jueves, mayo 09, 2013

La furia del Olimpo

Mars Express nos acerca a la región de Sulci Gordii, un testimonio de fuerzas que actuaron en el mayor volcán del Sistema Solar.

Hablar del Monte Olimpo (Olympus Mons) de Marte es hacer referencia a un coloso cuyas dimensiones superan nuestra imaginación, un volcán que cubre una superficie de 283.000 km² y que se eleva hasta los 22 Kilómetros de altura, tan colosal que un explorador, situado en su cima, no podría ver la llanura circundante, ya que las laderas se extenderían hasta más allá del horizonte. En todo sus aspectos es digno del nombre que recibe, el del hogar de los antiguos dioses.

Una de sus características más curiosos, dejando de lado sus propias proporciones, es que se encuentra aislado de la llanura circundante, ya que lejos sus laderas, lejos de descender suavemente hasta fundirse con ella termina de forma abrupta, formando unos abruptos acantilados de hasta 2 Kilómetros de altura. Visto desde la distancia Olympus Mons casi parece un elemento extraño, un objeto depositado sobre la superficie más que un elementos más de ella, fruto, por lo que se cree, del colapso de su parte inferior en algún momento de su historia temprana, cuando esta, quizás debilitado por la presencia de agua o simplemente por las mismas dimensiones y actividad tectónica del volcán.

El material se extendió en todas direcciones hasta centenares de Kilómetros de distancia, formando una "aureola" alrededor del Olimpo, algo que también vemos en volcanes como el de Mauna Loa, Hawaii, pero a una escala mucho mayor. Posteriores flujos masivos de lava la cubrieron en gran medida, dejando solo algunos restos, que sobreviven en la actualidad como testimonio de un acontecimiento que, como todo lo relacionado con este volcán, tuvo proporciones colosales, y del que podemos imaginar, fuera todo al mismo tiempo o en diversas fases, como un devastador Tsunami que arrasó toda la región.

Una de estos "restos" es Sulci Gordii, una región situada a 200 Kilómetros que la Mars Express observó con detalle a principios de año. En ella vemos un terreno ondulado, colinas y valles más o menos paralelos, probablemente como resultado del deslizamiento de todo este material cuando se deslizó lejos del volcán, comprimiéndose o separándose a medida que se movía a través de la superficie. Con el tiempo, la erosión de material más débil entre los picos acentuó este efecto. 

Sulci Gordii, como otras zonas alrededor del Olimpo, el propio volcán y la región de Tharsis en la que se asienta, representa solo un ejemplo, hermoso y aterrador al mismo tiempo, de las fuerzas colosales que en su momento se desencadenaron en esta región, generando una acumulación de material magmático de tal magnitud que alteraron la propia forma esférica del planeta y afectaron al eje de inclinación al alterar la distribución de su masa. Algo impensable en La Tierra, donde el movimiento de las placas tectónicas impide que un volcán permanezca en activo demasiado tiempo, pero no en Marte. Sus mismas dimensiones fuera de toda medida son, paradójicamente, la más clara evidencia de que el interior del planeta nunca llegó a disponer de tanta energía interna, y que su corazón hace tiempo que dejó de latir...


Sulci Gordii, conforma, junto con otras zonas como Gigas Sulci, el anillo de material que rodea el Monte Olimpo, y que posteriormente sería cubierto por corrientes de lava, dando lugar a la suave llanura que vemos actualmente.

Visiones de Sulci Gordii generadas a partir de las imágenes de la Mars Expres. Podemos ver su ondulada geología, así como numerosos canales sinuosos y redes de fracturas irregulares, generadas o al menos ampliadas por flujos posteriores de magma o quizás agua, así como fracturas tectónicas.

 Mapa topográfico de Sulci Gordii.

Una imagen desde la vertical de Olympus Mons, que permite apreciar como sus laderas terminan de forma repentina en forma de acantilados que se precipitan sobre la llanura cinrcundante.

Mapa topográfico del Monte Olimpo, que resalta aún más su silueta claramente definida.

La escala de este volcán es tan colosal que es difícil captar toda su inmensidad sin un punto de referencia terrestre.


Aproximarse al Monte Olimpo desde la superficie sería sin duda una experiencia única, con sus altos acantilados de 2 Kilómetros de altura como primer y espectacular obstáculo para cualquiera que pretendiera escalar hasta su lejana cima.

Landslides and lava flows at Olympus Mons on Mars

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