"La historia de Marte está escrita en sus minerales", dice Álvaro Giménez, Director de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA. "Estas nuevas vistas globales, posibles gracias a la longevidad de la misión Mars Express, nos están ayudando a desvelar los secretos de 4.600 millones de años de evolución planetaria. El atlas publicado hoy ayudará a identificar sitios de interés especial para la siguiente generación de módulos de aterrizaje y todoterrenos y para futuras misiones tripuladas, contribuyendo así a mantener a Europa en la vanguardia de la exploración planetaria".
Y ciertamente, al menos en ese primer punto, así es. Casi una década de observación de la superficie marciana han permitido a Mars Express, ahora celebrando sus 10 años en el espacio, y más concretamente a su instrumento OMEGA, que determina la composición de minerales de la superficie marciana analizando el espectro de la luz del sol reflejada, reunir suficientes datos para permitir la creación de los primeros mapas globales de la mineralógico del planeta, un auténtico libro abierto a la historia más lejana de este mundo, desde las condiciones acuosas de sus orígenes hasta la actividad volcánica y los procesos químicos y de erosión que dieron lugar al rojizo polvo que le da su color característico.
El vídeo superior reune en uno los diversos mapas creados con cada mineral, un viaje en el tiempo en si mismo:
El primer mapa muestra la distribución de minerales hidratados (filosilicatos y sales hidratadas que solo se forman en presencia de agua) que vemos especialmente en los terrenos más antiguos con cráteres formados hace más de 4.000 millones de años, y que indican una historia mucho más húmeda, tanto en superficie como bajo ella durante los primeros cientos de millones de años de su historia.
La procesos geologicos posteriores, así como los grandes impactos sufridos en esta primera etapa, incluyendo en conocido como bombardeo intenso tardío, que devastó el Sistema Solar interior hace unos 3900 millones de años (posiblemente fruto de la migración de las órbitas de los planetas externos) y cuyas huellas son claramente visibles en La Luna), borraron la mayor parte de este terreno primigenio y potencialmente habitable, sobreviviendo solo una pequeña parte, siendo precisamente de estas regiones "fósiles" donde se quiere hacer aterrizar a la ExoMars y de donde se quiere, algún día, extraer muestras para llevarlas a La Tierra.
Existe un interés extra a la posibilidad de estudiar y recoger muestras de dichos terrenos primigenios, ya que en nuestro planeta, a causa de su intensa actividad erosiva y constante renovación geológica, no es posible encontrarlos. Eso implica que acceder a estos "fósiles" marcianos, al mismo tiempo que desvelaríamos detalles esa época inicial, donde las condiciones pudieron haber permitido la aparición de la vida, también estaríamos conociendo un poco de nuestra propia historia y los procesos que quizás estuvieran detrás de la vida que surgió en ella.
Los siguientes dos mapas muestran la presencia de Olivina y Piroxeno, minerales que se forman cuando la lava se solidifica, siendo por tanto una pista sobre la evolución de la actividad volcánica en Marte, tanto por su distribución como por las diferencias en la composición química de las capas de lava, que nos indican como evolucionó la temperatura y la presión en el interior del planeta.
Algunas de las Olivinas más pristinas, ricas en Magnesio, que podemos encontrar hoy día en la superficie de Marte se concentran alrededor de cráteres de impacto que han hecho aflorar a la superficie muestras del manto, muy antiguas, de debajo de la corteza. Las superficies ricas en este mineral también se asocian a un evento global de inundación de lava hace 3.700 millones de años, cuando el magma brotó de forma masiva, cubriendo grandes zonas del Hemisferio Norte, cuyas tierras son más bajas que las del Hemisferio Sur (lo que se conoce como Dicotomía marciana, posiblemente fruto de una colosal colisión con un protoplaneta durante sus primeros tiempos). Un proceso que recuerda mucho al que está detrás de los "Mares" lunares, igualmente fruto de enormes coladas de magma.
Esta es la época en que se formaron los gigantescos volcanes de Tharsis, así como algunos de los grandes canales que observamos en la superficie, grandes inundaciones, intensas pero puntuales, debido a la fusión de grandes cantidades de hielo.
Finalmente llegamos al polvo, un elemento con óxido férrico hoy día presente en todo el planeta (especialmente en el Hemisferio Norte y Tharsis), y que se cree que es el resultado de reacciones químicas con la atmósfera, que ha hecho que las rocas ricas en hierro se hayan oxidado lentamente, a lo largo de miles de millones de años dando a Marte su rojízo tono característico, mientras los procesos de erosión dominantes a lo largo de las eras, como la meteorología, los impactos, los ciclos de congelación y descongelación estacional y los antiguos glaciares, han contribuido a convertirlo en ese polvo tan fino que se deposita en casi cualquier parte, como atestiguan Curiosity y Opportunity.
Tal como explica Jean-Pierre Bibring, Investigador Principal de OMEGA, "en conjunto, estos mapas de minerales proporcionan un registro único de la evolución del planeta a lo largo del tiempo. Muestran el papel del agua y de los procesos volcánicos en todo el planeta, a lo largo de las eras geológicas". Un oculto registro vital para el conocimiento de Marte que solo la longeva vida de la pequeña Mars Express, nuestra sonda en el planeta rojo, está permitiendo sacar a la luz.
Los diversos mapas mineralógicos de Marte, un libro abierto a las diversas etapas de la historia marciana.
Marte tan como ahora se cree que era hace unos 4.000 millones de años, potencialmente habitable, y como era poco después bombardeo intenso tardío, cuando la desaparición de su dinamo interna acabó con su campo magnético global, perdió buena parte de su atmósfera y el agua desapareció de la superficie. Acceder a muestras de esa primera etapa es el objetivo de la ExoMars, así como de la soñada misión de traer muestras a La Tierra.
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10 años en Marte
Me gustaría plantear una idea sobre (hipotética) forma en que perdió Marte su campo magnético global. ¿Cuán factible sería que un impacto de algún cuerpo menor (por aquellas tempranas "fechas" de la formación planetaria) fuese lo suficientemente potente, como para que los efectos mecánicos de compresión alcanzase el núcleo planetario, y usando un símil, hiciera las veces de "cuña", frenándolo mecánicamente por fricción. Y quizás (un tal vez lejano) fuese el formador del volcán Monte olimpo en Marte, como consecuencia del "empujón" de materia de las antípodas dado por el impacto del cuerpo menor.
ResponderEliminarAbel E. Monasterio V.
amonasterio@yahoo.com
Es una hipótesis ciertamente curiosa, pero un impacto tan potente como para generar algo parecido a lo que propones seguramente habría destruido el joven Marte, además de implicar que su núcleo giraría entonces más lentamente que el resto del planeta, cuya rotación es casi tan rápida como la terrestre, lo cual veo imposible.
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