El cometa interestelar Borosilov en todo su esplendor.
A principios de este próximo mes nuestro planeta tiene un encuentro con un visitante de las estrellas. En realidad el término es quizás un poco exagerado, ya que no se situará a menos de 300 millones de kilómetros de distancia, pero suficiente para que astrónomos aficionados puedan verlo si disponen de telescopios con cierta capacidad. No sería más que uno de los no pocos cometas que se aproximan al Sol cada año, ya que no presenta características que lo difieran de los "locales" (lo que de por si es un dato interesante), pero su origen, llegado desde otra estrella, desde otro sistema planetario, le da un interés inusitado. Por ello está siendo seguido con tanto interés.
Conocido como Borosilov, es un viajero realmente pequeño, apenas kilómetros y medio de diámetro, pero al estar ya cerca de nuestra estrella está despertando, liberando grandes cantidades de gas y polvo, aunque sería más adecuado decir que se está evaporando. Como consecuencia está ya formándose la característica forma vaporosa, con su brillante cabeza y extendida cola, que ahora ya mide unos 150.000 Kilómetros de longitud, como resalta con todo su esplendor en las últimas imágenes del Observatorio W.M. Keck en Hawai.
Un tamaño es 14 veces el de nuestro planeta, lo que de por si es espectacular. Sin embargo nunca se debe olvidar una cosa, y es que un cometa, dejado de lado el núcleo propiamente dicho, es básicamente vacío. Su cola resplandece hermosa bajo la luz del Sol, pero siendo espacio puro y duro, casi vacío, apenas diferente del que lo rodea. Su aspecto podría catalogarse como "fantasmagórico", y quizás sería la definición más adecuada, dada su naturaleza tan tenue, casi incorpora, y que es fruto de una lenta muerte.
Asistimos, por tanto, a un pequeño drama, a un diminuto viajero que un día fue capaz de liberarse del ardiente y fatal abrazo de su estrella...para terminar, aunque sea de forma fugaz, bajo la de nuestro Sol. Cuando se aleje de nosotros quizás encuentro el frío descanso eterno. O quizás no, el destino es caprichoso.
Oumuamua y Borosilov, visitantes de las estrellas.
New image offers close-up view of interstellar comet
sábado, noviembre 30, 2019
jueves, noviembre 28, 2019
Oídos al otro lado de La Luna
La Queqiao inicia las observaciones radiostronómicas.
Allí lejos, más allá de nuesta compañera celeste, tenemos, desde hace meses, la constante presencia china, tanto con el módulo Cheng´e 4 y el rover Yutu 2, ambos aún en activo, como por la sonda que, estacionada más allá de nuestro satélite, les sirve como puente de comunicación con la Tierra. Sin ella, simplemente se habría perdido el contacto en el mismo momento de alunizar en la cara oculta, y es su principal función. Pero no la única.
Y es que tener un ingenio espacial en una posición en un lugar tan privilegiado, alejada en buena medida de torrente de emisiones electromagnéticas que sale contantemente de nuestro planeta y tanto dificulta escuchar el Universo era una oportunidad que no se podía dejar escapar. De ahí nació el proyecto holandés NCLE (Netherlands Chinese Low-Frequency Explorer), desarrollado y construido por ASTRON Netherlands Institute for Radio Astronomy (Astron), y que consistió en instalar en la Queqiao lo que podríamos considerar el radiotelescopio más lejano jamás desplegado.
Hasta ahora se había mantenido dormido, pero recientemente comenzó su despliegue. En total son tres antenas, la primera de las cuales ya se encuentra totalmente desplegada a la que pronto le seguirán las otras dos. Su objetivo serán las emisiones de radio de baja frecuencia llegadas desde las primeras estrellas y galaxias que se formaron en el Universo. Sería difícil algo así en órbita terrestre, siendo necesario mucha protección para aislarlo del "ruido" terrestre tan cerca de ella, pero la Queqiao se ve libre en buena parte, al estar muy lejos, situada a 400.000 kilómetros más allá de nuestro satélite. Y así el programa espacial chino suma otro éxito en lo que parece ya una carrera imparable.
El despliegue de la primera de las antenas del NCLE.
La Queqiao, puente de comunicaciones entre la cara oculta de La Luna y la Tierra.
China activa un observatorio radioastronómico más allá de la Luna
Hasta ahora se había mantenido dormido, pero recientemente comenzó su despliegue. En total son tres antenas, la primera de las cuales ya se encuentra totalmente desplegada a la que pronto le seguirán las otras dos. Su objetivo serán las emisiones de radio de baja frecuencia llegadas desde las primeras estrellas y galaxias que se formaron en el Universo. Sería difícil algo así en órbita terrestre, siendo necesario mucha protección para aislarlo del "ruido" terrestre tan cerca de ella, pero la Queqiao se ve libre en buena parte, al estar muy lejos, situada a 400.000 kilómetros más allá de nuestro satélite. Y así el programa espacial chino suma otro éxito en lo que parece ya una carrera imparable.
El despliegue de la primera de las antenas del NCLE.
La Queqiao, puente de comunicaciones entre la cara oculta de La Luna y la Tierra.
China activa un observatorio radioastronómico más allá de la Luna
miércoles, noviembre 27, 2019
Las habitantes de un cielo rojizo
Recreando la evolución de las nubes a lo largo de un día marciano.
El planeta rojo es un lugar hostil, extraño, alienígena, pero al mismo tiempo tiene facetas que lo convierten en un mundo extrañamente parecido al nuestro, quizás un eco de lo que fue, quizás un ejemplo de un planeta que se quedó a medio camino de ser otra Tierra, por su menor tamaño, por su lejanía al Sol o quizás por ambas cosas al mismo tiempo. Entre estas cosas familiares, junto con los casquetes polares, los volcanes y las señales de antiguas corrientes de agua, encontramos las nubes. Porque existen, y no como detalles puntuales y exóticos, sino como parte de una meteorológia complejo.
Es un ciclo en el que el agua tiene un papel calve, con sus moléculas viajando entre la superficie y la atmósfera, formando diminutos cristales de hielo que se agrupan y dispersan siguiendo tanto el cambio de las estaciones como el día a día. Es un elemento clave para entender su clima, y por ello el Centro de Modelación Climática de Marte, del Centro de Investigación Ames de la NASA , han recreado, utilizando los datos disponibles tanto desde en órbita como desde la superficie, como estas evolucionan en conjunto. Un escenario que coincide con el Verano Septentrional, el que rige ahora el hemisferio norte.
Este escenario virtual muestra como las nubes se forman lentamente durante la noche cerca del ecuador y llegan al punto de máxima extensión justo antes de que salga el Sol. Se dispersan rápidamente a medida que el día avanza y las temperaturas suben, para reaparecer al anochecer. Se pueden ver varios picos de Tharsis Montes, la cadena de volcanes, y como a su estela se forman también nubes, un fenómeno que podemos ver también en la Tierra.
Aunque las nubes marcianas son muy delgadas en comparación con las terrestres, tienen un efecto significativo en la intensidad de sus sistemas eólicos. Es decir, que controlan hasta cierto punto el viaje del agua alrededor del planeta. Son las tenues, pero importantes, habitantes de un cielo con eternos tonos rojizos.
Las nubes son una compañía hasta cierto punto habitual para los exploradores marcianos.
A Cloudy Martian Night, Through the Eyes of a Supercomputer
El planeta rojo es un lugar hostil, extraño, alienígena, pero al mismo tiempo tiene facetas que lo convierten en un mundo extrañamente parecido al nuestro, quizás un eco de lo que fue, quizás un ejemplo de un planeta que se quedó a medio camino de ser otra Tierra, por su menor tamaño, por su lejanía al Sol o quizás por ambas cosas al mismo tiempo. Entre estas cosas familiares, junto con los casquetes polares, los volcanes y las señales de antiguas corrientes de agua, encontramos las nubes. Porque existen, y no como detalles puntuales y exóticos, sino como parte de una meteorológia complejo.
Es un ciclo en el que el agua tiene un papel calve, con sus moléculas viajando entre la superficie y la atmósfera, formando diminutos cristales de hielo que se agrupan y dispersan siguiendo tanto el cambio de las estaciones como el día a día. Es un elemento clave para entender su clima, y por ello el Centro de Modelación Climática de Marte, del Centro de Investigación Ames de la NASA , han recreado, utilizando los datos disponibles tanto desde en órbita como desde la superficie, como estas evolucionan en conjunto. Un escenario que coincide con el Verano Septentrional, el que rige ahora el hemisferio norte.
Este escenario virtual muestra como las nubes se forman lentamente durante la noche cerca del ecuador y llegan al punto de máxima extensión justo antes de que salga el Sol. Se dispersan rápidamente a medida que el día avanza y las temperaturas suben, para reaparecer al anochecer. Se pueden ver varios picos de Tharsis Montes, la cadena de volcanes, y como a su estela se forman también nubes, un fenómeno que podemos ver también en la Tierra.
Aunque las nubes marcianas son muy delgadas en comparación con las terrestres, tienen un efecto significativo en la intensidad de sus sistemas eólicos. Es decir, que controlan hasta cierto punto el viaje del agua alrededor del planeta. Son las tenues, pero importantes, habitantes de un cielo con eternos tonos rojizos.
Las nubes son una compañía hasta cierto punto habitual para los exploradores marcianos.
A Cloudy Martian Night, Through the Eyes of a Supercomputer
domingo, noviembre 24, 2019
Entre la oscuridad y las tinieblas
Siguiendo a la estrella que escapó del agujero negro galáctico.
Hace unos 5 millones de años, cuando en el planeta Tierra los ancestros de lo que más adelante conoceríamos como Humanidad daban sus primeros pasos, algo ocurrió en el corazón de la Vía Láctea. En esos tiempos lejanos un sistema estelar binario se aproximó de forma fatal al monstruo que allí habita, haciendo que una de ellas quedara atrapada, mientras que la otra, golpeada por las increíbles fuerzas de marea gravitatoria, sufrió el efecto contrario, se vio proyectada a unos espectaculares 6 millones de Kilómetros/Hora, suficiente para romper cualquier lazo con la propia Galaxia. Está en un viaje hacia la completa oscuridad intergaláctica sin regreso posible.
En la actualidad se encuentra relativamente cerca de nosotros, a unos 29.000 años/luz, lo suficiente para que tanto telescopios terrestres como orbitales, como Gaia, detectaran sus extrañas circunstancias, de que se estaba moviendo 10 veces más rápido que la mayoría de estrellas de la Vía Láctea, que su trayectoria indicaba que su punto de origen era el centro de nuestra galaxia y que esta ya no era capaz de retenerla. S5-HVS1, como se la denomina, se estaba escapando y nada podía retenerla.
"Esto es súper emocionante, ya que hemos sospechado durante mucho tiempo que los agujeros negros pueden expulsar estrellas con velocidades muy altas. Sin embargo, nunca tuvimos una asociación inequívoca de una estrella tan rápida con el centro galáctico", explica Sergey Koposov, de la Carnegie Mellon University's McWilliams Center for Cosmologyen, y que lideró el grupo que realizó este descubrimiento.
Uno realmente significativo, ya que es la primera evidencia directa de lo que se llama Mecanismo Hill, por el astrónomo Jack Hills que lo propuso hace 30 años, y que proponía que estrellas podía ser eyectadas desde el corazón galáctico después de la interacción entre un sistema binario y el agujero negro que ahí habita. "Esta es la primera demostración clara del mecanismo de Hills en acción", explica Ting Li, de la Universidad de Princeton y que colaboró con este estudio. "Ver esta estrella es realmente sorprendente, ya que sabemos que debe haberse formado en el centro galáctico, un lugar muy diferente a nuestro entorno local. Es un visitante de una tierra extraña".
Escapó de la oscuridad para dirigirse a las tinieblas. Hoy la vemos en esa pequeña etapa de su existencia en que aún esta cerca de sus hermanas. Pronto en el futuro, hablando en escala de tiempo cómica, las dejará atrás y se adentrará en el océano intergaláctico, con la única luz, cada vez más lejana, de la misma galaxia que un día fue su hogar.
Una representación de lo que parece haberle ocurrido a estrella. Su compañera queda atrapada en órbita, mientras que ella se ve proyectada a velocidades que rompen cualquier lazo con la galaxia, lanzándola en un camino sin retorno.
Runaway star was ejected from the “heart of darkness”
Hace unos 5 millones de años, cuando en el planeta Tierra los ancestros de lo que más adelante conoceríamos como Humanidad daban sus primeros pasos, algo ocurrió en el corazón de la Vía Láctea. En esos tiempos lejanos un sistema estelar binario se aproximó de forma fatal al monstruo que allí habita, haciendo que una de ellas quedara atrapada, mientras que la otra, golpeada por las increíbles fuerzas de marea gravitatoria, sufrió el efecto contrario, se vio proyectada a unos espectaculares 6 millones de Kilómetros/Hora, suficiente para romper cualquier lazo con la propia Galaxia. Está en un viaje hacia la completa oscuridad intergaláctica sin regreso posible.
En la actualidad se encuentra relativamente cerca de nosotros, a unos 29.000 años/luz, lo suficiente para que tanto telescopios terrestres como orbitales, como Gaia, detectaran sus extrañas circunstancias, de que se estaba moviendo 10 veces más rápido que la mayoría de estrellas de la Vía Láctea, que su trayectoria indicaba que su punto de origen era el centro de nuestra galaxia y que esta ya no era capaz de retenerla. S5-HVS1, como se la denomina, se estaba escapando y nada podía retenerla.
"Esto es súper emocionante, ya que hemos sospechado durante mucho tiempo que los agujeros negros pueden expulsar estrellas con velocidades muy altas. Sin embargo, nunca tuvimos una asociación inequívoca de una estrella tan rápida con el centro galáctico", explica Sergey Koposov, de la Carnegie Mellon University's McWilliams Center for Cosmologyen, y que lideró el grupo que realizó este descubrimiento.
Uno realmente significativo, ya que es la primera evidencia directa de lo que se llama Mecanismo Hill, por el astrónomo Jack Hills que lo propuso hace 30 años, y que proponía que estrellas podía ser eyectadas desde el corazón galáctico después de la interacción entre un sistema binario y el agujero negro que ahí habita. "Esta es la primera demostración clara del mecanismo de Hills en acción", explica Ting Li, de la Universidad de Princeton y que colaboró con este estudio. "Ver esta estrella es realmente sorprendente, ya que sabemos que debe haberse formado en el centro galáctico, un lugar muy diferente a nuestro entorno local. Es un visitante de una tierra extraña".
Escapó de la oscuridad para dirigirse a las tinieblas. Hoy la vemos en esa pequeña etapa de su existencia en que aún esta cerca de sus hermanas. Pronto en el futuro, hablando en escala de tiempo cómica, las dejará atrás y se adentrará en el océano intergaláctico, con la única luz, cada vez más lejana, de la misma galaxia que un día fue su hogar.
Un viaje hacia el olvido.
Runaway star was ejected from the “heart of darkness”
sábado, noviembre 23, 2019
Pequeñas huellas de grandes sueños
Revelando el lugar de impacto de la sonda china Longjiang 2.
La veterana LRO (Lunar Reconnaissance Orbiter) es desde hace años la "guardiana" de La Luna, nuestros ojos más sensibles, no solo para explora a nuestra compañera planetaria sino también para atestiguar todas las huellas que la Humanidad está dejando en ella desde esos ya lejanos años 60 del siglo pasado. De sus éxitos, sus fracasos y sus últimos momentos. Como es lógico no ha cuerpo celeste, Tierra a un lado, donde nuestra presencia sea tan notoria. Y sigue en aumento.
Una de sus últimas "capturas" nos lleva a los restos de la pequeña Longjing-2, ahora localizados en el interior del cráter Van Gent, cerca del ecuador lunar. Esta formaba parte de la misión Chang´e 4, actualmente trabajando en la cara oculta de La Luna junto con el rover Yutu 2, y acompañó a la sonda Queqiao, que recordemos se situó en el punto de Lagrange 2 del sistema Tierra-Luna (o para decirlo de forma sencilla, se mantiene en una región del espacio justo al otro lado de La Luna) para ofrecer cobertura entre los dos exploradores de superficie y nuestro planeta.
En realidad eran dos, las Longjiang 1 y 2, minúsculas sondas, de apenas 45 kilogramos cada una, destinadas a estudios de radioastronomía en baja frecuencia, aunque también con capacidad de enviar imágenes de alta calidad. La primera falló, pero la segunda si cumplió todos sus objetivos, hasta agotar su capacidad de seguir adelante y por ello llevada, de forma deliberada, hasta la superficie para estrellarla en ella. Y así se hizo. Su huella así lo atestigua. Otra señal de nuestros esfuerzos por regresar a nuestro satélite, que tiene, ahora mismo, a China como su mayor exponente.
Mapa topográfico de la zona, donde se muestra que impactó contra una ladera, llegando desde el lado izquierdo de la imagen. Cuando una sonda colisiona contra la superficie lunar no lo hace de forma directa, sino siguiendo órbitas cada vez más bajas hasta que finalmente algún accidente topográfico se interpone fatalmente en su camino.
Una de las pequeñas Longjiang.
Localizan el impacto de un microsatélite chino en la cara oculta lunar
Una de sus últimas "capturas" nos lleva a los restos de la pequeña Longjing-2, ahora localizados en el interior del cráter Van Gent, cerca del ecuador lunar. Esta formaba parte de la misión Chang´e 4, actualmente trabajando en la cara oculta de La Luna junto con el rover Yutu 2, y acompañó a la sonda Queqiao, que recordemos se situó en el punto de Lagrange 2 del sistema Tierra-Luna (o para decirlo de forma sencilla, se mantiene en una región del espacio justo al otro lado de La Luna) para ofrecer cobertura entre los dos exploradores de superficie y nuestro planeta.
En realidad eran dos, las Longjiang 1 y 2, minúsculas sondas, de apenas 45 kilogramos cada una, destinadas a estudios de radioastronomía en baja frecuencia, aunque también con capacidad de enviar imágenes de alta calidad. La primera falló, pero la segunda si cumplió todos sus objetivos, hasta agotar su capacidad de seguir adelante y por ello llevada, de forma deliberada, hasta la superficie para estrellarla en ella. Y así se hizo. Su huella así lo atestigua. Otra señal de nuestros esfuerzos por regresar a nuestro satélite, que tiene, ahora mismo, a China como su mayor exponente.
La tenue (dado su pequeño tamaño era previsible) dejada por el impacto de la Longjinag 2.
Una de las pequeñas Longjiang.
jueves, noviembre 21, 2019
Bajo la luz de un doble atardecer
Centenares de mundos en sistemas binarios en nuestra vecindad.
Cuando Gorge Lucas imaginó Tatooine estaba lanzando una idea mucho más absurda y loca para la gente de la época de lo que nunca podríamos imaginar. No solo es que en 1977 no se conocía un solo planeta fuera del Sistema Solar, por mucho que la ciencia ficción los imaginara de las formas más rocambolescas, sino que la misma idea de que pudieran existir en sistemas binarios, como era el caso del hogar de los Skywalkers, era científicamente imposible para los expertos. Quizás podían existir mundos en otras estrellas, pero solo, según los modelos cásicos, se podrían formar en estrellas solitarios, como el Sol. Los sistemas múltiples era, por definición, demasiado inestables gravitatoriamente como para permitir que se formaran.
Lucas apostó por plasmar sus sueños, más que pretender un realismo que Star Wars nunca buscó realmente. Pero por azar o por una intuición genial, lo cierto es que los Tatooine son reales. La idea de que no se podía formar ahí se vino abajo así que se empezaron a descubrir, y desde entonces el número no deja de aumentar. Y no son una rareza, sino que existen en grandes cantidades. Una visita a nuestra vecindad estelar nos revela hasta que punto.
Porque ni el podía imaginar que solo mirando a 1600 años-luz alrededor del Sol, se pudieran identificar hasta 208 planetas en sistemas múltiples, sobre todo en binarios, formados por dos "Soles", como el Tatooine fílmico, aunque también tenemos algunos triples y hasta cuádruples. Todos esto analizando 1300 estrellas, solo una parte del total. "Los sistemas estelares múltiples son muy comunes en nuestra Vía Láctea", explica Markus Mugrauer, de la Universidad Friedrich Schiller Jena, en Alemania, que lideró este nuevo estudio."Si tales sistemas incluyen planetas, son de particular interés para la Astrofísica, porque en ellos pueden diferir de nuestro sistema solar en formas fundamentales".
La imagen que extraemos es la de mundos que pueden existir en todas partes, en ambientes y sistemas que hasta no hace tanto parecían imposibles. La fantasía de Lucas de un atardecer de dos soles llevado a su máxima expresión. Y es que en ocasiones la realidad supera nuestros más locos sueños.
Una imagen icónica de Star Wars, quizás una de las más recordadas, un atardecer de dos soles en ese planeta desértico y lejos de todo, aunque curiosamente centro de no pocas historias de la saga.
"Si, mira para allá, mira esos dos soles. Quién es el loco ahora?"
Distant worlds under many suns
Cuando Gorge Lucas imaginó Tatooine estaba lanzando una idea mucho más absurda y loca para la gente de la época de lo que nunca podríamos imaginar. No solo es que en 1977 no se conocía un solo planeta fuera del Sistema Solar, por mucho que la ciencia ficción los imaginara de las formas más rocambolescas, sino que la misma idea de que pudieran existir en sistemas binarios, como era el caso del hogar de los Skywalkers, era científicamente imposible para los expertos. Quizás podían existir mundos en otras estrellas, pero solo, según los modelos cásicos, se podrían formar en estrellas solitarios, como el Sol. Los sistemas múltiples era, por definición, demasiado inestables gravitatoriamente como para permitir que se formaran.
Lucas apostó por plasmar sus sueños, más que pretender un realismo que Star Wars nunca buscó realmente. Pero por azar o por una intuición genial, lo cierto es que los Tatooine son reales. La idea de que no se podía formar ahí se vino abajo así que se empezaron a descubrir, y desde entonces el número no deja de aumentar. Y no son una rareza, sino que existen en grandes cantidades. Una visita a nuestra vecindad estelar nos revela hasta que punto.
Porque ni el podía imaginar que solo mirando a 1600 años-luz alrededor del Sol, se pudieran identificar hasta 208 planetas en sistemas múltiples, sobre todo en binarios, formados por dos "Soles", como el Tatooine fílmico, aunque también tenemos algunos triples y hasta cuádruples. Todos esto analizando 1300 estrellas, solo una parte del total. "Los sistemas estelares múltiples son muy comunes en nuestra Vía Láctea", explica Markus Mugrauer, de la Universidad Friedrich Schiller Jena, en Alemania, que lideró este nuevo estudio."Si tales sistemas incluyen planetas, son de particular interés para la Astrofísica, porque en ellos pueden diferir de nuestro sistema solar en formas fundamentales".
La imagen que extraemos es la de mundos que pueden existir en todas partes, en ambientes y sistemas que hasta no hace tanto parecían imposibles. La fantasía de Lucas de un atardecer de dos soles llevado a su máxima expresión. Y es que en ocasiones la realidad supera nuestros más locos sueños.
Una imagen icónica de Star Wars, quizás una de las más recordadas, un atardecer de dos soles en ese planeta desértico y lejos de todo, aunque curiosamente centro de no pocas historias de la saga.
"Si, mira para allá, mira esos dos soles. Quién es el loco ahora?"
Distant worlds under many suns
miércoles, noviembre 20, 2019
El rostro del titan helado
Presentado el primer mapa global de Titán.
Es una luna de Saturno, pero sería un planeta por derecho propio de estar en órbita alrededor de Sol, y para los terrestres quizás uno de los más interesantes y atrayentes de todos. Tan diferente en tantas cosas, y al mismo tiempo con tantas cosas en común con la Tierra, hasta el punto de parecer una versión primigenia y helada de nuestro mundo. Lagos, mares, nubes, desiertos, dunas, montañas, terrenos abruptos y mucho más conforman un lugar que podría, si dejamos el frío intenso y que lo lugar de agua lo que llueve son hidrocarburos, hacernos creer que estamos en casa.
Cassini trabajó duramente para explorarlo, realizando numerosos sobrevuelos que, poco a poco y "barriendo" con su radar la superficie consiguió ir desvelando su rostro. Un trabajo desafiante que no se detuvo con el final de la sonda. Bien el contrario, todos estos datos no han dejado de ser analizados, estudiados y conjuntados para ir formando el primer mapa global de la geografía de Titán. Un trabajo que ahora da sus primero resultados, mostrando el mundo que se esconde bajo su eterna niebla.
"A pesar de los diferentes materiales, temperaturas y campos gravitatorio entre la Tierra y Titán, muchas características de la superficie son similares entre los dos mundos y pueden interpretarse como productos de los mismos procesos geológicos. El mapa muestra que algunos terrenos geológicos tienen una distribución claramente ligada a la latitud, otros se extienden globalmente, y que algunos terrenos cubren mucho más área que otros", explica Rosaly Lopes, geolaga planetaria del JPL, y que lidero este proyecto.
Cassini realizó 120 sobrevuelos, lo que implica un enorme tesoro de datos donde Rosaly y sus colegas se adentraron. En concreto utilizaron las imágenes generadas por radar, así como imágenes en visibles e infrarrojos, que pudieron capturar algunas de las características geológicas más grandes a través de la neblina de metano."Este estudio es un ejemplo del uso de conjuntos de datos e instrumentos combinados".
"La misión Cassini reveló que Titán es un mundo geológicamente activo, donde los hidrocarburos como el metano y el etano toman el papel que el agua tiene en la Tierra. Los hidrocarburos llueven en la superficie, fluyen en arroyos y ríos, se acumulan en lagos y mares, y se evaporan en la atmósfera. ¡Es un mundo bastante asombroso!" Y ciertamente así es. Ojalá algún día podamos regresar.
Un lugar fascinante, tan terrestre y extraterrestre al mismo tiempo
The First Global Geologic Map of Titan Completed
Es una luna de Saturno, pero sería un planeta por derecho propio de estar en órbita alrededor de Sol, y para los terrestres quizás uno de los más interesantes y atrayentes de todos. Tan diferente en tantas cosas, y al mismo tiempo con tantas cosas en común con la Tierra, hasta el punto de parecer una versión primigenia y helada de nuestro mundo. Lagos, mares, nubes, desiertos, dunas, montañas, terrenos abruptos y mucho más conforman un lugar que podría, si dejamos el frío intenso y que lo lugar de agua lo que llueve son hidrocarburos, hacernos creer que estamos en casa.
Cassini trabajó duramente para explorarlo, realizando numerosos sobrevuelos que, poco a poco y "barriendo" con su radar la superficie consiguió ir desvelando su rostro. Un trabajo desafiante que no se detuvo con el final de la sonda. Bien el contrario, todos estos datos no han dejado de ser analizados, estudiados y conjuntados para ir formando el primer mapa global de la geografía de Titán. Un trabajo que ahora da sus primero resultados, mostrando el mundo que se esconde bajo su eterna niebla.
"A pesar de los diferentes materiales, temperaturas y campos gravitatorio entre la Tierra y Titán, muchas características de la superficie son similares entre los dos mundos y pueden interpretarse como productos de los mismos procesos geológicos. El mapa muestra que algunos terrenos geológicos tienen una distribución claramente ligada a la latitud, otros se extienden globalmente, y que algunos terrenos cubren mucho más área que otros", explica Rosaly Lopes, geolaga planetaria del JPL, y que lidero este proyecto.
Cassini realizó 120 sobrevuelos, lo que implica un enorme tesoro de datos donde Rosaly y sus colegas se adentraron. En concreto utilizaron las imágenes generadas por radar, así como imágenes en visibles e infrarrojos, que pudieron capturar algunas de las características geológicas más grandes a través de la neblina de metano."Este estudio es un ejemplo del uso de conjuntos de datos e instrumentos combinados".
"La misión Cassini reveló que Titán es un mundo geológicamente activo, donde los hidrocarburos como el metano y el etano toman el papel que el agua tiene en la Tierra. Los hidrocarburos llueven en la superficie, fluyen en arroyos y ríos, se acumulan en lagos y mares, y se evaporan en la atmósfera. ¡Es un mundo bastante asombroso!" Y ciertamente así es. Ojalá algún día podamos regresar.
Un lugar fascinante, tan terrestre y extraterrestre al mismo tiempo
The First Global Geologic Map of Titan Completed
sábado, noviembre 16, 2019
Es la hora de regresar a casa, Hayabusa 2
La sonda japonesa, en camino hacia la Tierra.
Punto final a una de las mayores odiseas espaciales de los últimos años, durante las cuales hemos explorado, en órbita y desde la superficie, el asteroide Ryugu. Un tipo de cuerpo planetario que, a pesar de existir en números incalculables distamos de conocer a fondo, y que pese a la idea ya desfasada de simples "rocas inertes", han demostrado ser mucho más interesantes y complejos de lo que se creía antaño. Por ello todo lo conseguido ahora, y lo que se conseguirá una vez la sonda llegue a nuestro planeta y entregue las muestras recogidas, es de un valor difícil de cuantificar.
Fue este pasado 13 de Noviembre cuando un encendido de los impulsores químicos de la Hayabusa 2 rompieron los tenues lazos gravitatorios que la ligaban con Ryugu, tal como confirmó posteriormente la propia JAXA. Posteriormente llegó el encendido del impulsor iónico, que será el responsable, si funciona correctamente, de llevarla de regreso a la Tierra, un camino más fácil que el camino opuesto, ya que ahora mismo ambos cuerpos están relativamente cerca y no será necesario recorrer los 300 millones de kilómetros que debió cubrir en su viaje de idea. Se espera que alcance la vecindad de nuestro mundo a finales de 2020.
Cuando esto ocurra la Hayabusa 2, colocándose en una trayectoria que la llevaría a incinerarse en la atmósfera de nuestro planeta, lanzará una capsula con todo el material que se espera haya podido recoger, para su posterior recuperación. Esto marcará el punto final de este viaje, pero, a diferencia de su predecesora, no será el final de la sonda propiamente dicha. Después de completar el lanzamiento de la cápsula maniobrará para evitar la colisión y, con reservas de combustible aún destacables, iniciará un nuevo viaje a otro asteroide, posiblemente 2001 WR1, aunque esta vez solo para sobrevolarlo antes de perderse para siempre en las profundidades del espacio. Se espera que esto ocurra en algún momento a lo largo de 2023, aunque aún falta la confirmación oficial.
Se termina así este maravillosa aventura, el mayor y más rutilante éxito de Japón en el terreno de la exploración interplanetaria, en que lo aprendido por la anterior Hayabusa preparó en camino para su sucesora. Una gran noticia para la siguiente y aún más increíble aventura, la exploración y toma de muestras de las lunas de Marte, Fobos y Deimos. Viendo lo conseguido por las gentes de la JAXA, y que sin duda se aplicarán en ella lo ahora aprendido, podemos ver el futuro con esperanza.
Hayabusa 2 y algunos de sus rover en superficie nos dejó imágenes para la historia, testimonio de su tremendo éxito.
El posible futuro objetivo de la sonda, el asteroide 2001 WR1.
Japanese space probe Hayabusa2 set to return to Earth from asteroid Ryugu
Punto final a una de las mayores odiseas espaciales de los últimos años, durante las cuales hemos explorado, en órbita y desde la superficie, el asteroide Ryugu. Un tipo de cuerpo planetario que, a pesar de existir en números incalculables distamos de conocer a fondo, y que pese a la idea ya desfasada de simples "rocas inertes", han demostrado ser mucho más interesantes y complejos de lo que se creía antaño. Por ello todo lo conseguido ahora, y lo que se conseguirá una vez la sonda llegue a nuestro planeta y entregue las muestras recogidas, es de un valor difícil de cuantificar.
Fue este pasado 13 de Noviembre cuando un encendido de los impulsores químicos de la Hayabusa 2 rompieron los tenues lazos gravitatorios que la ligaban con Ryugu, tal como confirmó posteriormente la propia JAXA. Posteriormente llegó el encendido del impulsor iónico, que será el responsable, si funciona correctamente, de llevarla de regreso a la Tierra, un camino más fácil que el camino opuesto, ya que ahora mismo ambos cuerpos están relativamente cerca y no será necesario recorrer los 300 millones de kilómetros que debió cubrir en su viaje de idea. Se espera que alcance la vecindad de nuestro mundo a finales de 2020.
Cuando esto ocurra la Hayabusa 2, colocándose en una trayectoria que la llevaría a incinerarse en la atmósfera de nuestro planeta, lanzará una capsula con todo el material que se espera haya podido recoger, para su posterior recuperación. Esto marcará el punto final de este viaje, pero, a diferencia de su predecesora, no será el final de la sonda propiamente dicha. Después de completar el lanzamiento de la cápsula maniobrará para evitar la colisión y, con reservas de combustible aún destacables, iniciará un nuevo viaje a otro asteroide, posiblemente 2001 WR1, aunque esta vez solo para sobrevolarlo antes de perderse para siempre en las profundidades del espacio. Se espera que esto ocurra en algún momento a lo largo de 2023, aunque aún falta la confirmación oficial.
Se termina así este maravillosa aventura, el mayor y más rutilante éxito de Japón en el terreno de la exploración interplanetaria, en que lo aprendido por la anterior Hayabusa preparó en camino para su sucesora. Una gran noticia para la siguiente y aún más increíble aventura, la exploración y toma de muestras de las lunas de Marte, Fobos y Deimos. Viendo lo conseguido por las gentes de la JAXA, y que sin duda se aplicarán en ella lo ahora aprendido, podemos ver el futuro con esperanza.
Hayabusa 2 y algunos de sus rover en superficie nos dejó imágenes para la historia, testimonio de su tremendo éxito.
El posible futuro objetivo de la sonda, el asteroide 2001 WR1.
Japanese space probe Hayabusa2 set to return to Earth from asteroid Ryugu
viernes, noviembre 15, 2019
Doble dosis de misterios marcianos
Mediciones inexplicables en la concentración estacional de oxigeno.
Por primera vez en la historia de la exploración del planeta rojo hemos podido seguir y medir los cambios estacionales en su atmósfera. Esto, lejos de haber explicado su origen, a profundizado el misterio del metano, ese gas, quizás geológico, quizás biológico, que se empeña en escaparse de nuestras manos cada vez que creemos haberlo pillado. Es el enigma más conocido, y el motor de misiones como la ExoMars, pero no es el único. Marte no deja de acumularlos a un ritmo que en ocasiones nos supera.
Y este nuevo desafío se llama oxigeno. Si, existe este gas en Marte, aunque sea en cantidades minúsculas. Como el metano, y como este su comportamiento abre las puertas a excitantes posibilidades. Recapitulemos.
Los resultados de SAM, el laboratorio interno de Curiosity, confirmaron la composición de la atmósfera marciana en la superficie: 95% dióxido de carbono (CO2), 2.6% nitrógeno molecular (N2), 1.9% de argón (Ar), 0.16% de oxígeno molecular (O2), y 0.06% de monóxido de carbono (CO). También revelaron cómo las moléculas en el aire se mezclan y circulan siguiendo los cambios en la presión atmosférica, que son frutos de la congelación y sublimación del CO2 en los casquetes polares, que se produce en tal grado que afectan de forma clara la densidad del aire a escala global. Dentro de este entorno variable, los científicos descubrieron que el nitrógeno y el argón siguen un patrón predecible, aumentando y disminuyendo su concentración en Gale durante todo el año en relación con la cantidad de CO2 presente.
Se esperaba que el oxígeno hiciera lo mismo. Pero para completa sorpresa de los científicos de la misión no fue eso lo que Curiosity encontró. De forma inexplicable para ellos su concentración aumentó durante la primavera y el verano hasta en un 30% más de lo esperado, y luego volvió a caer a los niveles pronosticados en otoño o incluso más bajos. Es como si algo lo emitiera primero y retirara después. "La primera vez que vimos eso, fue algo alucinante", explica Sushil Atreya, profesor de ciencias climáticas y espaciales en la Universidad de Michigan.
"Estamos luchando por explicarlo", dijo Melissa Trainer, científica planetaria del Centro Goddard, quien dirigió esta investigación. "El hecho de que el comportamiento del oxígeno no sea perfectamente repetible cada temporada nos hace pensar que no es un problema que tenga que ver con la dinámica atmosférica. Tiene que ser una fuente química y un sumidero que aún no podemos explicar". Para profundizar en el misterio, todas las explicaciones plausibles ya han sido estudiadas y descartadas. Fallo técnico? Los instrumentos parecen funcionar perfectamente. Podría ser resultado de la rotura de moléculas de agua (H2O) o Dióxido de Carbono (CO2), fruto de la radiación solar? Descartado en ambos casos. Es decir, estamos sin opciones, al menos de momento, en una evidente y algo frustrante repetición de lo que ocurre con el metano.
El oxígeno y el metano se pueden producir tanto biológicamente (a partir de microbios, por ejemplo) como abióticamente (a partir de la química relacionada con el agua y las rocas), y aunque esta segunda es ahora mismo la que se ve más probable, ya que no tenemos indicios de ninguna actividad biológica en Marte, al menos en la actualidad. Pero es imposible no caer en la tentación de imaginar la opción más emocionante, ahora multiplicada por dos. Es lo más probable, pero quien sabe...
El inesperado comportamiento en la concentración de oxígeno que desorienta a los científicos.
SAM, el laboratorio interno de Curiosity, diseñado para analizar muestras de tierra, pero también capaz de hacer lo mismo con el aire.
With Mars Methane Mystery Unsolved, Curiosity Serves Scientists a New One: Oxygen
Por primera vez en la historia de la exploración del planeta rojo hemos podido seguir y medir los cambios estacionales en su atmósfera. Esto, lejos de haber explicado su origen, a profundizado el misterio del metano, ese gas, quizás geológico, quizás biológico, que se empeña en escaparse de nuestras manos cada vez que creemos haberlo pillado. Es el enigma más conocido, y el motor de misiones como la ExoMars, pero no es el único. Marte no deja de acumularlos a un ritmo que en ocasiones nos supera.
Y este nuevo desafío se llama oxigeno. Si, existe este gas en Marte, aunque sea en cantidades minúsculas. Como el metano, y como este su comportamiento abre las puertas a excitantes posibilidades. Recapitulemos.
Los resultados de SAM, el laboratorio interno de Curiosity, confirmaron la composición de la atmósfera marciana en la superficie: 95% dióxido de carbono (CO2), 2.6% nitrógeno molecular (N2), 1.9% de argón (Ar), 0.16% de oxígeno molecular (O2), y 0.06% de monóxido de carbono (CO). También revelaron cómo las moléculas en el aire se mezclan y circulan siguiendo los cambios en la presión atmosférica, que son frutos de la congelación y sublimación del CO2 en los casquetes polares, que se produce en tal grado que afectan de forma clara la densidad del aire a escala global. Dentro de este entorno variable, los científicos descubrieron que el nitrógeno y el argón siguen un patrón predecible, aumentando y disminuyendo su concentración en Gale durante todo el año en relación con la cantidad de CO2 presente.
Se esperaba que el oxígeno hiciera lo mismo. Pero para completa sorpresa de los científicos de la misión no fue eso lo que Curiosity encontró. De forma inexplicable para ellos su concentración aumentó durante la primavera y el verano hasta en un 30% más de lo esperado, y luego volvió a caer a los niveles pronosticados en otoño o incluso más bajos. Es como si algo lo emitiera primero y retirara después. "La primera vez que vimos eso, fue algo alucinante", explica Sushil Atreya, profesor de ciencias climáticas y espaciales en la Universidad de Michigan.
"Estamos luchando por explicarlo", dijo Melissa Trainer, científica planetaria del Centro Goddard, quien dirigió esta investigación. "El hecho de que el comportamiento del oxígeno no sea perfectamente repetible cada temporada nos hace pensar que no es un problema que tenga que ver con la dinámica atmosférica. Tiene que ser una fuente química y un sumidero que aún no podemos explicar". Para profundizar en el misterio, todas las explicaciones plausibles ya han sido estudiadas y descartadas. Fallo técnico? Los instrumentos parecen funcionar perfectamente. Podría ser resultado de la rotura de moléculas de agua (H2O) o Dióxido de Carbono (CO2), fruto de la radiación solar? Descartado en ambos casos. Es decir, estamos sin opciones, al menos de momento, en una evidente y algo frustrante repetición de lo que ocurre con el metano.
El oxígeno y el metano se pueden producir tanto biológicamente (a partir de microbios, por ejemplo) como abióticamente (a partir de la química relacionada con el agua y las rocas), y aunque esta segunda es ahora mismo la que se ve más probable, ya que no tenemos indicios de ninguna actividad biológica en Marte, al menos en la actualidad. Pero es imposible no caer en la tentación de imaginar la opción más emocionante, ahora multiplicada por dos. Es lo más probable, pero quien sabe...
El inesperado comportamiento en la concentración de oxígeno que desorienta a los científicos.
SAM, el laboratorio interno de Curiosity, diseñado para analizar muestras de tierra, pero también capaz de hacer lo mismo con el aire.
With Mars Methane Mystery Unsolved, Curiosity Serves Scientists a New One: Oxygen
miércoles, noviembre 13, 2019
Habitantes del cielo
Llega el nombre definitivo del mundo de este pequeño mundo.
El Sistema Solar tiene un nuevo miembro la selecta lista de lugares visitados por nuestros exploradores. A partir de ahora lo conoceremos como Arrokoth, pero durante mucho tiempo lo hemos conocido con otra denominación, nunca definitiva y que fue puesta por el equipo en tierra de la New Horizons, Ultima Thule. Este venía a remplazar a su denominación técnica 2014 MU69, dándole así al encuentro un aire más de leyenda y encanto, cosa que sin lugar a dudas consiguió. Pero una vez la sonda se alejó estaba destinado a desaparecer, dejando espacio para su nombre final.
Arrokoth, como debemos llamarlo ahora, significa "cielo" en el lenguaje nativoamericano de los Powhatan/Algonquian, y fue asignado después de que sus líderes ancianos y representantes dieran el consentimiento. "El nombre refleja la inspiración de mirar al cielo y preguntarse acerca de las estrellas y mundos más allá del nuestro", dijo Alan Stern, investigador principal de la misión New Horizons. "Nos sentimos honrados de unirnos con la comunidad Powhatan y la gente de Maryland en esta celebración de descubrimiento".
Debemos recordar que el protagonista de esta bella historia es una de los miles de pequeños mundos helados conocidos en el Cinturón de Kuiper, la vasta "tercera zona" del Sistema solar más allá de los planetas terrestres internos y los planetas gigantes de gas externos."Los datos del recién nombrado Arrokoth nos han dado pistas sobre la formación de los planetas y nuestros orígenes cósmicos", explica Marc Buie, del Southwest Research Institute ."Creemos que este antiguo cuerpo, compuesto por dos lóbulos distintos que se fusionaron en una sola entidad, puede albergar respuestas que contribuyan a nuestra comprensión del origen de la vida en la Tierra".
"Aceptamos gentilmente este regalo del pueblo Powhatan", anunció Lori Glaze, directora de la División de Ciencia Planetaria de la NASA."Otorgar el nombre Arrokoth significa la fuerza y la resistencia de los pueblos indígenas algonquinos de la región de Chesapeake. Su herencia continúa siendo una luz guía para todos los que buscan el significado y la comprensión de los orígenes del universo y la conexión celestial de la humanidad".
Un viaje hacia el inmenso reino exterior del Sistema Solar, más allá de los planetas gigantes y Plutón.
Far, Far Away in the Sky: New Horizons Kuiper Belt Flyby Object Officially Named 'Arrokoth'
El Sistema Solar tiene un nuevo miembro la selecta lista de lugares visitados por nuestros exploradores. A partir de ahora lo conoceremos como Arrokoth, pero durante mucho tiempo lo hemos conocido con otra denominación, nunca definitiva y que fue puesta por el equipo en tierra de la New Horizons, Ultima Thule. Este venía a remplazar a su denominación técnica 2014 MU69, dándole así al encuentro un aire más de leyenda y encanto, cosa que sin lugar a dudas consiguió. Pero una vez la sonda se alejó estaba destinado a desaparecer, dejando espacio para su nombre final.
Arrokoth, como debemos llamarlo ahora, significa "cielo" en el lenguaje nativoamericano de los Powhatan/Algonquian, y fue asignado después de que sus líderes ancianos y representantes dieran el consentimiento. "El nombre refleja la inspiración de mirar al cielo y preguntarse acerca de las estrellas y mundos más allá del nuestro", dijo Alan Stern, investigador principal de la misión New Horizons. "Nos sentimos honrados de unirnos con la comunidad Powhatan y la gente de Maryland en esta celebración de descubrimiento".
Debemos recordar que el protagonista de esta bella historia es una de los miles de pequeños mundos helados conocidos en el Cinturón de Kuiper, la vasta "tercera zona" del Sistema solar más allá de los planetas terrestres internos y los planetas gigantes de gas externos."Los datos del recién nombrado Arrokoth nos han dado pistas sobre la formación de los planetas y nuestros orígenes cósmicos", explica Marc Buie, del Southwest Research Institute ."Creemos que este antiguo cuerpo, compuesto por dos lóbulos distintos que se fusionaron en una sola entidad, puede albergar respuestas que contribuyan a nuestra comprensión del origen de la vida en la Tierra".
"Aceptamos gentilmente este regalo del pueblo Powhatan", anunció Lori Glaze, directora de la División de Ciencia Planetaria de la NASA."Otorgar el nombre Arrokoth significa la fuerza y la resistencia de los pueblos indígenas algonquinos de la región de Chesapeake. Su herencia continúa siendo una luz guía para todos los que buscan el significado y la comprensión de los orígenes del universo y la conexión celestial de la humanidad".
Un viaje hacia el inmenso reino exterior del Sistema Solar, más allá de los planetas gigantes y Plutón.
Far, Far Away in the Sky: New Horizons Kuiper Belt Flyby Object Officially Named 'Arrokoth'
martes, noviembre 12, 2019
El que viaja entre la luz
Así fue el tránsito de Mercurio.
Este pasado 11 de Noviembre la comunidad astronómica mundial tuvo un encuentro con el planeta más pequeño y cercano al Sol. Durante 5.5 horas, como un diminuto punto solo visible si uno sabía que estaba buscando, tuvo lugar un fenómeno astronómico que solo ocurre unas pocas veces por siglo, y durante el cual ese pequeño mundo, el mensajero de los dioses en la mitología romana, cruzó el resto de nuestro estrella. Una oportunidad única para estudiarlo desde los telescopios terrestres. Y ciertamente no se dejó escapar.
Tanto Venus como Mercurio son los únicos planetas que pueden protagonizar estos tránsitos, ya que son los únicos cuyas órbitas son internas con respecto a la nuestra. Es imposible ver un tránsito de Marte, ya que su órbita es externa, al igual que el resto de mundos exteriores. Son un ejemplo claro, por si alguien lo necesitaba, de que nuestro mundo es el tercera "roca a partir del Sol. ¿No debería ocurrir cada año, entonces? La respuesta es que los planos orbitales de estos dos planetas están inclinados con respecto al nuestro, por lo que normalmente pasan por "encima" y "debajo" del disco solar. Solo cuando coincide cuando Mercurio (o Venus) están en línea con el momento en que cruza el plano orbital terrestre, lo que se denomina Nodo puede ocurrir un tránsito.
Eso es lo que ocurrió este pasado 11 de Noviembre. Desde nuestro planeta, allí donde era visible, así como desde diversos observatorios orbitales, como el Solar Dynamics Observatory, el fenómeno quedó inmortalizado para la posteridad. Y viendo ese pequeño punto oscuro, no podemos menos que emocionarte pensando que pronto estaremos de regreso, de la mano de la BepiColombo, ya en camino.
El transito visto desde el observatorio SDO.
La naturaleza de los tránsitos solares.
El paso de Mercurio visto por diversos observatorios terrestres.
Rare Mercury Transit, the Last Until 2032, Thrills Skywatchers Around the World
jueves, noviembre 07, 2019
Maravillas del Sur
Los cielos australes a los ojos de este cazador de mundos.
TESS nació como el relevo al veterano telescopio Kepler, diseñado para tomar el testigo y seguir descubriendo nuevos planetas en otras estrellas, y a su vez preparar el camino para futuros cazadores aún más potentes, tanto en el espacio como desde la superficie terrestre. Hasta cierto punto es como un vehículo de transición entre dos eras, pero no por ello sus resultados son menos espectaculares. Y como demostración, esa maravillosa panorámica.
Conformada por 208 tomas, abarca lo que nosotros conocemos como el cielo austral, el privilegiando firmamento que se observa desde el hemisferio Sur de nuestro planeta, como es sencillo adivinar viento las dos Nubes de Magallanes, galaxias enanas cercanos a la nuestra (y quizás sus satélites) y que solo son visibles desde esa parte del mundo. Y como consigue localizar exoplanetas en este aparente mar infinito de luz?
Las cámaras de TESS capturan un sector completo del cielo cada 30 minutos como parte de su búsqueda de fluctuaciones del brillo de las estrellas captadas en cada toma y que puedan delatar algo que pase por delante de ellas desde el punto de vista terrestre. O lo que es lo mismo, otros mundos que las orbiten, otros sistemas planetarios. En esta panorámica, que en realidad debería imaginarse como una película de altísima definición, TESS encontró 29 exoplanetas, además de 1000 candidatos, posibles pero no confirmados más allá de toda duda a la espera de más análisis. Y apenas estamos rascando la superficie.
Pero por encima de todo transmite una belleza extraña, sabiendo que esa luz es el fruto de miles de miles de estrellas brillando al unísono. Y que en ellos se esconde lugares, mundos más allá de la imaginación.
Las estrellas hogar de los 29 planetas confirmados por TESS.
Las constelaciones australes.
La construcción de esta panorámica, a media que TESS completaba los diversos sectores de la Bóveda Celeste.
TESS, el cazador de mundos.
NASA’s TESS Presents Panorama of Southern Sky
TESS nació como el relevo al veterano telescopio Kepler, diseñado para tomar el testigo y seguir descubriendo nuevos planetas en otras estrellas, y a su vez preparar el camino para futuros cazadores aún más potentes, tanto en el espacio como desde la superficie terrestre. Hasta cierto punto es como un vehículo de transición entre dos eras, pero no por ello sus resultados son menos espectaculares. Y como demostración, esa maravillosa panorámica.
Conformada por 208 tomas, abarca lo que nosotros conocemos como el cielo austral, el privilegiando firmamento que se observa desde el hemisferio Sur de nuestro planeta, como es sencillo adivinar viento las dos Nubes de Magallanes, galaxias enanas cercanos a la nuestra (y quizás sus satélites) y que solo son visibles desde esa parte del mundo. Y como consigue localizar exoplanetas en este aparente mar infinito de luz?
Las cámaras de TESS capturan un sector completo del cielo cada 30 minutos como parte de su búsqueda de fluctuaciones del brillo de las estrellas captadas en cada toma y que puedan delatar algo que pase por delante de ellas desde el punto de vista terrestre. O lo que es lo mismo, otros mundos que las orbiten, otros sistemas planetarios. En esta panorámica, que en realidad debería imaginarse como una película de altísima definición, TESS encontró 29 exoplanetas, además de 1000 candidatos, posibles pero no confirmados más allá de toda duda a la espera de más análisis. Y apenas estamos rascando la superficie.
Pero por encima de todo transmite una belleza extraña, sabiendo que esa luz es el fruto de miles de miles de estrellas brillando al unísono. Y que en ellos se esconde lugares, mundos más allá de la imaginación.
Navegando por las maravillas del cielo austral.
Las estrellas hogar de los 29 planetas confirmados por TESS.
Los mundos candidatos, fluctuaciones en el brillo de estrellas que parecen indicar la presencia de mundos, aunque no con completa seguridad. La mayor parte de ello, sin embargo, seguramente serán confirmados como tales en el futuro.
La construcción de esta panorámica, a media que TESS completaba los diversos sectores de la Bóveda Celeste.
TESS, el cazador de mundos.
NASA’s TESS Presents Panorama of Southern Sky
martes, noviembre 05, 2019
Al otro lado de nuestro mundo
Resumiendo los descubrimientos de las Voyager en su odisea interestelar.
Hasta 2012 no sabíamos apenas nada de la frontera que separa el ambiente dominado por el viento solar y el espacio interestelar, aparte de muchas suposiciones sobre como podría ser, algunas acertadas, otras no tanto. El cruce de la Voyager 1 ese año marcó en inicio de una aventura que nadie esperaba lograr con este veterano vehículo, en activo después de más de 40 años de viaje, y la oportunidad de estudiar el ambiente más allá de la heliopausa, el punto que, como una burbuja, marca el lugar donde el viento solar se detiene ante la presión exterior. Y 6 años después, en 2018, su hermana Voyager 2 saltó también al otro lado, ofreciendo ahora la oportunidad de tener datos desde distintas localizaciones para comparar. Un escenario maravilloso para los astrónomos.
¿Cuales son los descubrimientos acumulados desde entonces, desde el momento en que las dos hermanas se unieron en su viaje hacia las estrellas? Vamos a verlo.
1) A través del Plasma: Las dos Voyager han confirmado que el plasma en el espacio interestelar, al menos a escala local, es significativamente más denso que el que encontramos dentro de la heliosfera, como esperaban los científicos. La Voyager 2 también midió la temperatura y confirmó que es más frío, algo también esperable.
Pero también hubo sorpresas. En 2012, la Voyager 1 observó una densidad ligeramente superior a la esperada justo fuera de la heliosfera, lo que indica que el plasma está algo comprimido. Por su parte la Voyager 2 observó que es ligeramente más cálido de lo esperado, lo que también podría indicar que se está comprimiendo. También observó un ligero aumento en la densidad justo antes de salir de la heliosfera, lo que indica que el plasma está también comprimido alrededor del borde interior de la burbuja. Los científicos aún no entienden completamente qué está causando la compresión en ambos lados.
2) Fugas de partículas: Si comparamos a la heliosfera como un barco que navega por el espacio interestelar, parece que el casco tiene alguna fuga. Uno de los instrumentos mostró que un goteo de partículas del interior de la heliosfera que se desliza a través del límite hacia el espacio interestelar. La Voyager 1 salió cerca del "frente" de la heliosfera, en relación con su movimiento a través del espacio. La Voyager 2, por otro lado, se encuentra más cerca del flanco, y esta región parece ser más porosa.
3) Misterios magnéticos: La Voyager 2 confirmó un resultado sorprendente revelado por la Voyager 1: El campo magnético en la región más allá de la heliopausa es paralelo al campo magnético dentro de la heliosfera. Hasta la llegada de esta primera los científicos solo tenían una muestra y no podían decir con certeza si la alineación aparente era característica de toda la región exterior o solo una coincidencia. Estos resultados indican que los dos campos se alinean.
4) En los ecos del Sol: La Voyager 2 aún no se encuentra en el espacio interestelar "limpio". Al igual que su gemela, parece estar en una región de transición justo más allá de la heliosfera."Las Voyager nos muestran cómo nuestro Sol interactúa con aquello que llena la mayor parte del espacio entre las estrellas de la Vía Láctea", explica Ed Stone, científico del proyecto."Sin estos nuevos datos de Voyager 2, no sabríamos si lo que estábamos viendo con Voyager 1 era característico de toda la heliosfera o específico solo de la ubicación y la hora en que se cruzó".
5) La respiración de una estrella: Las dos sondas salieron de la heliosfera en diferentes lugares y también en diferentes momentos del ciclo solar. Los científicos esperaban que el borde de la heliosfera, la heliopausa, se moviera a medida que cambiaba la actividad del Sol, algo así como un pulmón expandiéndose y contrayéndose con la respiración. Esta idea es consistente con el hecho de que las dos sondas cruzaron la frontera a diferentes distancias.
Son los primeros resultados completos del trabajo ya no de una sola sonda, sino de dos, tomando datos desde puntos diferente, lo que permite a los astrónomos trabajar con una base más sólida y sacar a la luz aspectos de la lejana frontera que permanecían en las sombras, aunque también generar aún más preguntas. Tendremos pocos años, quizás 10, quizás solo 5, para responderlas en lo que sea posible, antes de que ambas se queden sin fuerzas para seguir en activo y se adentren, ya en silencio, en un viaje eterno hacia las estrellas.
Los dos viajeros de las estrellas.
Voyager 2 Illuminates Boundary of Interstellar Space
Hasta 2012 no sabíamos apenas nada de la frontera que separa el ambiente dominado por el viento solar y el espacio interestelar, aparte de muchas suposiciones sobre como podría ser, algunas acertadas, otras no tanto. El cruce de la Voyager 1 ese año marcó en inicio de una aventura que nadie esperaba lograr con este veterano vehículo, en activo después de más de 40 años de viaje, y la oportunidad de estudiar el ambiente más allá de la heliopausa, el punto que, como una burbuja, marca el lugar donde el viento solar se detiene ante la presión exterior. Y 6 años después, en 2018, su hermana Voyager 2 saltó también al otro lado, ofreciendo ahora la oportunidad de tener datos desde distintas localizaciones para comparar. Un escenario maravilloso para los astrónomos.
¿Cuales son los descubrimientos acumulados desde entonces, desde el momento en que las dos hermanas se unieron en su viaje hacia las estrellas? Vamos a verlo.
1) A través del Plasma: Las dos Voyager han confirmado que el plasma en el espacio interestelar, al menos a escala local, es significativamente más denso que el que encontramos dentro de la heliosfera, como esperaban los científicos. La Voyager 2 también midió la temperatura y confirmó que es más frío, algo también esperable.
Pero también hubo sorpresas. En 2012, la Voyager 1 observó una densidad ligeramente superior a la esperada justo fuera de la heliosfera, lo que indica que el plasma está algo comprimido. Por su parte la Voyager 2 observó que es ligeramente más cálido de lo esperado, lo que también podría indicar que se está comprimiendo. También observó un ligero aumento en la densidad justo antes de salir de la heliosfera, lo que indica que el plasma está también comprimido alrededor del borde interior de la burbuja. Los científicos aún no entienden completamente qué está causando la compresión en ambos lados.
2) Fugas de partículas: Si comparamos a la heliosfera como un barco que navega por el espacio interestelar, parece que el casco tiene alguna fuga. Uno de los instrumentos mostró que un goteo de partículas del interior de la heliosfera que se desliza a través del límite hacia el espacio interestelar. La Voyager 1 salió cerca del "frente" de la heliosfera, en relación con su movimiento a través del espacio. La Voyager 2, por otro lado, se encuentra más cerca del flanco, y esta región parece ser más porosa.
3) Misterios magnéticos: La Voyager 2 confirmó un resultado sorprendente revelado por la Voyager 1: El campo magnético en la región más allá de la heliopausa es paralelo al campo magnético dentro de la heliosfera. Hasta la llegada de esta primera los científicos solo tenían una muestra y no podían decir con certeza si la alineación aparente era característica de toda la región exterior o solo una coincidencia. Estos resultados indican que los dos campos se alinean.
4) En los ecos del Sol: La Voyager 2 aún no se encuentra en el espacio interestelar "limpio". Al igual que su gemela, parece estar en una región de transición justo más allá de la heliosfera."Las Voyager nos muestran cómo nuestro Sol interactúa con aquello que llena la mayor parte del espacio entre las estrellas de la Vía Láctea", explica Ed Stone, científico del proyecto."Sin estos nuevos datos de Voyager 2, no sabríamos si lo que estábamos viendo con Voyager 1 era característico de toda la heliosfera o específico solo de la ubicación y la hora en que se cruzó".
5) La respiración de una estrella: Las dos sondas salieron de la heliosfera en diferentes lugares y también en diferentes momentos del ciclo solar. Los científicos esperaban que el borde de la heliosfera, la heliopausa, se moviera a medida que cambiaba la actividad del Sol, algo así como un pulmón expandiéndose y contrayéndose con la respiración. Esta idea es consistente con el hecho de que las dos sondas cruzaron la frontera a diferentes distancias.
Son los primeros resultados completos del trabajo ya no de una sola sonda, sino de dos, tomando datos desde puntos diferente, lo que permite a los astrónomos trabajar con una base más sólida y sacar a la luz aspectos de la lejana frontera que permanecían en las sombras, aunque también generar aún más preguntas. Tendremos pocos años, quizás 10, quizás solo 5, para responderlas en lo que sea posible, antes de que ambas se queden sin fuerzas para seguir en activo y se adentren, ya en silencio, en un viaje eterno hacia las estrellas.
Los dos viajeros de las estrellas.
Voyager 2 Illuminates Boundary of Interstellar Space
sábado, noviembre 02, 2019
La no tan sencilla odisea de la Hayabusa 2
La sonda japonesa se enfrentó a numerosas dificultades.
Su misión es ya, a la espera de su regreso, un éxito espectacular para Japón y su agencia espacial. Planificación, trabajo duro y la capacidad de aprender de la experiencia de su predecesora fueron claves, pero también una enorme capacidad de adaptarse a circundanticas imprevistas y potencialmente fatales. Y es que, a pesar de esa sensación externa de que todo transcurrió según el plan previsto y sin problemas, su equipo humano se enfrento a retos que bien podrían haber llevado la misión a un final prematuro.
Hayabusa 2 llegó a Ryugu con ideas preconcebidas sobre lo que se encontraría, basadas en la experiencia de la anterior Hayabusa. Algo poco recomendable, ya que los asteroides, lejos de ser simples rocas clónicas, son pequeños mundos cada una con su propia historia. Y donde se esperaba un lugar lleno de lugares lisos, llanuras cubiertas de polvo, donde la sonda pudiera aproximarse sin peligro, se encontraron con algo muy diferente. Un terreno accidentado lleno de grandes rocas, sin aparente espacio para operar. Yuichi Tsuda, director de la misión, clasificó como "muy severo".
Eso es decir poco. La Hayabusa 2 fue diseñada esperando encontrar un área plana de unos 50 metros donde aterrizar. Pero "no había tales lugares en el asteroide", explica Tsuda. "Nos vimos obligados a cambiar nuestra estrategia y encontrar una manera segura, y al mismo tiempo mejorar el rendimiento a la hora de aproximarnos al asteroide". Otro problema fue cuando los ingenieros soltaron sobre la superficie un marcador para ayudar a la sonda en su orientación, que tendrían ese punto blanco como guía en sus maniobras finales. Pero a la hora de la verdad era incapaz de verla desde la posición previa al descenso final, situado a unos 45 metros de altura, por lo que se modificó la órbita y se la situó a solo 30 metros, a lo que se añadió una actualización de su sistema óptico para que la superficie pareciera más clara y definida. Un duro trabajo que felizmente funcionó.
Y con una precisión encomiable. Después de hacer el primer "touchdown" el 21 de febrero a solo 1 metro del punto de aterrizaje previsto, el segundo, el 11 de julio, superó la marca, a solo 60 centímetros. Tal exactitud le permitió deslizarse entre varias rocas de medio metro de altura y realizar el contacto.
Un trabajo improvisado, pero que también tenía una base de previsión a lo largo de años de trabajo, en que se afrontaron simulaciones ante escenarios inesperados, lo que seguramente explica la rapidez de reacción ante las primeras imágenes que mostraban un terreno más rocoso de lo previsto, dando así tiempo al desarrollo de un nuevo plan.
En definitiva, un éxito no tan inevitable como parecía, que afrontó sus propios obstáculos y dificultades, quizás no tan conocidos por no tener la JAXA unas política de información tan clara como la NASA, que no duda en convertir en un espectáculo mediático cualquier evento espacial. Y de la que los técnicos japoneses seguro que aprenderán mucho de cara al futuro, como la sonda MMX, destinada a la exploración y toma de muestras de las lunas de Marte. Y quien sabe, para una futura Hayabusa 3.
El marcador, una esfera blanca que debía ser usada por el sistema óptico de la Hayabusa 2 para guiarse hacia el punto de aterrizaje previsto, pero que se reveló demasiado tenue en las imágenes para ser vista desde 50 metros de altura, obligando a reprogramar su trayectoria para iniciar su descenso final a 30 metros, sumado a una mejora de la definición de las imágenes.
El gran y complicado viaje de la Hayabusa 2.
How Japan's Hayabusa2 Stuck Its Landings on the Boulder-Strewn Asteroid Ryugu