lunes, febrero 13, 2012

El boli fantasma

La realidad detrás de la leyenda Urbana del bolígrafo de la NASA que costó millones.

Es una de esas historias que se extienden como la pólvora, pasan de boca en boca y de generación en generación, y que de tanto repetirse termina por ser aceptada como una realidad fuera de toda duda, y que básicamente dice así: Los americanos se gastaron millones en desarrollar bolígrafos que pudieran escribir en el espacio pese a la falta de gravedad, mientras los rusos usaba unos simples y baratos lápices.

Todos la habremos escuchado alguna vez, utilizada para argumentar posturas tan diversas como discutibles...desde criticar todo lo que venga de los Estados Unidos en general y la NASA en particular, alabar la carrera espacial rusa (normalmente enlazado con lo primero) o criticar el derroche de recursos de nuestra civilización hasta poner en cuestión la exploración espacial en si misma bajo la premisa de que es "dinero perdido". Y no solo a nivel de la calle, sino incluso de lugares y personas de los que se espera mayor credibilidad.

¿Pero que hay de verdad en todo ello? Como es facil imaginar, poco, aunque con un transfondo de verdad.

En realidad ambas potencias utilizaron, en sus primeros años, simples lápices, pero era un sistema que no convencía a nadie por motivos de seguridad...se temía que los restos de carbón que se generan al usarlos se esparcieran por toda la nave, y que una punta rota, algo habitual, pudiera ocasionar daños a los instrumentos electrónicos o a los propios astronautas. Además eran potencialmente inflamables (madera y carbón), algo que resultaba especialmente doloroso para los EEUU trás la catástrofe del Apollo 1, donde un incendio durante las pruebas en tierra acabó con la vida de sus tres tripulantes.

Buscando formas más cómodas y practicas, la NASA encargaron lápices mecánicos a la empresa Tycam Engineering Manufacturing, Inc. a un precio de 129 dólares de la época (900 en la actualidad) por unidad, un precio exagerado fruto de que se trataba de un diseño en exclusiva, elaborado con materiales similares a los de la aeronave y de los que se pidió una cantidad reducida, lo que evidentemente disparaba su coste. La Agencia espacial justificó la compra en que los astronautas necesitaban un dispositivo (en realidad una especie de accesorio para colocar los lápices dentro) que los ayudara a tomar notas más facilmente, debido a que la poca movilidad de los trajes espaciales de la época.

Unas explicaciones que no convencieron a los miembros del Congreso de los EEUU, que habían pedido una investigación en 1965, y la NASA pronto dió marcha atrás

Es aquí donde en inigualable sentido de los negocios de los norteamericanos entro en escena con Paul C. Fisher y su compañía, la Fisher Pen Company, que invirtió grandes cantidades de dinero en el diseñó y desarrolló lo que llamó el "Space Pen", un bolígrafo que vendió como "el único que podía escribir bajo condiciones de gravedad Cero". Todo esto hecho por iniciativa propia y con su dinero, sin ningún tipo de relación con la NASA.

Se le ofreció a la Agencia Espacial Norteamericana, que tras estudiarlo en profundidad (pués sus cualidades eran ciertamente muy buenas) hizo un pedido de unos 400 del modelo AG-7, en ese momento de plena actualidad, programa Apollo, por un precio bastante módico, apenas unos 3 dólares por unidad...lo que permitió a Fisher utilizarlo como publicidad de cara al gran público, al ser vendido como el único "bolígrafo utilizados por los astronautas", lo que sin duda le dió buenos resultados comerciales, aunque no tanto como esperaba pués sus campañas publicitarias no eran del todo ciertas, ya que se seguían utilizando otros fabricados por compañías como Duro Pen inc, de Brokling NY, y Lew manufacturing de Rhode Island.

Como colofón a la historia Fisher también vendio un centenar de ellos a la URSS (el comerció con los soviéticos estaba permitido siempre y cuando no se tratara de nada con un potencial uso militar).

En este punto podemos ver los elementos de esta historia...la polémica de los lapices mecanizados extremadamente caros + el bolígrafo diseñado por Fisher trás invertir un millón de dólares + la idea de que los rusos seguían utilizando lápices se fusionaron para dar forma a la leyenda urbana de que la NASA gasto un dineral (lo que no es cierto) para desarrollar un bolígrafo espacial (igualmente falso) extremadamente caro (tampoco, apenas costo unos Dólares cada unidad) mientras los rusos lo habían todo más facil al preferir utilizar lápices (tan equivocado como todo lo anterior).

La NASA tiene en su historial decisiones discutibles y muchos presupuestos sobrepasados, pero lo que evidentemente no hizo nunca es gastarse millones de Dólares en bolígrafos...aunque, como todas las leyendas urbanas, seguramente la seguiremos escuchando una y otra vez como algo cierto. Y es que todo lo que les falta de veracidad lo tienen de durabilidad gracias a que la gente las acepta sin más...y sino que se lo cuenten al pobre Disney.

AG7, el bolígrafo espacial original que dió lugar a esta historia. Hoy en día sigue en produccion y se puede comprar por 50 dólares...cosas de la inflación.

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