera existir cerca de ella, ya que eso tendría un efecto medible y calculado en la distorsión de ambas estrellas. Una oportunidad única, que solo el rápido movimiento aparente de esta pequeña estrella en comparación a las situadas más lejos nos puede ofrecer, como si estuviéramos contemplando el pez más cercano de una pecera cósmica, todas ellos nadando a través de las frías y oscuras aguas del infinito.
El movimiento aparente de Próxima a lo largo de los años, que parece seguir una trayectoría ondulada a casusa del movimiento de la Tierra alrededor del Sol y el paralaje generado, así como las 2 estrellas por delante de las cuales cruzará en 2014 y 2016.
La distorsión en la imágen causada en la estrella de fondo previta según tenga o no planetas a su alrededor.
Una lente gravitatoria se genera por la distorsión del espacio alrededor de un objeto masivo, como puede ser una estrella, lo que provoca que la luz de un objeto curve su trayectoria (en realidad sigue en línea recta, es el espacio que en el que se mueve el que esta curvado) y, visto desde la distancia, parezca cambiar de posición.
Proper Motion Path of Proxima Centauri
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar