El 27 de Octubre de 2012 una lejana y masiva estrella llegó al final de su vida de la forma más espectacular y catastrófica posible, dando lugar a lo que conocemos como una SuperNova. Pocas cosas son más potentes y emiten más energía en menos tiempo que este tipo de explosiones estelares, cuyo brillo llega a superar al de toda la galaxia dentro de la cual se encuentra y mantenerse durante semanas antes de extinguirse por completo. Un grito final de agonía que supera los abismos intergalácticos.
Y este fue precisamente lo que ocurrió ese día, cuando el astrónomo francés Alain Klotz descubrió lo que se conoció como SuperNova SN 2012fr, situada bien lejos de nosotros, en la galaxia NGC 1365, a 56 millones de años-luz de La Tierra. Cuando esa estrella anónima detonó nuestro planeta apenas se estaba recuperando de la extinción que se llevó por delante a los grandes dinosaurios y la aparición de los humanos como tales aún quedaba muy lejos en el futuro, y no sería hasta ese día, después de millones de años de viaje, cuando su tenue luz nos alcanzó. Que pese a ello fueramos capaces de verlo con relativa claridad deja claro lo poderoso del fenómeno.
Descubierta y seguida por el telescopio robótico TAROT (Telescopio de Acción Rápida para Objetos Transitorios) instalado en el Observatorio La Silla de ESO, el video superior, que reune imágenes tomadas a lo largo de casi 3 meses, desde el 28 de Octubre de 2012 hasta el 17 de Enero de 2013, muestra la evolución de esta SuperNova, que sería clasificada como de categoría Ia.
Algunas estrellas viven en pareja, orbitándose mutuamente en torno a un centro de gravedad común. En algunos casos, una de ellas puede ser una enana blanca que esté robando material de su compañera, hasta superar un punto crítico (límite de Chandrasekhar) en que ha absorbido tanto material de su compañera que se inician reacciones de fusión nuclear del Carbono de forma explosiva. Esto es lo que se conoce como supernova Ia y son, con mucho, las más brillantes de todas.
Este clase de cataclismos, poco frecuentes, son una pieza muy importante en Cosmología, ya que son la forma más fiable de medir distancias a galaxias muy remotas en el universo temprano al ser objetos muy brillantes con propiedades predecibles, ya que su brillo alcanza su máximo y se apaga casi del mismo modo en cada explosión, con picos de luminosidad directamente relacionado con la rapidez de debilitamiento de su brillo, lo que permite calcular su luminosidad absoluta con notable precisión, lo que las convierte en una especie de faros intergalácticos que permiten calcular distancias con notable precisión midiendo lo que se conoce como desplazamiento al rojo.
Más allá de sus implicaciones en cosmología, pero, no podemos más que asombrarnos una vez más por la devastadora potencia de este tipo de muertes cósmicas, visibles incluso a través de los abismos del espacio y el tiempo.
La evolución de SN 2012fr en imágenes.
NGC 1365, conocida también como La Gran Espiral Barrada por razones evidentes, con un diámetro de 200.000 año-luz.
El telescopioTAROT, en el observatorio de La Silla , con su lente de 25 centímetros, diseñado para reaccionar rápidamente a los avisos de fenómenos repentinos que se reciben de los satélites de observación, como por ejemplo un estallido de Rayos Gamma.
SuperNovas de clase Ia.
Ascenso y caída de una supernova
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