Con el tiempo se convirtió en un elemento familiar para los científicos, un fenómeno atmosférico que se repite en el mismo tiempo y lugar cada año marciano, por lo que somos capaces de anticiparnos a su aparición. Por ello ya se le asigna un nombre, AMEC (Arsia Mons Elongated Cloud), y siendo fiel a su cita, nuevamente aquí la tenemos, como un blanquecino y ciertamente inmenso trazo blanco, que se extiende en una proporción notablemente prominente del globo planetario.
El significado de su nombre ya define perfectamente su naturaleza, una gran nube alargada que parece formarse sobre las laderas de Arsia Mons, uno de los grandes volcanes de Marte. En su momento incluso se planteó la idea, aunque siempre minoritaria, que pudiera ser alguna señal de actividad volcánica, precisamente porque parecía nacer precisamente en dicho volcán, pero ahora sabemos que no es el caso. Que nazca al amanecer, para disiparse pocas horas después, revela su naturaleza atmosférica, formada, como sabemos ahora, por partículas de agua helada.
Precisamente esta fugacidad y que solo se manifiesta durante unas horas al días, justo al amanecer, hace que sea complicado capturarla en toda su extensión desde la órbita. Afortunadamente la veterana Mars Express tiene una órbita muy elíptica alrededor del planeta, lo que significa que se aleja lo suficiente durante cada ciclo como para poder captar Marte en su conjunto. O más concretamente su pequeña Visual Monitoring Camera, también conocida popularmente como la webcam más lejana del mundo, instalada solo para seguir la partida del módulo Beagle 2 y desconectarse para siempre, pero que recibió una segunda vida y ahora es una parte importante del instrumental de la sonda.
Su resolución es mediocre, ya que no necesitaba nada mejor para afrontar la tarea para lo cual fue diseñada, pero su campo de visión en amplio, mucho más que las cámaras "mayores", por lo que es ideal para conseguir vistas amplias desde la distancia. Ideal en caso como este. Una pieza clave para intentar aclarar este pequeño enigma, cuyos mecanismos de formación, aunque con similitudes con formaciones nubosas parecidas vistas en la Tierra, tiene sus propias características que la hacen única. La blanca AMEC seguirá ahí un año tras otro para que lo intentemos.
Entre Septiembre y Octubre de 2018 vimos por última vez a AMEC, nuevamente desplegándose desde las laderas de Arsia Mons. Ahora regresa de nuevo.
La nube en detalle, gracias a la cámara de alta resolución de la Mars Express. Puede apreciarse la sombra que proyecta en la superficie.
El espectrómetro infrarrojo de la Mars Express, conocido como OMEGA, también nos ofreció su propia visión de AMEC.
Las nubes orográficas, conocidas por formarse al rebufo de las altas montañas. AMEC parece basarse en el mismo principio, aunque con características propias.