Era el siguiente paso después de Curiosity, un ambicioso proyecto conjunto entre la ESA y la NASA compuesto de dos fases, primero un orbitador en 2016, que se centraría el en controvertido metano atmosférico, al que seguiría en 2018 un rover diseñado para buscar materia orgánica y señales de vida pasada o presente, no solo en la superficie sino hasta 2 metros por debajo de ella, lejos de la radiacción y los rayos ultravioletas del Sol, y por tanto un lugar privilegiado para buscar cualquier posible señal de actividad biológica. En defintiva un paso, quién sabe si definitivo, en nuestra búsqueda de respuestas.
Sin embargo en 2011, y fruto de los recortes en el presupuesto para la exploración planetaria, la NASA decidió retirarse de forma unilateral y dejando a ExoMars al borde del abismo, ya que la Agencia espacial Europa, por si sola, no podía afrontar una doble misión tan ambiciosa.
Pero lejos de rendirse, y quizás como respuesta a una decisión estadounidense que evidentemente creo un fuerte malestar tanto por las formas como por el fondo, la ESA buscó el apoyo de otra potencia espacial, Rusia, que afrontaba sus propios problemas y políticos por el fracaso tanto de la Phobos-Grunt como de algunos de sus últimos lanzamientos, pero con ganas de recuperar el prestigio que estos fiascos había dañado en parte. La posibilidad de una colaboración no podía desaprovecharse, y finalmente, después de muchas negociaciones, esta es una realidad: Ambas han aprobado un borrador del programa ExoMars, formado por la misión ExoMars Trace Gas Orbiter (2016) y ExoMars Rover de (2018). Si nada lo impide protagonizarán el siguiente gran salto en la exploración marciana.
Ambas serán lanzadas desde Baikonur a bordo de dos cohetes Protón, siendo estos y varios instrumentos científicos la principal aportación rusa.
La ExoMars Trace Gas Orbiter (TGO) tendrá como objetivo el estudio de la atmósfera del planeta rojo y en especial la búsqueda de un elemento que últimamente a dado mucho que hablar, el Metano, adermas de medir otros elementos como pueden ser ozono, vapor de agua (centrándose en la relación entre el Hidrógeno y el Deuterio, un isótopo pesado y estable de este primero) y aerosoles. Todo ello mediante un equipo de 4 instrumentos principales: El espectrómetro NOMAD, la cámara CaSSIS de alta resolución (a falta de confirmación) y los rusos ACS, compuesto de 3 espectrómetros infrarrojos de alta resolución, y FREND, un detector de neutrones que permitirá detectar la presencia de hielo de agua bajo la superficie.
TGO lanzará hacia la superficie un módulo de aterrizaje, el EDM (Entry, Descent and Landing Demonstrator Module) de unos 600 Kilogramos, y que como su propio nombre indica debe poner a prueba la capacidad de la industria europea de lograr aterrizar en Marte, que ya afrontó un sonoro fracaso con Beagle 2. Apenas estará operativa unos días, hasta el agotamiento de sus baterias, pero se espera obtener información científica de los instrumentos de los que estará provisto, a los que se espera añadir una cámara de descenso.
Dos años después, en 2018 llegará el rover ExoMars. Este vehículo está en desarrollo por parte de la ESA desde hace una década, pero la entrada de la NASA había permitido ampliar sus capacidades bajo el nombre de ExoMars-Max-C. Su posterior retirada hace que se vuelva a los orígenes, tan y como los técnicos y científicos la diseñaron inicialmente. Será relativamente pequeño (con una masa que podría rondar los 300 Kilogramos) y su misión primaria rondará solo los 200 días (aunque Spirit y Opportunity ya han demostrado que estas cifras se suelen superar), pero estará centrado en la búsqueda y análisis de materia orgánica con una precisión sin precedentes y posibles señales de vida, siendo capaz de extraer muestras situadas en el subsuelo a profundidades de hasta 2 metros, mucho más allá de lo que puede hacer Curiosity.
En este caso la colaboración rusa sería en forma de 2 instrumentos: El detector de neutrones FREND y el espectrómetro infrarrojo ISEM, que se situaría en el mastil.
Además de todo esto se le añade el curioso hecho de que la plataforma de superficie o SP, dentro de la cual viajará el rover y desde donde inciará su viaje, también dispondrá de sus propios instrumentos, entre los cuales encontraremos un Lídar, un Espectrómetro y un Sismómetro. Toda una estación científica que se aprovechará de un elemento de que inicialmente no se espera nada aparte de que cumpla su objetivo de aterrizar con éxito, como fueron las de Spirit y Opportunity.
En defintiva, y a la espera que se solucionen algunos problemas de financiación (La ESA espera sacar los más de 100 millones de euros adicionales ncesarios de la futura misión JUICE, y compensarlo haciendo que Rusia también participe en ella) parece que podríamos estar en el principio de una colaboración más profunda entre ambas agencias, y que tendría en Marte su gran objetivo. Así, mientras la NASA irá perdiendo terreno en el planeta rojo, que después de la MAVEN en 2013 solo tiene prevista a medio y largo plazo la sonda Insight, ambas podrían tomar la iniciativa.
Todo esto, claro está, es muy prematuro...se tiene que financiar, construir y, lo que es más importante, ser capaces de llegar y aterrizar en Marte, algo de lo que la NASA tiene experiencia de sobra, pero que para estos nuevos socios interplanetarios será un desafío que nunca han superado con éxito. Pero de conseguirlo significaría que ambas han dado el paso definitivo para convertirse en una alternativa real a la agencia estadounidese, la misma que en su momento, obligada por la circuntancias y posiblemente en contra del deseo de la mayoría de sus integrantes, abandonó a su suerte a ExoMars.
La Trace Gas Orbiter llegando a Marte, con el módulo EDM. El objetivo de esta sonda es buscar trazas de Metano, además de localizar lugares adecuados para el aterrizaje del rover ExoMars.
La plataforma de aterrizaje, que estará diseñada para convertirse en una base científica una vez el rover lo haya abandonado.
El aterrizaje de la ExoMars tal y como esta diseñado actualmente.
Un cohete Protón. Si todo sigue adelante serán estos los encargados de enviar hacia Marte primero a la sonda orbital TGO y después el vehículo de superficie ExoMars.
ExoMars, Rusia y Europa a Marte
The ExoMars programme 2016-2018
ESA, Roscosmos Move Ahead with Plans for ExoMars Mission
Hola buenos días, soy un seguidor de su blog. Miren esta noticia:
ResponderEliminarhttp://www.abc.es/ciencia/20121122/abci-curiosity-podria-haber-encontrado-201211220936.html
Se sabe algo al respecto o es todo propaganda? Gracias
Es verdad que han dicho que es un descubrimiento "trancendental" que "cambiará los libros de historia", pero también que quieren hacer nuevos análisis de los datos de SAM antes de anunciar nada. Estamos a la espera.
ResponderEliminarNo creo que sea vida, ya que SAM no está diseñado para ello, al menos de forma directa, pero sin duda será algo muy interesante. En todo caso mejor no hacerse espectativas exageradamente elevadas a riego de sufir una decepción.
Aquí tiene suna explicación bastante mejor del tema.
ResponderEliminarhttp://naukas.com/2012/11/22/titularidos-curisity-podria-haber-encontrado-vida-en-marte-y-yo-podria-ser-monje-cartujo/?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+naukas+%28Naukas%29
Muchas gracias!!!
ResponderEliminarBuenas noticias! A la NASA le vendrá bien la competencia. Que vean que si ellos se retiran de un proyecto otros estan dispuestos a ocupar su puesto.
ResponderEliminarY lo del descubrimiento "histórico" que pueden haber hecho, dicen que dirán algo durante la reunión de la Unión Geofísica Americana en San Francisco, entre el 3 y el 7 de Diciembre. Ya falta poco...
Veremos si lo han filtrado para conseguir publicidad o si realmente han encontrado algo interesante.