lunes, marzo 07, 2011

Desde el remolino del tiempo

El meteorito Allende nos ofrece una ventana al caótico inicio del Sistema Solar.

Entornos que cambiaban de forma extrema...ese es el retrato de los origenes que nos ofrecen los meteoritos que de forma continua siguen caiendo sobre La Tierra, todos ellos autenticos fósiles que apenas han cambiando en miles de millones de años. O sería mejor decir que es la información que nos ofrecen algo que encontramos en su interior, pequeñas esferas conocidas como CAIs (inclusiones ricas en Calcio y Aluminio) y de las que ahora las nuevas tecnologías estan empezando a descifrar lo que tiene que decirnos.

Y es que uno de los misterios relacionados con los meteoritos que más han desconcertado a los astrónomos en el último siglo es su aparente contradicción interna, con la presencia de minerales que solo pueden formarse en entornos fríos, y, al mismo tiempo, con otros modificados en entornos calientes...como las CAIs, esferas de apenas un centímetro que se formaron al calentarse hasta el punto de fusión y posteriormente mezclarse con polvo estelar frío. Lejos de formarse "tranquilamente" en un entorno relativamente estable las primeras agrupaciones de materia del disco protoplanetario del que nacieron los planetas, Tierra incluida, parece que vivieron una juventud caótica.

Sacando provecho de los rápidos avances tecnológicos, investigadores de la Universidad de California en Berkeley, dirigidos por Justin I. Simon, han utilizado un instrumento relativamente reciente, el NanoSIMS (espectrómetro de masas iónico secundario) para estudiar la estructura interna de un CAI extraido del meteorito Allende, el que esta considerado la mayor condrita carbonácea encontrada en la Tierra. Este objeto se precipitó sobre México en 1969, fracturandose en cientos de fragmentos que quedaron sobre las tierras de Chihuahua, y se calcula que el cuerpo original pudo tener el tamaño de un coche.

El objetivo, una vez el CAI fue cortado en finas "lonchas", era registrar la abundancia de Isótopos del Oxígeno, en concreto el Oxígeno-16 (16O) y 17 (17O), pués su presencia esta directamente relacionada con la distancia al Sol en el momento de su formación...más 16O cuanto más cerca del Sol y predominancia del 17O si fué en regiones lejanas. Cual fue el resultado?

La respuesta del análisis es una auténtica "guia" de las aventuras y desventuras de este CAI: Una concentración de 17O en aumento (y en sentido contrario en el caso de 160) a medida que nos alejamos de su nucleo indica que formó cerca del Sol para posteriormente ir alejandose...para regresar posteriormente, porque la mayor sorpresa de este estudio fue revelar la alta concentración de 16O en su capa más externa.

Simon hace un resumen de como podemos imaginarnos su larga aventura: "Si uno fuese este grano, habría nacido cerca del Sol primitivo, luego probablemente se habría movido hacia fuera hasta una zona de formación de planetas y después habría vuelto al sistema solar interior o quizás habría salido del plano del disco. Por supuesto, uno habría terminado formando parte de un meteorito, quizás en el cinturón de asteroides, antes de fracturarse y caer sobre la Tierra".

Se calcula que, con respecto a los planetas actuales (y que aun estaban naciendo en ese momento) este CAI se form en algun punto por dentro de la órbita de Mercurio, se desplazó hasta el espacio actualmente ocupado por el cinturón de asteroides situado entre Marte y Júpiter, y luego viajó de vuelta al Sol.

"Las CAI son unos de los componentes más interesantes de los meteoritos. Registraron la historia del sistema solar antes de que se formasen los planetas y fueron los primeros sólidos condensados a partir de la nebulosa gaseosa que rodeaba nuestro Sol primitivo", explica Simon...y ciertamente, como los anillos que vemos en el tronco de un arbol, este estudio muestra que son un auténtico registro de un tiempo primigenio que aun guarda muchos enigmas a resolver. Sus "páginas" guardan muchas de las claves que necesitamos para conocer mejor que ocurrió hace tanto tiempo, cuando un Sol extremadamente joven apenas había empezado a brillar y dentro del remolino de gas y polvo que lo rodeaba estaban empezando a gestarse lo que sería su ´futura familia planetaria.

El 8 de Febrero de 1969 el cielo sobre Chihuahua tembló con la llegada de un gran meteorito, que se fragmento al entrar en la atmósfera y cuyos pedazos se extendieron por una amplia area, la mayor parte de los cuales pudieron ser recuperados para su estudio. Hoy día se consideran la mejor fuente de información directa del pasado remoto de nuestro mundo y el Sistema Solar.

Allende meteorite

Solar System’s Story Revealed in a Pea

La historia de un grano de polvo de 4.500 millones de años

Reading the life history of a 4.5 billion-year-old meteorite

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