Llegando a Endeavour.
El 9 de Agosto de 2011 el largo viaje a través de la llanura de Meridiani Planum llegaba a su anelado final. Atrás quedaban dos años de constante avance, aunque no carente de exploración y descubrimientos, pero que siempre tuvo en mente, cada vez de forma más clara, a medida que la distancia se reducía. Ese día el sueño se cumplió, tocando el borde del cráter Endeavour en lo que su equipo bautizó con el nombre de "Spirit Point" en homenaje a su ya desaparecido hermano gemelo, en una decisión que no pudo ser más acertada, ya que si este último realizó descubrimientos trascendentales en cuanto a la habitabilidad del antiguo Marte, con evidencias de aguas no ácidas y actividad geotermal, el lugar del "aterrizaje" de Opportunity se demostraría un auténtico cofre del tesoro.
Y es que no solo la composición de las rocas expulsadas por el impacto que formó el cráter tenían una composición diferente a cualquier cosa vista anteriormente, sino que el rover se encontró con vetas de sulfato de calcio hidratado, o como lo llamamos de forma más común, Yeso. Este mineral es abundante en la Tierra, lo que no es extraño teniendo en cuenta que la presencia de agua es casi imprescindible para su formación, y su hallazgo el premio absoluto, ya que además indicaba un ambiente poco ácido, a diferencia de lo visto anteriormente, y por tanto mucho más acogedor para la vida. Se entiende perfectamente que Steve Squyres llegase a considerar la llegada a Endeavour como una segunda llegada a Marte.
"Spirit Point" se situaba al lado de una sección aislada del borde del cráter, conocido como Cape York, que visto desde la distancia era como una isla elevándose sobre la llanura. Habría sido un buen lugar para su descanso eterno, ya que para nada habríamos querido verlo perdido en la llanura, Queríamos que cuando llegara el momento, ese fuera en un punto reconocible. No sería el caso, ya que aún seguiría en activo 6 años más, pero ciertamente era un lugar especial.
Y no sería por tiempo, ya que Opportunity permaneció un año en esa pequeña isla, entre otras cosas porque la llegada del Invierno y los bajos niveles de energía disponibles hicieron necesario detenerse y colocar al rover en una buena posición para superar esos duros meses. El lugar elegido sería llamado Greeley Haven, donde una inclinación del terreno de unos 15º permitieron orientar sus panales solares de forma más favorable. Y allí permaneció durante 130 días marcianos. Quieto pero no inactivo, ya que seguiría tomando imágenes y realizado interesantes radioexperimentos sobre la forma del planeta. Incluso participó en simulacros para preparar la llegada de Curiosity. Un trabajador incansable.
Reanudaría su marcha a mediados de 2012, completando el viaje alrededor de la "isla", con nuevos hallazgos que reforzaron la presencia de agua en el pasado. A principios de 2013 llegó el momento se saltar al agua, de abandonar su hogar durante tanto tiempo, iniciando su viaje a través de la estrecha llanura que lo separara de la siguiente sección de Endeavour, hacia un lugar conocido como Solander Point. El lugar donde descansaría para siempre se aproximaba de forma inexorable.
La larga travesía llegaba a su final, y se iniciaba una nueva etapa en la misión de Opportunity. Cape York, una isla en la llanura.
Spirit Point, el lugar elegido para alcanzar Endeavour, y llamado así en honor al rover Spirit.
Examinando la roca conocida como Tisdale 2, que formaba parte del material expulsado por el impacto, y que reveló una composición diferente a lo visto anteriormente.
"Homestake", la visualmente espectacular veta de yeso que ofreció una nueva venta al pasado de Marte, indicando el paso de agua por las grietas del terreno.
En su larga estancia en Greeley Haven tuvo tiempo de dar forma a esta espectacular panorámica de su entorno.
Las esfera de Kirkwood, de unos 3 milímetros de diámetro, y que se formaron por la hematita depositada en la zona por agua saturada de minerales.
domingo, marzo 31, 2019
viernes, marzo 29, 2019
Nuestros ojos en el más allá
Así son los instrumentos clave en el estudio del medio interestelar.
Nacieron y fueron equipadas con el equipo necesario para el estudio de los planetas exteriores, pero a lo largo de las últimas décadas, al seguir operativas, sus objetivos fueron cambiando, primero explorando los confines de la heliosfera, y después, una vez cruzada la frontera final donde termina la influencia directa del Sol (fuerza gravitatoria a parte), el espacio interestelar, algo nunca alcanzado hasta entonces. Podemos decir que ambas Voyager están haciendo historia día a día, navegando por aguas completamente inexploradas.
Evidentemente no todos los instrumentos siguen en activo. Algunos dejaron de funcionar, cosa inevitable después de 4 décadas de viaje, y otros, como las cámaras, simplemente ya no tiene utilidad y serían un gasta de energía innecesario mantenerlos activos. El trabajo de las Voyager se realiza principalmente con tres instrumentos (dos en el caso de la Voyager 1), la combinación de cuyos datos permite a los astrónomos construir una imagen general del ambiente que rodea la sonda, además de ser precisamente los que nos avisaron de que habían cruzado al otro lado. Vamos a conocerlos.
MAG: El magnetómetro feu diseñado para investigar las magnetosferas de los planetas y sus lunas, determinando sus mecanismos y los procesos de interacciones con el viento solar. Después de completar los sobrevuelos planetarios se dedicó a medir el campo magnético de la heliosfera, observan los cambios que ocurren en el durante las diversas etapas de la actividad solar.
Eso hacía que los datos fueran muy variables, con picos y valles. Pero eso terminó en 2012, cuando MAG mostró que se había hecho el silencio. Las fluctuaciones habían desaparecido, y en su lugar se mostraba un ambiente estable, señal de que estaba más allá de la influencia del Sol y sus erupciones, y entrado en el medio interestelar. Fue la primera señal de que el cruce de la Voyager 1 se había realizado.
Un hecho curioso es la forma en la que toma los datos, que necesita de un "truco"para asegurar su credibilidad. Las Voyager giran sobre si mismas a medida que toman datos, lo que permite al equipo en tierra diferenciar el campo magnético de las propias sondas del del entorno, asegurando así su "limpieza".
CRS: El detector de rayos cósmicos, como el caso anterior, tenían una meta planetaria, analizar las partículas energéticas presentes en las magnetosferas de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, además de su distribución entre los planetas . Una vez dejados atrás, ha estado estudiando las partículas cargadas de la heliosfera y, ahora, las presentes en el medio interestelar.
El CRS mide la tasa de partículas que lo alcanzan por segundo, utilizando por ello dos sensores: El de alta energía, que mide las partículas con alta carga y llegadas del medio interestelar, y el de baja energía, que mide las partículas con carga mucho más baja, que se originan en nuestro Sol. Al moverse a velocidad muy diferentes son facilmente identificables, y midiendo las cantidades de unas y otras, se puede tener una idea del entorno espacial por el que están viajando las sondas.
Fue precisamente la repentina caída en la presencia de estas últimas y el aumento exponencial de las primeras, lo que indicó que la Voyager 1 se había entrado en el medio interestelar, mientras que en caso de la Voyager 2, fue el CRS el que, en 2018, anunció la llegada del gran momento.
PLS: El detector de plasma buscaba determinar su presencia y el de partículas ionizadas alrededor de los planetas exteriores y para medir la influencia del viento solar en ellos, pudiendo medir, gracias a sus 4 sensores conocidos como Copas de Faraday, la densidad, velocidad de movimiento y dirección.
En este caso la llegada de la Voyager 2 al medio interestelar resultó vital, ya que el PLS de la Voyager 1 quedó dañado durante su sobrevuelo de Saturno, lo que obligó a desconectarlo. Los científicos esperaban su llegada, y en 2018 se produjo el esperado acontecimiento. Se predijo que el plasma interestelar sería más alto en densidad pero más bajo en temperatura y velocidad que el medido dentro de la heliosfera. Y eso fue lo que el PSL de la Voyager 2 detectó. Esto sugiere que el plasma en esta región se está volviendo cada vez más frío y más lento, y, como los automóviles que se desaceleran en una autopista, se acumula alrededor de la heliopausa y en el medio interestelar de la vecindad.
Así son los tres magníficos, nuestros "ojos" en el más allá y gracias a los cuales estamos explorando territorio desconocidos.
Y se hizo el silencio. El campo magnético que rodeaba la sonda era caótico y cambiante dentro de la heliosfera, pero al salir de ella la inestabilidad desapareció. Habíamos llegado a las estrellas.
Comparando la presencia de partículas energéticas llegadas del exterior (arriba) y originadas del Sol (abajo), comparando los datos de la Voyager 1 (rojo) y 2 (azul). Aunque con diferencias, que revela que la heliosfera no se extiende de forma idéntica en todas direcciones, se ve claramente el paso de ambas sondas al espacio interestelar.
Los datos del detector de plasma obtenidos por la Voyager 2. No fue posible con la 1, ya que el suyo quedó fuera de servicio al sobrevolar Saturno, por lo que estos datos eran esperados con ganas por los astrónomos, que ahora tienen información nueva sobre el espacio entre las estrellas.
The Voyage to Interstellar Space
Nacieron y fueron equipadas con el equipo necesario para el estudio de los planetas exteriores, pero a lo largo de las últimas décadas, al seguir operativas, sus objetivos fueron cambiando, primero explorando los confines de la heliosfera, y después, una vez cruzada la frontera final donde termina la influencia directa del Sol (fuerza gravitatoria a parte), el espacio interestelar, algo nunca alcanzado hasta entonces. Podemos decir que ambas Voyager están haciendo historia día a día, navegando por aguas completamente inexploradas.
Evidentemente no todos los instrumentos siguen en activo. Algunos dejaron de funcionar, cosa inevitable después de 4 décadas de viaje, y otros, como las cámaras, simplemente ya no tiene utilidad y serían un gasta de energía innecesario mantenerlos activos. El trabajo de las Voyager se realiza principalmente con tres instrumentos (dos en el caso de la Voyager 1), la combinación de cuyos datos permite a los astrónomos construir una imagen general del ambiente que rodea la sonda, además de ser precisamente los que nos avisaron de que habían cruzado al otro lado. Vamos a conocerlos.
MAG: El magnetómetro feu diseñado para investigar las magnetosferas de los planetas y sus lunas, determinando sus mecanismos y los procesos de interacciones con el viento solar. Después de completar los sobrevuelos planetarios se dedicó a medir el campo magnético de la heliosfera, observan los cambios que ocurren en el durante las diversas etapas de la actividad solar.
Eso hacía que los datos fueran muy variables, con picos y valles. Pero eso terminó en 2012, cuando MAG mostró que se había hecho el silencio. Las fluctuaciones habían desaparecido, y en su lugar se mostraba un ambiente estable, señal de que estaba más allá de la influencia del Sol y sus erupciones, y entrado en el medio interestelar. Fue la primera señal de que el cruce de la Voyager 1 se había realizado.
Un hecho curioso es la forma en la que toma los datos, que necesita de un "truco"para asegurar su credibilidad. Las Voyager giran sobre si mismas a medida que toman datos, lo que permite al equipo en tierra diferenciar el campo magnético de las propias sondas del del entorno, asegurando así su "limpieza".
CRS: El detector de rayos cósmicos, como el caso anterior, tenían una meta planetaria, analizar las partículas energéticas presentes en las magnetosferas de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, además de su distribución entre los planetas . Una vez dejados atrás, ha estado estudiando las partículas cargadas de la heliosfera y, ahora, las presentes en el medio interestelar.
El CRS mide la tasa de partículas que lo alcanzan por segundo, utilizando por ello dos sensores: El de alta energía, que mide las partículas con alta carga y llegadas del medio interestelar, y el de baja energía, que mide las partículas con carga mucho más baja, que se originan en nuestro Sol. Al moverse a velocidad muy diferentes son facilmente identificables, y midiendo las cantidades de unas y otras, se puede tener una idea del entorno espacial por el que están viajando las sondas.
Fue precisamente la repentina caída en la presencia de estas últimas y el aumento exponencial de las primeras, lo que indicó que la Voyager 1 se había entrado en el medio interestelar, mientras que en caso de la Voyager 2, fue el CRS el que, en 2018, anunció la llegada del gran momento.
PLS: El detector de plasma buscaba determinar su presencia y el de partículas ionizadas alrededor de los planetas exteriores y para medir la influencia del viento solar en ellos, pudiendo medir, gracias a sus 4 sensores conocidos como Copas de Faraday, la densidad, velocidad de movimiento y dirección.
En este caso la llegada de la Voyager 2 al medio interestelar resultó vital, ya que el PLS de la Voyager 1 quedó dañado durante su sobrevuelo de Saturno, lo que obligó a desconectarlo. Los científicos esperaban su llegada, y en 2018 se produjo el esperado acontecimiento. Se predijo que el plasma interestelar sería más alto en densidad pero más bajo en temperatura y velocidad que el medido dentro de la heliosfera. Y eso fue lo que el PSL de la Voyager 2 detectó. Esto sugiere que el plasma en esta región se está volviendo cada vez más frío y más lento, y, como los automóviles que se desaceleran en una autopista, se acumula alrededor de la heliopausa y en el medio interestelar de la vecindad.
Así son los tres magníficos, nuestros "ojos" en el más allá y gracias a los cuales estamos explorando territorio desconocidos.
Y se hizo el silencio. El campo magnético que rodeaba la sonda era caótico y cambiante dentro de la heliosfera, pero al salir de ella la inestabilidad desapareció. Habíamos llegado a las estrellas.
Comparando la presencia de partículas energéticas llegadas del exterior (arriba) y originadas del Sol (abajo), comparando los datos de la Voyager 1 (rojo) y 2 (azul). Aunque con diferencias, que revela que la heliosfera no se extiende de forma idéntica en todas direcciones, se ve claramente el paso de ambas sondas al espacio interestelar.
Los datos del detector de plasma obtenidos por la Voyager 2. No fue posible con la 1, ya que el suyo quedó fuera de servicio al sobrevolar Saturno, por lo que estos datos eran esperados con ganas por los astrónomos, que ahora tienen información nueva sobre el espacio entre las estrellas.
The Voyage to Interstellar Space
jueves, marzo 28, 2019
Entre el Sol y la Tierra
La pequeña sonda israelí Beresheet nos regala una hermosa vista del amanecer terrestre.
No han sido semanas sencillas para la primera misión privada a otro mundo. Un fallo en su ordenador, a finales de Febrero, hizo temer que no podría seguir adelante con sus paulatinos maniobras para elevar su órbita, que le debían llevar a ser capturada por la gravedad lunar a principios de Abril, pero los esfuerzos de su equipo en tierra logró restablecer la situación y seguir adelante, superando la primer gran obstáculo en su aventura para pisar la superficie de nuestro satélite. Y desde entonces, lentamente pero de forma impecable, la primera sonda de Israel sigue avanzando hacia su anelado objetivo.
Y para recordarnos que Beresheet sigue ahí, plenamente operativa y lista para su intento de alunizaje, SpaceIL, el organismo no gubernamental detrás de esta misión, hizo pública una espectacular secuencia de vídeo captada por su sistema óptico, y que permite ver algo que, a pesar de haberlo ya visto en no pocas ocasiones, sigue siendo igual de hermoso: El Sol emergiendo por detrás de la Tierra, creando el efecto de un amanecer. El objetivo es usar estas imágenes para terminar de calibrar sus instrumentos y cámaras, de cara a la futura llegada a La Luna, pero incluso así son hermosas, tremendamente hermosas. Como todo lo relacionado con nuestro planeta.
Si todo sigue el plan previsto, Beresheet debería ser capturada por la gravedad lunar este próximo 4 de Abril, y intentar su histórico alunizaje el día 11. Y por los mismos ojos que nos regalaron este "amanecer" espacial tendremos la posiblidad de presencia el gran momento.
El Sol emergiendo por detrás de la Tierra.
Timeline de esta histórica misión, la primera de capital privado que intentara llegar a La Luna.
SpaceIL
Israeli Moon Lander Captures Sunrise and Stretches Its Legs on Lunar Trip
No han sido semanas sencillas para la primera misión privada a otro mundo. Un fallo en su ordenador, a finales de Febrero, hizo temer que no podría seguir adelante con sus paulatinos maniobras para elevar su órbita, que le debían llevar a ser capturada por la gravedad lunar a principios de Abril, pero los esfuerzos de su equipo en tierra logró restablecer la situación y seguir adelante, superando la primer gran obstáculo en su aventura para pisar la superficie de nuestro satélite. Y desde entonces, lentamente pero de forma impecable, la primera sonda de Israel sigue avanzando hacia su anelado objetivo.
Y para recordarnos que Beresheet sigue ahí, plenamente operativa y lista para su intento de alunizaje, SpaceIL, el organismo no gubernamental detrás de esta misión, hizo pública una espectacular secuencia de vídeo captada por su sistema óptico, y que permite ver algo que, a pesar de haberlo ya visto en no pocas ocasiones, sigue siendo igual de hermoso: El Sol emergiendo por detrás de la Tierra, creando el efecto de un amanecer. El objetivo es usar estas imágenes para terminar de calibrar sus instrumentos y cámaras, de cara a la futura llegada a La Luna, pero incluso así son hermosas, tremendamente hermosas. Como todo lo relacionado con nuestro planeta.
Si todo sigue el plan previsto, Beresheet debería ser capturada por la gravedad lunar este próximo 4 de Abril, y intentar su histórico alunizaje el día 11. Y por los mismos ojos que nos regalaron este "amanecer" espacial tendremos la posiblidad de presencia el gran momento.
Timeline de esta histórica misión, la primera de capital privado que intentara llegar a La Luna.
SpaceIL
Israeli Moon Lander Captures Sunrise and Stretches Its Legs on Lunar Trip
miércoles, marzo 27, 2019
La estrella que nos hizo exclamar "¿Que es esto?!"
VVV-WIT-07, un desafío a nuestro conocimiento.
En general son objetos previsibles en su comportamiento, evolución y destino, incluso aquellas que presentan cambios de brillo evidentes,y que son conocidas como estrellas variables. En general podemos concluir que sabemos lo suficiente para saber que tenemos ante nuestros ojos, sean elementos intrínsecos y extrínsecos de ellas, y que si bien aún guardan facetas por descubrir, algo que incluye a nuestro Sol, sentimos una falsa sensación de confort que implica el conocimiento. Pero el Universo, como demostró con ejemplos como la famosa estrella de Tabby, está lejos de querer ponernos las cosas sencillas.
VVV-WIT-07 es uno de los ejemplos más radicales. No por nada la denominación WIT es la contracción de la expresión "What is this?", un divertido pero revelador reconocimiento de que no sabemos que demonios estamos viendo realmente. Y es que lo que nos ofreció la campaña de observación conocida como VISTA Variables in Via Lactea, cuando sus ojos pasaron por esta estrella desafía todo lo conocido. Presentó variaciones, algo normal, pero lo que no era normal fue que su luz se atenuara hasta un 80% (mucho mayor que el caso de Tabby), algo que ocurrió en 2012, y que aún más sorprendente,aunque sigue mostrando fluctuaciones, nunca fueron de tal magnitud.
Ninguna estrella variable conocida se comporta de esta forma, y por ello la primera reacción de los astrónomos implicados fue un "esto no puede ser!!". Pero lo fue, los datos son claros. Algo ocurrió con VVV-WIT-07 que la hizo casi desvanecerse antes de regresar a la normalidad, sin que hubiera un patrón de ningún tipo. Casi parece como si nos hubiera guiñado un ojo.
¿Posibles explicaciones? Descartado que sea un sistema binario, lo primero que todos pensamos es que algo pasando por delante, ocultándola. Una posibilidad es que un objeto (o incluso varios) esté orbitando VVV-WIT-07, pero para encajar con una pérdida de luz tan drástica, este objeto tendría que ser un exoplaneta anillado, pero con anillos gigantes extremos, mucho más grandes que los de Saturno. O podría ser una familia de objetos similares a cometas que ocasionalmente bloquean hasta el 80% de la luz de las estrellas. O quizá esta rodeados por un disco grumoso o deformado, orientado casi de forma lateral desde nuestro punto de vista, y las caídas en el brillo son causadas por acumulaciones de materia, o deformaciones, que cruzaron por delante de ella y bloqueando su luz. Aunque quedaría explicar porque no se repitió de nuevo una disminución de tal magnitud, al menos es estos años transcurridos.
Todas estas opciones implican clases extremadamente raras de objetos. Hasta ahora, los astrónomo conocen unos pocos ejemplos de ambas cosas, pero sus estrellas estelares no se parecen en nada a VVV-WIT-07. La estrella "que es esto" se merece ese nombre. Es un ejemplo maravilloso de como el Cosmos nos saca de nuestra zona de confort una y otra vez, presentando desafíos que nos obliga a replantearnos las cosas una y otra vez. Puede parece que no vamos a ninguna parte, pero en realidad, aunque sea en un camino lleno de curvas y giros inesperados, es así como se construye el conocimiento.
La curva de luz de VVV-WIT-07 entre 2010 y 2018. A la derecha, en el cuadro insertado, muestra el evento de atenuación particularmente dramático que ocurrió en julio de 2012.
En general son objetos previsibles en su comportamiento, evolución y destino, incluso aquellas que presentan cambios de brillo evidentes,y que son conocidas como estrellas variables. En general podemos concluir que sabemos lo suficiente para saber que tenemos ante nuestros ojos, sean elementos intrínsecos y extrínsecos de ellas, y que si bien aún guardan facetas por descubrir, algo que incluye a nuestro Sol, sentimos una falsa sensación de confort que implica el conocimiento. Pero el Universo, como demostró con ejemplos como la famosa estrella de Tabby, está lejos de querer ponernos las cosas sencillas.
VVV-WIT-07 es uno de los ejemplos más radicales. No por nada la denominación WIT es la contracción de la expresión "What is this?", un divertido pero revelador reconocimiento de que no sabemos que demonios estamos viendo realmente. Y es que lo que nos ofreció la campaña de observación conocida como VISTA Variables in Via Lactea, cuando sus ojos pasaron por esta estrella desafía todo lo conocido. Presentó variaciones, algo normal, pero lo que no era normal fue que su luz se atenuara hasta un 80% (mucho mayor que el caso de Tabby), algo que ocurrió en 2012, y que aún más sorprendente,aunque sigue mostrando fluctuaciones, nunca fueron de tal magnitud.
Ninguna estrella variable conocida se comporta de esta forma, y por ello la primera reacción de los astrónomos implicados fue un "esto no puede ser!!". Pero lo fue, los datos son claros. Algo ocurrió con VVV-WIT-07 que la hizo casi desvanecerse antes de regresar a la normalidad, sin que hubiera un patrón de ningún tipo. Casi parece como si nos hubiera guiñado un ojo.
¿Posibles explicaciones? Descartado que sea un sistema binario, lo primero que todos pensamos es que algo pasando por delante, ocultándola. Una posibilidad es que un objeto (o incluso varios) esté orbitando VVV-WIT-07, pero para encajar con una pérdida de luz tan drástica, este objeto tendría que ser un exoplaneta anillado, pero con anillos gigantes extremos, mucho más grandes que los de Saturno. O podría ser una familia de objetos similares a cometas que ocasionalmente bloquean hasta el 80% de la luz de las estrellas. O quizá esta rodeados por un disco grumoso o deformado, orientado casi de forma lateral desde nuestro punto de vista, y las caídas en el brillo son causadas por acumulaciones de materia, o deformaciones, que cruzaron por delante de ella y bloqueando su luz. Aunque quedaría explicar porque no se repitió de nuevo una disminución de tal magnitud, al menos es estos años transcurridos.
Todas estas opciones implican clases extremadamente raras de objetos. Hasta ahora, los astrónomo conocen unos pocos ejemplos de ambas cosas, pero sus estrellas estelares no se parecen en nada a VVV-WIT-07. La estrella "que es esto" se merece ese nombre. Es un ejemplo maravilloso de como el Cosmos nos saca de nuestra zona de confort una y otra vez, presentando desafíos que nos obliga a replantearnos las cosas una y otra vez. Puede parece que no vamos a ninguna parte, pero en realidad, aunque sea en un camino lleno de curvas y giros inesperados, es así como se construye el conocimiento.
La curva de luz de VVV-WIT-07 entre 2010 y 2018. A la derecha, en el cuadro insertado, muestra el evento de atenuación particularmente dramático que ocurrió en julio de 2012.
martes, marzo 26, 2019
Rastros del pasado
Júpiter se pudo formar 4 veces más lejos de su posición actual.
Cuando estudiamos otros sistemas planetarios solemos, en no pocas ocasiones, encontrar situaciones que resultan desconcertantes si lo comparamos con nuestro Sistema Solar, distribuciones de los plantas que desafían lo que creíamos era un orden lógico, que indicaba que los mundos rocosos se sitúan cerca de su Sol, y los gigantes gaseosos, formados a partir de cuerpos de tamaño terrestre que terminaron atrayendo cantidades masivas de gas y polvo. Sin embargo los llamados Júpiter calientes desafiaron ese concepto. Gigantes incluso mayores que nuestro Júpiter, situados tan cerca de su estrella que literalmente son mundos ardientes, sometidos a temperaturas dignas de las profundidades terrestres.
No pudieron haberse formado ahí, pues la radiación estelar le habría arrancado cualquier rastro de gas, por lo que podemos asumir que nacieron mucho más lejos y terminaron migrando hasta sus posiciones actuales.¿Y el Sistema Solar? Acaso fue inmune a esta tendencia? La respuesta es que no. Tenemos indicios de que Urano y Neptuno nacieron más cerca de lo que están hoy día y migraron hacia el exterior, mientras que Júpiter y Saturno posiblemente siguieron en camino opuesto, hasta que finalmente su situación se estabilizó. Ahora, un estudio sobre los asteroides troyanos de este primera parecen ofrecer pistas interesantes, que podría desvelar donde nació el mayor planeta del Sistema Solar, y por tanto hasta que punto viajó hasta su posición actual.
Estos compañeros de viaje tiene un misterio que intriga a los astrónomos desde su descubrimiento, y es que hay un 50% más de troyanos "delanteros" (que preceden al planeta en su movimiento orbital) que "traseros" (que lo siguen) , una asimetría que nunca se ha explicado de forma satisfactoria. Al menos hasta ahora.
Un amplio grupo de astrónomos, de la Universidad de Lund (Suecia) y otras instituciones afrontaron el trabajo de realizar amplias simulaciones informáticas sobre la posible evolución del planeta y sus troyanos hasta la actualidad, y sus resultados, presentados ahora, indican que dicha asimetría solo se podría haber formado en su estado actual si Júpiter se hubiera formado 4 veces más lejos de donde está hoy día, y hubiera migrado posterioremente hasta su órbita actual, en un viaje en que la propia gravedad del planeta atrajo más troyanos hacia el punto de Lagrange delantero que en el trasero.
Estas simulaciones muestras en planeta recién nacido, aún no mayor que la Tierra, que empezó a caer en espiral entre 2 y 3 millones de años después de que iniciara su vida como un pequeño mundo de roca y hielo, en un viaje que duró unos 700.000 años fruto de su interacción con el anillo de gas y polvo que aún cubría al naciente Sol. En esos momento aún no había adquirido su masiva atmósfera actual, y fue cuando estos asteroides fueron atrapados a sus mareas gravitatorias, de forma preferente hacia la dirección en la que se movía. Si esto es así, dichos asteroides deben ser objetos primordiales, formados por los mismos materiales que dieron forma a ese Júpiter naciente, terrestre, aún sin sus mares de gas.
Si es así la sonda Lucy, que explorará hasta 6 de ellos, tendrá una inesperada oportunidad de conocer mejor el propio planeta y su nacimiento.
Lucy se lanzará en 2021, con el objetivo de explorar los Troyanos de Júpiter. Si las conclusiones de este estudio están en lo cierto, estará ante una oportunidad única de explorar los componentes del mismo corazón del planeta.
Jupiter’s unknown journey revealed
Cuando estudiamos otros sistemas planetarios solemos, en no pocas ocasiones, encontrar situaciones que resultan desconcertantes si lo comparamos con nuestro Sistema Solar, distribuciones de los plantas que desafían lo que creíamos era un orden lógico, que indicaba que los mundos rocosos se sitúan cerca de su Sol, y los gigantes gaseosos, formados a partir de cuerpos de tamaño terrestre que terminaron atrayendo cantidades masivas de gas y polvo. Sin embargo los llamados Júpiter calientes desafiaron ese concepto. Gigantes incluso mayores que nuestro Júpiter, situados tan cerca de su estrella que literalmente son mundos ardientes, sometidos a temperaturas dignas de las profundidades terrestres.
No pudieron haberse formado ahí, pues la radiación estelar le habría arrancado cualquier rastro de gas, por lo que podemos asumir que nacieron mucho más lejos y terminaron migrando hasta sus posiciones actuales.¿Y el Sistema Solar? Acaso fue inmune a esta tendencia? La respuesta es que no. Tenemos indicios de que Urano y Neptuno nacieron más cerca de lo que están hoy día y migraron hacia el exterior, mientras que Júpiter y Saturno posiblemente siguieron en camino opuesto, hasta que finalmente su situación se estabilizó. Ahora, un estudio sobre los asteroides troyanos de este primera parecen ofrecer pistas interesantes, que podría desvelar donde nació el mayor planeta del Sistema Solar, y por tanto hasta que punto viajó hasta su posición actual.
Estos compañeros de viaje tiene un misterio que intriga a los astrónomos desde su descubrimiento, y es que hay un 50% más de troyanos "delanteros" (que preceden al planeta en su movimiento orbital) que "traseros" (que lo siguen) , una asimetría que nunca se ha explicado de forma satisfactoria. Al menos hasta ahora.
Un amplio grupo de astrónomos, de la Universidad de Lund (Suecia) y otras instituciones afrontaron el trabajo de realizar amplias simulaciones informáticas sobre la posible evolución del planeta y sus troyanos hasta la actualidad, y sus resultados, presentados ahora, indican que dicha asimetría solo se podría haber formado en su estado actual si Júpiter se hubiera formado 4 veces más lejos de donde está hoy día, y hubiera migrado posterioremente hasta su órbita actual, en un viaje en que la propia gravedad del planeta atrajo más troyanos hacia el punto de Lagrange delantero que en el trasero.
Estas simulaciones muestras en planeta recién nacido, aún no mayor que la Tierra, que empezó a caer en espiral entre 2 y 3 millones de años después de que iniciara su vida como un pequeño mundo de roca y hielo, en un viaje que duró unos 700.000 años fruto de su interacción con el anillo de gas y polvo que aún cubría al naciente Sol. En esos momento aún no había adquirido su masiva atmósfera actual, y fue cuando estos asteroides fueron atrapados a sus mareas gravitatorias, de forma preferente hacia la dirección en la que se movía. Si esto es así, dichos asteroides deben ser objetos primordiales, formados por los mismos materiales que dieron forma a ese Júpiter naciente, terrestre, aún sin sus mares de gas.
Si es así la sonda Lucy, que explorará hasta 6 de ellos, tendrá una inesperada oportunidad de conocer mejor el propio planeta y su nacimiento.
Lucy se lanzará en 2021, con el objetivo de explorar los Troyanos de Júpiter. Si las conclusiones de este estudio están en lo cierto, estará ante una oportunidad única de explorar los componentes del mismo corazón del planeta.
Jupiter’s unknown journey revealed
domingo, marzo 24, 2019
Post Vintage (304): Creadores de Universos
Reunir todos lo que creemos saber sobre los procesos que le dieron forma, introducirlo en forma de datos en un sistema informático lo suficientemente potente y dejar que con toda esta información reconstruya por si mismo su propia historia cósmica, desde los inicios hasta la actualidad, y de esta forma comparar los resultados virtuales con la realidad, buscando aquello que encaja y, lo que es aún más importante, aquello en lo que divergen. Es una explicación, aunque enormemente simplificada, de una de las mejores herramientas de la que disponen los Cosmólogos para intentar comprende la evolución del Universo y los procesos que hicieron posible nuestra propia existencia.
A medida que hemos ido reuniendo más y más información, y las capacidades de los sistemas informáticos han ido creciendo de forma exponencial, cada vez somos capaces de afrontar simulaciones más y más precisas, donde se ponen a prueba las teorías existentes, validando muchas de ellas aunque también mostrando discrepancias que nos recuerdan que seguimos aprendiendo. Y la última de ellas es el Proyecto Illustris, el más grande intentado hasta ahora en su categoría: 19 millones de horas de CPU para seguir la evolución cósmica durante más de 13 mil millones de años de 12 mil millones de elementos contenidos en un cubo de 35 millones de años-luz de lado, abarcando galaxias de todo tipo. Un ejercicio que a un solo ordenador doméstico, incluso de los más potentes, le requeriría varios miles de años de trabajo constante. Realmente tan grandioso como el propio Universo.
En la película resultante asumimos la perspectiva de una cámara virtual que circunda parcialmente el cambiante Universo. Empezamos con la evolución de la materia oscura. A continuación, presenta el hidrógeno codificado según su temperatura (0:45), luego los elementos pesados, como el helio y el carbono (1:30) y, finalmente, regresa a la materia oscura (02:07). Las explosiones (0:50) representan burbujas de gas caliente expulsadas por los agujeros negros supermasivos que se encuentran en el centro de las galaxia, mientras que en la parte inferior izquierda nos muestra el tiempo transcurrido.
¿Encaja lo virtual con lo real? Bastante, pero no el todo, ya que aparecen discrepancias, entre la que destaca que en el virtual existe una superabundancia de estrellas viejas. El siguiente paso es investigar el porqué de estas diferencias, que pueden dar tanta información sobre los mecanismos que rigen el Cosmos como la propia observación directa. Generando nuestros propios Universos y dejándolos evolucionar por si mismos, comparando entonces los resultados con el mundo real, nos vamos aproximando, paso a paso, a la visión exacta de como fueron los procesos que dieron forma a nuestra realidad.
Infografía: Moldeando el Universo
Illustris Simulation of the Universe
The Illustris Simulation
viernes, marzo 22, 2019
Las 7 maravillas del Sistema Solar
Visitando sus mundos más extraordinarios.
El concepto de las "7 maravillas del mundo" nació como forma de englobar la que consideraban las construcciones más sobresalientes del mundo antiguo, esas de que las mucho pagaríamos lo que fuera para poder viajar al pasado y contemplarlas en todo su esplendor. No dejaba de ser una recopilación un tanto aleatorio, ya que habían muchas más, y se centraba en la antiguedad clásica occidental, especialmente la etapa helenística, dejando a un lado el lejano oriente, pero eran extraordinarias y dignas de haber sido contempladas. Hoy solo quedan las Pirámides, y distan de estar en el mismo estado que hace miles de años, cuando su recubrimiento reflejaba la luz solar y debía dotarlas de una apariencia sobrenatural, pero incluso así siguen siendo increíbles.
¿Podemos trasladas este concepto al espacio, como forma de describir los lugares más fascinantes del Sistema Solar? Vamos a intentarlo, aunque sea una lista muy personal.
1ª Maravilla: La Tierra.
Cuando miramos hacia las estrellas y admiramos mundos lejanos, solemos olvidar que vivimos en uno de ellos, y que a día de hoy, incluso extendiendo la comparación a los que hemos descubierto en otros soles, es el lugar más asombroso del Universo. Sus océanos de agua, sus cielos azules, sus innumerables variaciones y paisajes de todo tipo lo convierten en una hermosa perla en el espacio. Y por encima de todo, es donde la vida existe, en innumerables formas y caminos evolutivos. Nada supera lo que a todas luces es la máxima creación del Cosmos.
2ª Maravilla: Los anillos de Saturno.
Inmensos y delicados, de una complejidad aparentemente infinita, y posiblemente de una vida efímera que tenemos la suerte de haber podido contemplar. Nada puede asombrar más a alguien que mira por un telescopio por primera vez que esa visión, de la misma forma que asombró a Galileo y los primeros astrónomos modernos. Anillos dentro de anillos, divisiones, lunas pastora, ondas que lo recorren como si fueran olas del mar, muros de hielo que se elevan sobre el entorno...es todo eso y más. La imagen misma de las maravillas del Universo.
3ª Maravilla: Io
Seguramente sería el último lugar donde un viajero perdido quería aterrizar, ya que se trata del mundo con mayor vulcanismo activo que se conoce, mucho más furioso que el terrestre. Pero desde la distancia, su rostro multicolor, con flujos de lava rica en sodio y magnesio, lagos de color amarillo y rojo de azufre fundido y calderas de blancas tonalidades junto con los centenares de volcanes activos, algunos de los cuales con estallidos tan espectaculares que pueden detectarse desde la Tierra, lo convierten en una belleza peligrosa pero de un atractivo único.
4º Maravilla: Encélado
Debía ser, por su tamaño, una roca de hielo inerte, pero cuando Cassini nos dejó con la boca abierta. Inmensos geisers de vapor de agua, alimentados por un océano de agua líquida subterráneo y el calor generado por las mareas gravitatorias, se asomaron ante nuestros ojos, como señales de que bajo sus hielos podría esconderse lo impensable. Hoy día se considera el lugar con mayor potencial biológico fuera de la Tierra, al nivel de la luna Europa.
5ª Maravilla: Plutón
Todos queríamos verlo, todos habíamos soñado con ello, pero nada nos podía preparar para lo que encontramos. Cordilleras, llanuras, glaciares, montañas de hielo de agua flotando sobre un mar de hielo de nitrógeno, nieblas, nubes, una atmósfera tenue pero estratificada, posibles volcanes...todo lo posible parecía tener su lugar en Plutón, y otras que parecía imposibles también. Fue el mundo de los sueños, y también el que los superó. Para los que vivimos esos días increíbles, esas imágenes forman ya parte de nuestros recuerdos más preciados.
6ª Maravilla: Olympus Mons
Algún día quizás poblemos Marte, y si eso ocurre pocos lugares tendrá una mayor atracción turística que el mayor volcán del Sistema Solar. Y cuando hablamos de "mayor" deberíamos decirlo con mayúsculas, porque tendríamos ante nosotros algo de dimensiones que sería difícil de abarcar por la mente humana. Decir que tiene 648 kilómetros de ancho y casi 22 kilómetros de altura con respecto a la línea de referencia marciana quizás solo sean frías cifras que no transmiten realmente lo que es este volcán, por lo que podemos decirlo de otra forma: Desde su cima no veríamos sus bordes, porque estos estarían más allá del horizonte. Un concepto que nos supera.
7ª Maravilla: Verona Rupes
Miranda es una de las lunas de Urano, tan compleja de fragmentada que incluso existe la hipótesis de que sufrió un impacto devastador que la fragmentó en grandes pedazos, que terminaron juntándose de nuevo de forma caótica por su gravedad común, o como mínimo que estuvo a punto de suceder y la dejó en su estado caótico actual. Y de ese caos nació Verona Rupes, los acantilados más altos del Sistema Solar, de hasta 10 Kilómetros de altura, frutos de la ruptura de una gran falla. Asomarnos a ello sería una experiencia intensa, y si cayéramos podríamos disfrutar del viaje sin peligro, dado que la baja gravedad reinante no nos aceleraría demasiado. Una lástima que la Voyager 2 apenas tuviera tiempo de captar su presencia desde la distancia y de forma fugaz. Quizás un día reciba la atención y la admiración que se merece.
Estas son las 7 maravillas del espacio según Los Viajeros Estelares. Pero hay tantos lugares fascinantes que seguramente muchos tendréis vuestras propias listas, preferencia y mundos especiales. El espacio es inmenso, las posibilidades de asombro ilimitadas.
Los acantilados de Verona Rupes, una caída en vertical de hasta 10 kilómetros, y vistos por la Voyager 2 en su rápido paso por el sistema de Urano.
El volcánico mundo Io, con uno de sus volcanes emergiendo en el horizonte. Un caos de colores y formas, reflejo de un mundo que nunca descansa.
Los geisers de Encelado, la puerta a un océano global. Fue una de las grandes sorpresas que encontró Cassini en su estancia en Saturno, y que abrió las puertas a posibilidades ilimitadas.
Un coloso entre colosos. Olympus Mons sería, sin lugar a dudas, el hogar de los dioses marcianos.
Complejidad y delicadeza, que da lugar a una belleza sin igual. Un momento fugaz en el tiempo que tenemos la suerte de presenciar.
La mayor maravilla del Sistema Solar. Y de momento, del Universo conocido.
El concepto de las "7 maravillas del mundo" nació como forma de englobar la que consideraban las construcciones más sobresalientes del mundo antiguo, esas de que las mucho pagaríamos lo que fuera para poder viajar al pasado y contemplarlas en todo su esplendor. No dejaba de ser una recopilación un tanto aleatorio, ya que habían muchas más, y se centraba en la antiguedad clásica occidental, especialmente la etapa helenística, dejando a un lado el lejano oriente, pero eran extraordinarias y dignas de haber sido contempladas. Hoy solo quedan las Pirámides, y distan de estar en el mismo estado que hace miles de años, cuando su recubrimiento reflejaba la luz solar y debía dotarlas de una apariencia sobrenatural, pero incluso así siguen siendo increíbles.
¿Podemos trasladas este concepto al espacio, como forma de describir los lugares más fascinantes del Sistema Solar? Vamos a intentarlo, aunque sea una lista muy personal.
1ª Maravilla: La Tierra.
Cuando miramos hacia las estrellas y admiramos mundos lejanos, solemos olvidar que vivimos en uno de ellos, y que a día de hoy, incluso extendiendo la comparación a los que hemos descubierto en otros soles, es el lugar más asombroso del Universo. Sus océanos de agua, sus cielos azules, sus innumerables variaciones y paisajes de todo tipo lo convierten en una hermosa perla en el espacio. Y por encima de todo, es donde la vida existe, en innumerables formas y caminos evolutivos. Nada supera lo que a todas luces es la máxima creación del Cosmos.
2ª Maravilla: Los anillos de Saturno.
Inmensos y delicados, de una complejidad aparentemente infinita, y posiblemente de una vida efímera que tenemos la suerte de haber podido contemplar. Nada puede asombrar más a alguien que mira por un telescopio por primera vez que esa visión, de la misma forma que asombró a Galileo y los primeros astrónomos modernos. Anillos dentro de anillos, divisiones, lunas pastora, ondas que lo recorren como si fueran olas del mar, muros de hielo que se elevan sobre el entorno...es todo eso y más. La imagen misma de las maravillas del Universo.
3ª Maravilla: Io
Seguramente sería el último lugar donde un viajero perdido quería aterrizar, ya que se trata del mundo con mayor vulcanismo activo que se conoce, mucho más furioso que el terrestre. Pero desde la distancia, su rostro multicolor, con flujos de lava rica en sodio y magnesio, lagos de color amarillo y rojo de azufre fundido y calderas de blancas tonalidades junto con los centenares de volcanes activos, algunos de los cuales con estallidos tan espectaculares que pueden detectarse desde la Tierra, lo convierten en una belleza peligrosa pero de un atractivo único.
4º Maravilla: Encélado
Debía ser, por su tamaño, una roca de hielo inerte, pero cuando Cassini nos dejó con la boca abierta. Inmensos geisers de vapor de agua, alimentados por un océano de agua líquida subterráneo y el calor generado por las mareas gravitatorias, se asomaron ante nuestros ojos, como señales de que bajo sus hielos podría esconderse lo impensable. Hoy día se considera el lugar con mayor potencial biológico fuera de la Tierra, al nivel de la luna Europa.
5ª Maravilla: Plutón
Todos queríamos verlo, todos habíamos soñado con ello, pero nada nos podía preparar para lo que encontramos. Cordilleras, llanuras, glaciares, montañas de hielo de agua flotando sobre un mar de hielo de nitrógeno, nieblas, nubes, una atmósfera tenue pero estratificada, posibles volcanes...todo lo posible parecía tener su lugar en Plutón, y otras que parecía imposibles también. Fue el mundo de los sueños, y también el que los superó. Para los que vivimos esos días increíbles, esas imágenes forman ya parte de nuestros recuerdos más preciados.
6ª Maravilla: Olympus Mons
Algún día quizás poblemos Marte, y si eso ocurre pocos lugares tendrá una mayor atracción turística que el mayor volcán del Sistema Solar. Y cuando hablamos de "mayor" deberíamos decirlo con mayúsculas, porque tendríamos ante nosotros algo de dimensiones que sería difícil de abarcar por la mente humana. Decir que tiene 648 kilómetros de ancho y casi 22 kilómetros de altura con respecto a la línea de referencia marciana quizás solo sean frías cifras que no transmiten realmente lo que es este volcán, por lo que podemos decirlo de otra forma: Desde su cima no veríamos sus bordes, porque estos estarían más allá del horizonte. Un concepto que nos supera.
7ª Maravilla: Verona Rupes
Miranda es una de las lunas de Urano, tan compleja de fragmentada que incluso existe la hipótesis de que sufrió un impacto devastador que la fragmentó en grandes pedazos, que terminaron juntándose de nuevo de forma caótica por su gravedad común, o como mínimo que estuvo a punto de suceder y la dejó en su estado caótico actual. Y de ese caos nació Verona Rupes, los acantilados más altos del Sistema Solar, de hasta 10 Kilómetros de altura, frutos de la ruptura de una gran falla. Asomarnos a ello sería una experiencia intensa, y si cayéramos podríamos disfrutar del viaje sin peligro, dado que la baja gravedad reinante no nos aceleraría demasiado. Una lástima que la Voyager 2 apenas tuviera tiempo de captar su presencia desde la distancia y de forma fugaz. Quizás un día reciba la atención y la admiración que se merece.
Estas son las 7 maravillas del espacio según Los Viajeros Estelares. Pero hay tantos lugares fascinantes que seguramente muchos tendréis vuestras propias listas, preferencia y mundos especiales. El espacio es inmenso, las posibilidades de asombro ilimitadas.
Los acantilados de Verona Rupes, una caída en vertical de hasta 10 kilómetros, y vistos por la Voyager 2 en su rápido paso por el sistema de Urano.
El volcánico mundo Io, con uno de sus volcanes emergiendo en el horizonte. Un caos de colores y formas, reflejo de un mundo que nunca descansa.
Los geisers de Encelado, la puerta a un océano global. Fue una de las grandes sorpresas que encontró Cassini en su estancia en Saturno, y que abrió las puertas a posibilidades ilimitadas.
Un coloso entre colosos. Olympus Mons sería, sin lugar a dudas, el hogar de los dioses marcianos.
Complejidad y delicadeza, que da lugar a una belleza sin igual. Un momento fugaz en el tiempo que tenemos la suerte de presenciar.
La mayor maravilla del Sistema Solar. Y de momento, del Universo conocido.
jueves, marzo 21, 2019
El legado de Opportunity (5): Una victoria en la oscuridad.
Explorando el cráter Victoria.
Cuando Opportunity se asomó al cráter Endurance tuvimos ante nosotros un paisaje de ensueño, una ruptura total con las "aburridas" llanuras de misiones anteriores. Parecía que eso era el punto culminante de esta aventura, que nada superaría eso, ya que el siguiente potencial objetivo parecía demasiado lejano, pero su leyenda estaba ya siendo una realidad, y el 26 de Septiembre de 2006, cuando el contador de días marcianos en activo se aproximaba ya a la simbólica cifra de los 1000, nuestro viajero eterno alcanzó los bordes de algo mucho, mucho mayor.
Y es que si Endurance, con sus 150 metros de diámetro, parecía inmenso a nuestros ojos, Victoria, 6 veces mayor, era como saltar a otro nivel. La vista desde las alturas era espectacular, y su exploración una promesa de nuevos descubrimientos. Primero dedicó meses a moverse por sus bordes, reforzado con un nuevo software que le dotaba de mayor autonomía a la hora de decidir que imagenes enviar y que objetivos examinar con su brazo robótico, lo que implicaba un inmenso ahorro de tiempo para el equipo en tierra. Durante esta etapa la sonda Mars Reconnaissance Orbiter lo fotografió poco después de su llegada, en una de las imágenes más claras jamás logradas. Verla resulta fascinante.
El 15 de Junio de 2007, después de haber estudiado diversos puntos de entrada potencial desde diversos puntos de vista, se determinó que la zona conocida como Duck Bay sería la puerta de entrada al cráter. Sin embargo Marte no estaba dispuesto a ponerlo fácil, y a finales de ese mes se desencadenó una tormenta global que a punto estuvo de llevarlo a un punto sin retorno, haciendo descender la temperatura interna hasta niveles potencialmente letales. Pudo ser el final, pero no lo fue, y a principios de Agosto se recuperaron las comunicaciones. Años después no tendría tanta suerte, pero eso era un futuro aún muy lejano.
Opportunity se pasaría un año terrestre, hasta Agosto de 2008, estudiándo diversas capas geológicas y reuniendo nuevas evidencias de la antigua presencia de agua en la zona. No sería sin incidentes, ya que fue entonces cuando el brazo robótico experimentaría problemas en el motor responsable de desplegarlo, lo que implicaba el riesgo que, si se plegaba una vez concluido su uso, quizás no podría desplegarse de nuevo. Su final como explorador útil. Por ello, desde entonces, y una vez colocado en una posición adecuada para su uso, ya no se replegaría de nuevo. Fue necesario aprender a mover el rover de esta forma. El paso del tiempo comenzaba a pasar factura.
A final de Agosto Opportunity salió del cráter por el mismo lugar por el que había entrado. Se había concluido una de las aventuras más increíbles de la exploración de otro mundo. Y llegó al pregunta invitable: ¿Y ahora qué? La respuesta definitiva fue el cráter Endeavour, situado a 12 Kilómetros de distancia, a unos dos años de viaje a buen ritmo. Nadie esperaba que lo alcanzará, solo servía como punto de referencia para establecer una camino, y intentar estudiar tantos objetivos posibles en su avance. Pero todos sabemos lo que ocurrió finalmente. Es por ello que se convertiría en leyenda.
Con 750 metros de diámetro, el cráter Victoria era inmenso en comparación a Endurance, y por tanto una puerta mayor y más profunda al pasado de Marte. Para muchos llegar hasta aquí era la culminación del viaje, y ya no había nada más a su alcance. El tiempo demostraría lo equivocada de esa presunción.
Opportunity nunca estuvo del todo solo. La Mars Reconnaissance Orbiter lo captó en detalle durante su larga exploración del borde de Victoria, en lo que quizá son algunas de las imágenes más icónicas de la misión.
Durante un año el interior de Victoria fue su hogar.
La oscuridad de adueño de Victoria justo cuando Opportunity se adentraba en el. Una tormenta global que lo puso al borde de su final, aunque lograría superarlo. Años después ya no podría hacerlo de nuevo.
Saliendo por el mismo lugar por el que se entró, pasando por encima de las mismas huellas dejadas un año antes. Al fondo, Cape Verde, a cuya pared se aproximaría para estudiar los estratos ahí presentes.
Cuando Opportunity se asomó al cráter Endurance tuvimos ante nosotros un paisaje de ensueño, una ruptura total con las "aburridas" llanuras de misiones anteriores. Parecía que eso era el punto culminante de esta aventura, que nada superaría eso, ya que el siguiente potencial objetivo parecía demasiado lejano, pero su leyenda estaba ya siendo una realidad, y el 26 de Septiembre de 2006, cuando el contador de días marcianos en activo se aproximaba ya a la simbólica cifra de los 1000, nuestro viajero eterno alcanzó los bordes de algo mucho, mucho mayor.
Y es que si Endurance, con sus 150 metros de diámetro, parecía inmenso a nuestros ojos, Victoria, 6 veces mayor, era como saltar a otro nivel. La vista desde las alturas era espectacular, y su exploración una promesa de nuevos descubrimientos. Primero dedicó meses a moverse por sus bordes, reforzado con un nuevo software que le dotaba de mayor autonomía a la hora de decidir que imagenes enviar y que objetivos examinar con su brazo robótico, lo que implicaba un inmenso ahorro de tiempo para el equipo en tierra. Durante esta etapa la sonda Mars Reconnaissance Orbiter lo fotografió poco después de su llegada, en una de las imágenes más claras jamás logradas. Verla resulta fascinante.
El 15 de Junio de 2007, después de haber estudiado diversos puntos de entrada potencial desde diversos puntos de vista, se determinó que la zona conocida como Duck Bay sería la puerta de entrada al cráter. Sin embargo Marte no estaba dispuesto a ponerlo fácil, y a finales de ese mes se desencadenó una tormenta global que a punto estuvo de llevarlo a un punto sin retorno, haciendo descender la temperatura interna hasta niveles potencialmente letales. Pudo ser el final, pero no lo fue, y a principios de Agosto se recuperaron las comunicaciones. Años después no tendría tanta suerte, pero eso era un futuro aún muy lejano.
Opportunity se pasaría un año terrestre, hasta Agosto de 2008, estudiándo diversas capas geológicas y reuniendo nuevas evidencias de la antigua presencia de agua en la zona. No sería sin incidentes, ya que fue entonces cuando el brazo robótico experimentaría problemas en el motor responsable de desplegarlo, lo que implicaba el riesgo que, si se plegaba una vez concluido su uso, quizás no podría desplegarse de nuevo. Su final como explorador útil. Por ello, desde entonces, y una vez colocado en una posición adecuada para su uso, ya no se replegaría de nuevo. Fue necesario aprender a mover el rover de esta forma. El paso del tiempo comenzaba a pasar factura.
A final de Agosto Opportunity salió del cráter por el mismo lugar por el que había entrado. Se había concluido una de las aventuras más increíbles de la exploración de otro mundo. Y llegó al pregunta invitable: ¿Y ahora qué? La respuesta definitiva fue el cráter Endeavour, situado a 12 Kilómetros de distancia, a unos dos años de viaje a buen ritmo. Nadie esperaba que lo alcanzará, solo servía como punto de referencia para establecer una camino, y intentar estudiar tantos objetivos posibles en su avance. Pero todos sabemos lo que ocurrió finalmente. Es por ello que se convertiría en leyenda.
Con 750 metros de diámetro, el cráter Victoria era inmenso en comparación a Endurance, y por tanto una puerta mayor y más profunda al pasado de Marte. Para muchos llegar hasta aquí era la culminación del viaje, y ya no había nada más a su alcance. El tiempo demostraría lo equivocada de esa presunción.
Opportunity nunca estuvo del todo solo. La Mars Reconnaissance Orbiter lo captó en detalle durante su larga exploración del borde de Victoria, en lo que quizá son algunas de las imágenes más icónicas de la misión.
Durante un año el interior de Victoria fue su hogar.
La oscuridad de adueño de Victoria justo cuando Opportunity se adentraba en el. Una tormenta global que lo puso al borde de su final, aunque lograría superarlo. Años después ya no podría hacerlo de nuevo.
Saliendo por el mismo lugar por el que se entró, pasando por encima de las mismas huellas dejadas un año antes. Al fondo, Cape Verde, a cuya pared se aproximaría para estudiar los estratos ahí presentes.
miércoles, marzo 20, 2019
Un pequeño mundo muy especial
Bennu se releva como un asteroide activo.
"El descubrimiento es probablemente la mayor sorpresa de las primeras etapas de la misión OSIRIS-REx y, diría, una de las mayores sorpresas de mi carrera científica", afirmaba Dante Lauretta, investigador principal de esta sonda, actualmente en órbita alrededor de Bennu, estudiándolo en profundidad y preparando el camino para tomar muestras de material de la superficie. Y no es para menos, ya que las imágenes tomadas el 6 de Enero, a muy corta distancia develaron algo completamente inesperado. Lejos de ser un cuerpo inerte, se toparon con algo muy diferente.
Existen una docena de "asteroides activos" conocidos en el Sistema Solar, cuerpos que parecen mostrar cierto grado de actividad, como si estuvieran a medio camino entre un asteroide y un cometa. Algunos de ellos quizás son directamente uno de estos últimos cuyas reservas principales de volátiles se agotó hace tiempo y hoy día muestras una actividad residual. Ahora, por sorpresa, Bennu parece haberse unidos a esta selecta familia, pues es eso lo que captaron las cámaras de OSIRIS-Rex, la aparición de una corriente de pártículas, una "pluma" emergiendo de forma espectacular. Las imágenes son ciertamente sorprendentes.
Y no fue algo aislado, sino que estamos ante una actividad constante, ya que después se confiraron hasta 11 eventos de esta clase, donde objetos que se mueven entre los pocos centímetros hasta varias decenas de centímetros de diámetro se veían proyectados hacia el exterior, a velocidades muy dispares, algunos alcanzando los 11 Kilómetros/hora, suficiente para escapar de la tenue gravedad, mientras que el resto quedaban en órbita, como si fueran satélites temporales, hasta terminar cayendo de nuevo."Básicamente, parece que Bennu tiene una población continua de partículas lloviendo sobre él a partir de pequeños eventos de eyección en toda su superficie", dijo Lauretta."Es increíblemente emocionante".
El origen de estos eventos sigue siendo desconocido. Se han observado cuando el asteroide estaba pasando por el punto de mínima distancia, que tuvo lugar este pasado 10 de Enero. Así que el calentamiento solar de la superficie y su subsuelo, y la sublimación de materiales volátiles, que arrastraron todas estas partículas hacia el exterior, podría ser una buena explicación, y encajaría con lo que parece ocurrir en otros miembros de los "activos", aunque de momento es solo una hipótesis. Sin haberlo buscado nos hemos encontrado con de frente con algo muy especial. OSIRIS-Rex tiene por delante un nuevo misterio a resolver. Y eso es maravilloso.
La imagen en contexto, señalando las estrellas de fondo y la dirección del chorro de partículas.
Una visión cercana, a poco más de un kilómetro, de la región norte. Aunque las plumas de partículas no parece, una vez estudiadas, que representen un peligro para la sonda, lo extremadamente agreste del terreno, mucho más de lo esperado, hará de la toma de muestras una operación complicada.
Un mundo diminuto pero lleno de sorpresas.
Surprise! 'Active Asteroid' Bennu Is a Rare Particle-Ejecting Space Rock
"El descubrimiento es probablemente la mayor sorpresa de las primeras etapas de la misión OSIRIS-REx y, diría, una de las mayores sorpresas de mi carrera científica", afirmaba Dante Lauretta, investigador principal de esta sonda, actualmente en órbita alrededor de Bennu, estudiándolo en profundidad y preparando el camino para tomar muestras de material de la superficie. Y no es para menos, ya que las imágenes tomadas el 6 de Enero, a muy corta distancia develaron algo completamente inesperado. Lejos de ser un cuerpo inerte, se toparon con algo muy diferente.
Existen una docena de "asteroides activos" conocidos en el Sistema Solar, cuerpos que parecen mostrar cierto grado de actividad, como si estuvieran a medio camino entre un asteroide y un cometa. Algunos de ellos quizás son directamente uno de estos últimos cuyas reservas principales de volátiles se agotó hace tiempo y hoy día muestras una actividad residual. Ahora, por sorpresa, Bennu parece haberse unidos a esta selecta familia, pues es eso lo que captaron las cámaras de OSIRIS-Rex, la aparición de una corriente de pártículas, una "pluma" emergiendo de forma espectacular. Las imágenes son ciertamente sorprendentes.
Y no fue algo aislado, sino que estamos ante una actividad constante, ya que después se confiraron hasta 11 eventos de esta clase, donde objetos que se mueven entre los pocos centímetros hasta varias decenas de centímetros de diámetro se veían proyectados hacia el exterior, a velocidades muy dispares, algunos alcanzando los 11 Kilómetros/hora, suficiente para escapar de la tenue gravedad, mientras que el resto quedaban en órbita, como si fueran satélites temporales, hasta terminar cayendo de nuevo."Básicamente, parece que Bennu tiene una población continua de partículas lloviendo sobre él a partir de pequeños eventos de eyección en toda su superficie", dijo Lauretta."Es increíblemente emocionante".
El origen de estos eventos sigue siendo desconocido. Se han observado cuando el asteroide estaba pasando por el punto de mínima distancia, que tuvo lugar este pasado 10 de Enero. Así que el calentamiento solar de la superficie y su subsuelo, y la sublimación de materiales volátiles, que arrastraron todas estas partículas hacia el exterior, podría ser una buena explicación, y encajaría con lo que parece ocurrir en otros miembros de los "activos", aunque de momento es solo una hipótesis. Sin haberlo buscado nos hemos encontrado con de frente con algo muy especial. OSIRIS-Rex tiene por delante un nuevo misterio a resolver. Y eso es maravilloso.
La imagen en contexto, señalando las estrellas de fondo y la dirección del chorro de partículas.
Una visión cercana, a poco más de un kilómetro, de la región norte. Aunque las plumas de partículas no parece, una vez estudiadas, que representen un peligro para la sonda, lo extremadamente agreste del terreno, mucho más de lo esperado, hará de la toma de muestras una operación complicada.
Un mundo diminuto pero lleno de sorpresas.
Surprise! 'Active Asteroid' Bennu Is a Rare Particle-Ejecting Space Rock
martes, marzo 19, 2019
Un cielo en llamas
Un pequeño asteroide provoca una explosión en la alta atmósfera 10 veces más potente que la bomba de Hiroshima.
Vivimos rodeados de peligros, no tanto para el propia planeta en si mismo, como para aquellos que habitan la superficie, que cuando menos se lo esperan pueden ver como el cielo arde en llamas. Las colisiones con pequeñas rocas espaciales o asteroides de cierto tamaño se suceden con más frecuencia de lo que pensamos, aunque existen varios factores que nos protegen. Por un lado la atmósfera, que incinera la mayoría de ellos, o generan tanta presión que termina explotando a gran altura, y por otro que más de 3/4 del planeta están deshabitados. Podemos tener la sensación de un mundo superpoblado, pero en realidad esto se produce en zonas concretas. La mayor parte de nuestro mundo es un lugar solitario.
Y por eso, el pasado 18 de Diciembre, nadie, aparte de los estaciones de detección de infrasonidos de los EEUU, y el satélite meteorológico japonés Himawari, se dio cuenta de lo que ocurrió ese día sobre Mar de Bering, cuando un pequño asteroide, de un tamaño de unos 10 metros, se precipitó en la atmósfera y explotó a unos 25 kilómetros de altura, generando una detonación de 173 kilotones, el equivalente a 10 veces la bomba de Hiroshima. Es el segundo evento más potente registrado en los últimos 30 años, solo por detrás del que cayó sobre Cheliábinsk, aunque esta vez, al ocurrir sobre el océano, no generó daños de ningún tipo. Afortunadamente.
Aunque se calcula que objetos de tal tamaño solo impactan contra la Tierra dos o tres veces por siglo, resulta un más que potente recordatorio de la amenaza que nos rodea, que había quedado algo olvidada una vez extinguidos los ecos del meteoro ruso. La atmósfera y que la mayor parte del planeta sean océanos, desiertos, zonas polares y altas montañas, donde la población en mínimo o directamente inexistente, nos protege de lo peor. De momento. Si alguien pregunta si es necesario que se estén haciendo tantos esfuerzos por monitorizar y enfrentar estas amenazas, la respuestas está en una bola de fuego terrorífica a 25 kilómetros de altura. La próxima quizás no se quede solo ahí.
En las imágenes de Himawari podemos ver el trazo de la detonación, en forma de una pequeña mancha rojiza. El satélite Terra también fue capaz de verlo, de forma incluso más espectacular.
Las "bolas de fuego", provocadas por la entrada de grandes rocas espaciales en la atmósfera, registrada por los sensores de vigilacia de los EEUU. La detonación de Cheliábinks sigue siendo la mayor de los ultimos 30 años, pero ahora el segundo lugar está ocupada por la ocurrida este pasado 18 de Diciembre.
Un asteroide explotó sobre el mar con la energía de diez bombas de Hiroshima, y no lo vimos
Vivimos rodeados de peligros, no tanto para el propia planeta en si mismo, como para aquellos que habitan la superficie, que cuando menos se lo esperan pueden ver como el cielo arde en llamas. Las colisiones con pequeñas rocas espaciales o asteroides de cierto tamaño se suceden con más frecuencia de lo que pensamos, aunque existen varios factores que nos protegen. Por un lado la atmósfera, que incinera la mayoría de ellos, o generan tanta presión que termina explotando a gran altura, y por otro que más de 3/4 del planeta están deshabitados. Podemos tener la sensación de un mundo superpoblado, pero en realidad esto se produce en zonas concretas. La mayor parte de nuestro mundo es un lugar solitario.
Y por eso, el pasado 18 de Diciembre, nadie, aparte de los estaciones de detección de infrasonidos de los EEUU, y el satélite meteorológico japonés Himawari, se dio cuenta de lo que ocurrió ese día sobre Mar de Bering, cuando un pequño asteroide, de un tamaño de unos 10 metros, se precipitó en la atmósfera y explotó a unos 25 kilómetros de altura, generando una detonación de 173 kilotones, el equivalente a 10 veces la bomba de Hiroshima. Es el segundo evento más potente registrado en los últimos 30 años, solo por detrás del que cayó sobre Cheliábinsk, aunque esta vez, al ocurrir sobre el océano, no generó daños de ningún tipo. Afortunadamente.
Aunque se calcula que objetos de tal tamaño solo impactan contra la Tierra dos o tres veces por siglo, resulta un más que potente recordatorio de la amenaza que nos rodea, que había quedado algo olvidada una vez extinguidos los ecos del meteoro ruso. La atmósfera y que la mayor parte del planeta sean océanos, desiertos, zonas polares y altas montañas, donde la población en mínimo o directamente inexistente, nos protege de lo peor. De momento. Si alguien pregunta si es necesario que se estén haciendo tantos esfuerzos por monitorizar y enfrentar estas amenazas, la respuestas está en una bola de fuego terrorífica a 25 kilómetros de altura. La próxima quizás no se quede solo ahí.
En las imágenes de Himawari podemos ver el trazo de la detonación, en forma de una pequeña mancha rojiza. El satélite Terra también fue capaz de verlo, de forma incluso más espectacular.
Las "bolas de fuego", provocadas por la entrada de grandes rocas espaciales en la atmósfera, registrada por los sensores de vigilacia de los EEUU. La detonación de Cheliábinks sigue siendo la mayor de los ultimos 30 años, pero ahora el segundo lugar está ocupada por la ocurrida este pasado 18 de Diciembre.
Un asteroide explotó sobre el mar con la energía de diez bombas de Hiroshima, y no lo vimos
domingo, marzo 17, 2019
Post Vintage (303): El Plutón más salvaje
La visión más espectacular de este pequeño mundo.
Dijo Alan Stern en una ocasión que si bien solo sobrevolaría Plutón de forma fugaz antes de adentrarse en las profundidades del Cinturón de Kuiper, casi se la podría considerarse una sonda orbital, ya que el gran volumen de datos recibidos y el lento ritmo de transmisión que la distancia impone haría que siguiéramos recibiendo nuevos datos e imágenes durante más de un año después del encuentro. Tendríamos tiempo, por tanto, de seguir disfrutando este momento durante largo tiempo, en lugar de solo tener un colosal pero fugaz instante de descubrimiento. Hoy entendemos mejor que nunca lo que eso significaba, y lo que es más importante, que lejos de ser tan asombroso como Stern y su gente habían imaginado, la realidad esta superando los más salvajes sueños.
Y es que poco se puede decir de la última imagen recibida, tomada 15 minutos después del momento de máxima aproximación, y donde la misma iluminación oblicua del lejano pero aún brillante Sol dota a la escena de una extraña y fascinante profundidad. Casi parece que podamos tocar sus enigmática y verticales montañas de hielo, sus glaciares en movimiento, su tenue atmósfera estratificada en capas más allá de lo imaginable, sus aparentes bancos de neblina en el atardecer, que parecen sugerir algún tipo de ciclo hidrológico parecido al terrestre o al de Titán. No hay palabras para describir tantas maravillas, así que nada mejor que disfrutarlas directamente.
Majestuosas montañas, helada llanuras y brumas crepusculares se revelan en esta visión de Plutón bajo la luz de su atardecer, extendiéndose hasta el horizonte. Sputnik Planum (centro) está flanqueada al oeste (parte superior) por escarpadas montañas de hasta 3.500 metros de altura, incluyendo los conocidos como Norgay Montes en el primer plano y los Hillary Montes en el horizonte. En la parte inferior, al este de Sputnik, se extienden terrenos caóticos que parecen estar siendo cortados por aparentes glaciares de Nitrógeno.
Igualmente increíble resultan las más de una docena de capas de neblina flotando en la atmósfera plutoniana. Su misma y compleja existencia, dado lo tenue de esta última, es solo una de las no pocas maravillosas sorpresas que nos tenía reservadas Plutón. La imagen fue tomada por Ralph, la cámara en color de la sonda, pero dado el escaso tiempo disponible, y que está necesita un tiempo de exposición superior con la utilización de sus 3 canales para darles forma, tiempo que evidentemente era demasiado escaso en un sobrevuelo tan fugaz, a lo que se sumaba la alta velocidad relativa entre ambos cuerpos, que las hubiera distorsionado, se tomaron solo utilizando el canal pancromático. Así y todo, aplicando los datos de color que ya se tenían de su fase de aproximación, podemos reconstruir su aspecto real.
¿Es esta la imagen más espectacular de la historia de la exploración interplanetaria? Resulta difícil admitirlo, ya que el número de maravillas visuales que las sondas espaciales nos han regalado a lo largo de las últimas décadas es casi incalculable, pero cierto es también que se hace igualmente complicado pensar en algo que lo supere. Cómo mínimo se puede mirar de igual a igual con las de Cassini o las de Curiosity. Como mínimo. Y muchas más vendrán. Lo conseguido por New Horizons es todo un homenaje a los hombres y mujeres que hicieron esto posible. Un homenaje al que el propio Plutón pareció querer sumarse mostrando su rostro más mágico.
Una visión ampliada de la región de Sputnik Planum, que parece estar formada por una corriente en movimiento de hielos de Nitrógeno y Monóxido de Carbono cuyo motor es todo un misterio a día de hoy. A su alrededor las altas y escarpadas montañas de hielo de agua de Norgay Montes, igualmente enigmáticas. La imagen inferior se coloreó a partir de los datos de Ralph.
Una vista aún más ampliada, centrada en los Norgay Montes. Las montañas más altas que vemos aquí se elevan 3.5 Kilómetros por encima de la superficie. Que mecanismo las formó y como pueden ser tan escarpadas, casi verticales, revelando una juventud inexplicable para un mundo tan pequeño y que debería estar geológicamente muerto, es simple y llanamente un enigma.
Las largas sombras de las montañas de Plutón se extienden hasta fundirse con la cercana noche, mientras entre ella se extienden lo que parecen brumas o nieblas, lo que indicaría un ciclo climático con ciertos parecidos con el terrestre.
Los glaciares de Plutón: El hielo (Nitrógeno congelado) que parece haberse acumulado en las tierras altas en el lado derecho de esta (630 kilómetros) parece estar fluyendo a través del valle que está aquí marcado con flechas rojas, hasta llegar a Sputnik Planum. El frente de avance se describe por las flechas azules. "No esperábamos encontrar indicios de un ciclo glacial a base de nitrógeno en Plutón . Impulsado por la tenue luz del Sol, esto sería directamente comparables con el ciclo hidrológico que alimenta las capas de hielo de la Tierra, donde el agua se evapora de los océanos, cae en forma de nieve, y vuelve a los mares a través de flujo de los glaciares".
La misma escena pero con las condiciones de iluminación oblicuas, que permiten captar aún mejor los detalles.
Pluto ‘Wows’ in Spectacular New Backlit Panorama
Spectacular New Horizons photo of Pluto's hazes and mountains: How it was made
Dijo Alan Stern en una ocasión que si bien solo sobrevolaría Plutón de forma fugaz antes de adentrarse en las profundidades del Cinturón de Kuiper, casi se la podría considerarse una sonda orbital, ya que el gran volumen de datos recibidos y el lento ritmo de transmisión que la distancia impone haría que siguiéramos recibiendo nuevos datos e imágenes durante más de un año después del encuentro. Tendríamos tiempo, por tanto, de seguir disfrutando este momento durante largo tiempo, en lugar de solo tener un colosal pero fugaz instante de descubrimiento. Hoy entendemos mejor que nunca lo que eso significaba, y lo que es más importante, que lejos de ser tan asombroso como Stern y su gente habían imaginado, la realidad esta superando los más salvajes sueños.
Y es que poco se puede decir de la última imagen recibida, tomada 15 minutos después del momento de máxima aproximación, y donde la misma iluminación oblicua del lejano pero aún brillante Sol dota a la escena de una extraña y fascinante profundidad. Casi parece que podamos tocar sus enigmática y verticales montañas de hielo, sus glaciares en movimiento, su tenue atmósfera estratificada en capas más allá de lo imaginable, sus aparentes bancos de neblina en el atardecer, que parecen sugerir algún tipo de ciclo hidrológico parecido al terrestre o al de Titán. No hay palabras para describir tantas maravillas, así que nada mejor que disfrutarlas directamente.
Igualmente increíble resultan las más de una docena de capas de neblina flotando en la atmósfera plutoniana. Su misma y compleja existencia, dado lo tenue de esta última, es solo una de las no pocas maravillosas sorpresas que nos tenía reservadas Plutón. La imagen fue tomada por Ralph, la cámara en color de la sonda, pero dado el escaso tiempo disponible, y que está necesita un tiempo de exposición superior con la utilización de sus 3 canales para darles forma, tiempo que evidentemente era demasiado escaso en un sobrevuelo tan fugaz, a lo que se sumaba la alta velocidad relativa entre ambos cuerpos, que las hubiera distorsionado, se tomaron solo utilizando el canal pancromático. Así y todo, aplicando los datos de color que ya se tenían de su fase de aproximación, podemos reconstruir su aspecto real.
¿Es esta la imagen más espectacular de la historia de la exploración interplanetaria? Resulta difícil admitirlo, ya que el número de maravillas visuales que las sondas espaciales nos han regalado a lo largo de las últimas décadas es casi incalculable, pero cierto es también que se hace igualmente complicado pensar en algo que lo supere. Cómo mínimo se puede mirar de igual a igual con las de Cassini o las de Curiosity. Como mínimo. Y muchas más vendrán. Lo conseguido por New Horizons es todo un homenaje a los hombres y mujeres que hicieron esto posible. Un homenaje al que el propio Plutón pareció querer sumarse mostrando su rostro más mágico.
Una visión ampliada de la región de Sputnik Planum, que parece estar formada por una corriente en movimiento de hielos de Nitrógeno y Monóxido de Carbono cuyo motor es todo un misterio a día de hoy. A su alrededor las altas y escarpadas montañas de hielo de agua de Norgay Montes, igualmente enigmáticas. La imagen inferior se coloreó a partir de los datos de Ralph.
Una vista aún más ampliada, centrada en los Norgay Montes. Las montañas más altas que vemos aquí se elevan 3.5 Kilómetros por encima de la superficie. Que mecanismo las formó y como pueden ser tan escarpadas, casi verticales, revelando una juventud inexplicable para un mundo tan pequeño y que debería estar geológicamente muerto, es simple y llanamente un enigma.
Las largas sombras de las montañas de Plutón se extienden hasta fundirse con la cercana noche, mientras entre ella se extienden lo que parecen brumas o nieblas, lo que indicaría un ciclo climático con ciertos parecidos con el terrestre.
Los glaciares de Plutón: El hielo (Nitrógeno congelado) que parece haberse acumulado en las tierras altas en el lado derecho de esta (630 kilómetros) parece estar fluyendo a través del valle que está aquí marcado con flechas rojas, hasta llegar a Sputnik Planum. El frente de avance se describe por las flechas azules. "No esperábamos encontrar indicios de un ciclo glacial a base de nitrógeno en Plutón . Impulsado por la tenue luz del Sol, esto sería directamente comparables con el ciclo hidrológico que alimenta las capas de hielo de la Tierra, donde el agua se evapora de los océanos, cae en forma de nieve, y vuelve a los mares a través de flujo de los glaciares".
La misma escena pero con las condiciones de iluminación oblicuas, que permiten captar aún mejor los detalles.
Pluto ‘Wows’ in Spectacular New Backlit Panorama
Spectacular New Horizons photo of Pluto's hazes and mountains: How it was made