lunes, abril 16, 2007

El testigo de la Tierra

La Luna es un registro fósil de la historia de nuestro propio planeta.

La Tierra es un mundo antiguo...hoy día sabemos con certeza que su edad, así como la de todo el Sistema Solar, ronda los 4500 millones de años. Pero si algo sorprende en primera estancia a cualquiera que se interese por estos temas son los pocos cráteres que salpican su superficie, "si la Tierra es tan antigua porque tiene relativamente pocas señales de impacto ? " Quizás a alguno le sonara este ultimo planteamiento puesto que es usado en ocasiones por grupos religiosos es sus locas teorías sobre la "creacion" de nuestro planeta.

Es facil darse cuenta de la realidad...basta con coger un telescopio o unos prismáticos y observar atentamente la Luna y su superficie literalmente acribillada a cráteres de todos los tamaños. Compañera nuestra desde los primeros tiempos es el testimonio vivo del largo tiempo transcurrido. Surge entonces otra idea, "¿es que la Tierra ha tenido mucha mas suerte que su satélite y esquivo milagrosamente lo peor del bombardeo ?"

La respuesta, obviamente, es no...siendo un "blanco" mayor lo mas probable es que nuestro mundo haya sufrido incluso mas golpes que la propia Luna. La diferencia es que la Tierra es un mundo vivo capaz de curar sus heridas, con una actividad tectonica que le permite ronovar la mayor parte de su corteza manteniéndose por ello en un estado de "eterna juventud" y dotada de unos elementos erosivos tan activos ( fenómenos meteorológicos, volcanes, ríos, ect... ) que incluso en las masas continentales, mucho mas viejas, se acaban ocultando e incluso borrando completamente estas señales.

La luna, por el contrario, es un fósil....apenas a cambiado en los últimos 2000 millones de años, y con la ausencia de atmósfera y prácticamente de cualquier actividad geología remarcable los cráteres acumulados con el paso de millones de años, incluso los mas pequeños, se conservan hasta nuestros días. La única manera de que un cráter selenita desaparezca es por la formación de uno nuevo y mayor que lo destruya.

Asi pues la bella Selene es un testimonio fosilizado del bombardeo que a sacudido tanto a ella como a la Tierra desde su formación, el registro planetario de ese pasado que nuestro planeta a destruido pero que permanece conservado en el rostro de Selene, esperando a ser descifrado.

Mucho se podra aprender de su estudio, en especial para desentrañar uno de los misterios de pasado terrestre, como son la aparente periodicidad de una serie de extinciones masivas de la vida terrestre y que parecen corresponder a un ciclo de 26 millones de años. Una de las ideas para explicar dichos acontecimientos es que la Tierra sufre bombardeos periódicos y regulares, que algunos teorizan como prueba de que el Sol tiene una compañera, una estrella muy débil o una enana marrón que cada cierto tiempo perturba a la nube de Oort y provocar una lluvia de cometas que se precipitan hacia el Sistema Solar interior. ¿Es esto real, existe una periodicidad en los impactos o bien es errónea esa suposición? La respuesta estaria en la Luna, que tendria marcadas en su superficie esas supuestas oleadas de impactos en caso de ser reales.

Un estudio exhaustivo de un gran numero de cráteres lunares que permitirá datarlos con exactitud nos daría la respuesta a esta pregunta. Y es que la Luna es un testimonio fiable de nuestra propia historia, solo hay que levantar la mirada cuando brilla en el firmamento nocturno y leer lo que nos dice.

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