viernes, agosto 20, 2010

Un nuevo mundo que llegó en globo

Se cumplen 50 años del lanzamiento del primer satélite de comunicaciones, el Echo 1.

Cual es el beneficio más tangible de la carrera espacial para la gente de la calle? Sin duda, por encima de todos los demas, es la capacidad de disponer de una comunicación casi inmediata con cualquier parte del globo y de, con ello, poder recibir y enviar información igual de rapido...fueron las satélites de telecomunicación, más que ninguna otra cosa, quienes conviertieron el hasta ese momento inmenso mundo en un lugar mucho más pequeño, en la "aldea global" que es hoy día.

Por ello, si bien el primer satélite jamás construido, el Sputnik, fue lanzado en 1957, podríamos decir que su verdadera historia como una realidad tangible para la humanidad empezó el 12 de Agosto de 1960...hasta entonces los pocos satélites lanzados no eran nada más que un hecho puntual y anecdótico, sin duda un evidente logro tecnologico y científico pero sin efecto práctico para el desarrollo de nuestra civilización, pero ese día todo cambió con el lanzamiento del Echo 1...se iniciaba la epoca de las telecomunicaciones.

Y el protagonista de este momento histórico no podía ser más simple, pues basicamente era un globo inflable de unos 30 metros de diámetro, recubierto de una superficie reflectante, y que una vez lanzado por un cohete Delta se situo en órbita alrededor de la Tierra a unos 1600 Kilómetros de altura.

Evidentemente estaba muy lejos de lo que despues serian los auténticos satélites de telecomunicación que llegarian posteriormente, porque Echo 1 cumplía una función pasiva...no recibia y renviaba las señales sino que se limitaba a actuar como un espejo orbital: Las señales de radio y televisión se enviaban hacia donde este se encontraba, se reflejaban en la brillante superficie del satélite y volvian hacia la Tierra, llegando hasta la región escogida previamente. De esta manera se consiguió realizar la primera llamada telefónica via satélite, entre ambas costas de los Estados Unidos, y enviar de la misma manera la primera imagen, un retrato de Eisenhower.

Comparado con las gigantescas cantidades de datos que en la actualidad y diariamente se mueven de un lado a otro del planeta los logros de Echo 1 pueden parecer casi insignificantes, pero en su momento fue un logro asombroso que abrió el camino de una nueva era...de forma activa, porque demostró no solo que era posible sino que representaba un salto adelante decisivo en nuestra capacidad de intercomunicarnos, y de forma pasiva porqué sirvió, junto con su hermano Echo 2, para comprobar que el sistema de simplemente reflejar las señales no terminaba de cumplir las expectativas y sirvió para que la NASA, finalmente, se decantara por el más eficaz sistema de recepción y envío, que es el que se utiliza hoy en día.

Superando todas las espectativas, Echo 1 sobrevivió hasta el 24 de Mayo de 1968, cuando se incineró en la atmósfera...tras el quedaron, ademas de los logros ya mencionados, multitud de anécdotas curiosas, entre las cuales encontramos el hecho de que era facilmente visible a simple vista y se le podia observar cruzar rapidamente la boveda celeste gracias a que brillaba con gran intensidad o que, acidentalmente y en su esfuerzo por construir nuevas antenas para comunicarse mejor con el, los radioastrónomos
Arno Penzias y Robert Wilson detectaron por primera vez una tenue señal que llegaba desde el espacio profundo que seria conocida posteriormente como la Radiación de Fondos de Microondas, considerada la primera prueba sólida del Big Bang, y por lo cual recibieron el premio Nobel.

Hoy día es dificilmente imaginable un mundo sin los satélites de telecomunicaciónes, y no sería exagerado decir que si ahora, subitamente, todos ellos dejaran de funcionar nuestra civilización se enfrentaría a una crisis sin precedentes de resultados imprevisibles...forman una red sobre nuestras cabezas, de la que no solemos ser conscientes pero que da forma al mundo tal y como lo conocemos. Una realidad que empezo hace 50 años de la forma más simple, con un gran globo metalizado que durante 8 años recorrió el firmamento como una resplandenciente estrella.


Un Sello conmemorativo del lanzamiento de Echo-1.

Las dos personas situadas en su base permite apreciar su gran tamaño y lo reflectante de la superficie, imprescindible para su función de espejo.

Una representación artística de Echo-1 ya en órbita. Gracias a su gran tamaño y que era lo más parecido a un espejo brillaba con intensidad y era facilmente visible a simple vista.

1st Communication Satellite: A Giant Space Balloon 50 Years Ago

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