martes, febrero 22, 2011

Las dos caras de la moneda

MESSENGER nos ofrece un retrato en familia del Sistema Solar.

El 14 de Febrero de 1990 la sonda Voyager 1 apuntó sus cámaras hacia una extensión agrupación de objetos luminosos que, desde su prespectiva, se agrupaban justo a la derecha de la constelación de Orión...era el Sol y su familia de planeta, incluida La Tierra, cuya visión, como un diminuto punto perdido en la inmensidad, es ya todo un simbolo de nuestra autentica posición en el Universo. Fue posiblemente el último, en cuanto a imágenes se refiere, gran logro de esta sonda, que en ese momento se encontraba ya a unos 6.000 Millones de Kilómetros de distancia.

Era esta una visión exterior, una mirada desde más alla de los planetas...pero, como en todas las cosas de la vida, tener prespectivas diferentes permite una visión más completa de conjunto. Y el 3 de Noviembre de 2010 la sonda MESSENGER, desde una posición cercana a la órbita de Mercurio, nos ofrecio la segunda parte de un cuadro que la Voyager empezó a pintar hace ya 20 años.

El mosaico está compuesto por 34 fotografías individuales, la mayoría de ellas tomadas el ya mencionado 3 de Noviembre, aunque algunas lo hiceron unos días después, el 16 de Noviembre, por razones de seguridad, pues habría implicado situar el ángulo de visión peligrosamente cerca del deslumbrante (y desde esa posición, enorme) Sol. El resultado es una visión "en familia" del Sistema Solar desde casi su centro, como lo vería un hipotético habitante solar.

Con excepción de Urano y Neptuno, demasiado débiles para ser captados por las cámaras de la MESSENGER, todos los demas planetas son claramente visibles, incluida La Tierra y la Luna, así como Júpiter y sus cuatro satélites principales, mientras que en el centro se observa el delicado trazo de la Vía Lactea, la galaxia de la que formamos parte.

Esta panorámica tiene ventajas y desventajas con respecto a la que nos envió la Voyager...por un lado se encuentra más cerca de los planetas de lo que estaba esta segunda, y estos presentan, ya que los vemos desde tan cerca del Sol, con sus rostros completamente iluminados (en fase llena), lo que permite observar algunas de sus lunas. Por otro no puede abarcar la familia planetaria por completo, pués faltan los dos más alejados, Urano y Neptuno, que, obiamente, en el caso de la Voyager 1 eran los dos más cercanos.

Ambas, pero, son en realidad una sola, las dos caras de una misma moneda, aquella a la que llamamos "hogar".


La posición de la sonda MESSENGER y los distintos planetas cuando se tomaron las fotografías que conforman esta panorámica interna.

La posición de los planetas el 14 de febrero de 1990, tal como los veía la Voyager 1 cuando los fotografío desde la distancia.

El Sistema Solar visto desde 6.000 Millones de Kilómetros de distancia.

Voyager 1 y MESSENGER...una viajando hacia la más profunda oscuridad, otra moviendose en un océano de luz.

The Solar System from the Inside Out - and the Outside In

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