viernes, febrero 08, 2013

El camino del átomo

La energía atómica en la exploración interplanetaria.

Todo lo que se relaciona con la expresión "energía nuclear" suele ser mal vista por una gran parte de la opinión pública, en parte por las continuas campañas del miedo emprendidas por diversos colectivos, en parte por su utilización en el campo militar y en parte por el aún reciente accidente de Fukushima, donde una situación excepcional como fue el gran Tsunami, junto con una gestión anterior y posterior de la compañía responsable y el gobierno nipón como mínimo discutible, generaron unos de los accidentes más graves de la historia en el campo del uso civil de esta fuente de energía.

Pero su papel no se limita al militar o el de producción de energía para uso civil, y se extiende literalmente hasta las estrellas, porque su papel fue, y sigue siendo, vital para impulsar una buena parte del programa de exploración planetaria de la NASA, especialmente, dado que no se puede contar con el uso de paneles solares a partir de ciertas distancias, en aquellas misiones destinadas a los planetas gigantes del Sistema Solar exterior y más allá...en La Tierra puede ser puesta en duda continuamente pero en el espacio es preciosamente ella, especialmente bajo la forma de los RTG (Radioisotope Thermoelectric Generator) la que hizo posibles algunas de las misiones más maravillosas de la carrera espacial, la que nos permite disfrutar de las imágenes de la Cassini (que algunos grupos intentaron impedir) y que nos permitirán, por ejemplo, asistir a la llegada de la New Horizons a Plutón.

El esquema superior nos muestra todas y cada una de las sondas y misiones de la NASA que se apoyan en la energía nuclear. Algunas son lógicas, como las Voyager, por su distancia al Sol o Curiosity, por su complejo instrumental, otras pueden resultar más desconocidas, como la presencia de RTG en las misiones Apolo. Pero seguramente sorprenderá a muchos el saber que incluso los ingenios que podemos pensar que son "limpios" la necesitan de alguna manera.

Entre estas últimas podemos encontrar a Opportunity, un vehículo que se mueve con energía solar pero que transporta pequeñas cantidades de material radioactivo para mantener su electrónica a temperaturas soportables, con la utilización de los llamados RHU (Radio-Isotope Heater Units), presentes en cualquier misión que se aleje del Sol, Marte incluido. Ni los vehículos presentados como "solares" pueden prescindir de la ayuda de estos elementos, aunque solo sea en cantidades pequeñas y con un objetivo limitado.

El camino hacia las estrellas también es, como podemos ver, el camino del átomo.

Los RTG (arriba), destinados a la producción de energía y los RHU, presentes en casi todas las misiones espaciales y cuyo objetivo es ofrecer el calor necesario para proteger a los sistemas más vitales.

Ni Opportunity, con sus paneles solares, son totalmente independientes de la energía nuclear, aunque sea en forma de calentadores RHU.

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