Las estrellas resplandecen desde las nevadas cimas de los Alpes. La oscuridad, el aire frío y el cielo despejado se combinan para ofrecer a cualquier aficionado a la observación astronómica la oportunidad de captar la Bóveda celeste con un detalle al que estamos hoy día poco habituados...algo que Michael Kunze aprovecha para ofrecernos este espectacular timelapse, concentrando en unos pocos segundos varias horas de tiempo real y permitiendo observar el movimiento de los astros a lo largo de la noche. Aunque, claro está, somos nosotros los que nos estamos moviendo, fruto de la rotación terrestre.
Sin embargo hay algo extraño. si observamos la parte superior izquierda del vídeo nos daremos cuenta de la presencia de unas series de luces intermitentes, que no solo parecen situarse formando una clara linea en el firmamento sino que, lo que resulta aún más sorprendente, parecen estar inmóviles con respecto al observador, completamente desligadas del resto de la Bóveda celeste.¿OVNIS con ganas de protagonismo? La respuesta es mucho más mundana que todo eso, pero no por ello menos interesante: Son satélites geoestacionarios, que parpadean a medida que cambia la orientación de la luz solar con respecto al observador.
Con ese nombre se conoce a todos aquellos que se encuentran a 35.786 Kilómetros de altura sobre el Ecuador, en la órbita donde cualquier objeto da una vuelta alrededor de La Tierra en el mismo tiempo que tarda este en completar una rotación sobre si mismo...tanto la superficie como el satélite se mueven en la misma dirección y velocidad, y por ello la posición relativa de ambos es siempre la misma. Un lugar ideal para satélites de comunicaciones, de televisión y meteorológicos, que así pueden cubrir la misma región del planeta sin interrupciones.
El concepto de órbita geoestacionaria no resulta un concepto extraño, aunque solo sea porque forma parte de algo tan familiar como los partes meteorológicos que vemos cada día en diversos medios de comunicación, pero nunca está de más recordarlo nuevamente. Sobretodo de una forma tan directa y espectacular como la que nos ofrece este hermoso vídeo tomado desde las alturas de los Alpes.
Una órbita geoestacionaria ideal. En el mundo real, pero, las perturbaciones gravitatorias terminarían por alejar a un satélite de esta posición de no disponer de medios para corregirlo, por lo que el tiempo útil está limitado por el combustible disponible.
El anillo de la Tierra, formado por los satélites geoestacionarios.Satélites geoestacionarios, en timelapse
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