miércoles, febrero 29, 2012

Nubes de Verano

Mars Odyssey muestra como cubren amplias zonas del hemisferio Norte de Marte con el cambio de estación.

Una atmósfera que apenas representa un 1% de la terrestre y que se ve azotada por la radiación solar, ya que el planeta carece de un campo magnético global que lo proteja, como es el caso de nuestro mundo, además de ser muy fría y seca. Un escenario muy poco prometedor que hace difícil imaginar que puedan existir. Pero ahí están...finas, tenues, compuestas de finas partículas de hielo de agua, moviendose a alturas de entre 10 y 15 kilómetros aparentemente sin capacidad de generar ningún tipo de precipitación destacable (aunque la Mars Phoenix detectó en una ocasión lo que parece era una nevada llegando hasta la superficie), en definitiva muy diferentes de las de La Tierra, pero que sobrevivien en un medio totalmente hostil.

Y que ahora, con el cambio de estación y la entrada del Verano en el Hemisferio Norte, están apareciendo en amplias zonas de la región polar, tal y como da testimonio las imágenes enviadas por la más veterana de las sondas exploradoras que se encuentran en activo en Marte, Mars Odyssey. La que vemos en la parte superior, tomada el pasado 24 de Enero por la cámara THEMIS y que cubre una area de 21 x 73 Kilómetros, muestra un auténtico "mar de nubes" recorriendo la llanura polar en una zona situada a 73º de latitud.

La presencia de nubes en Marte es conocida desde los principios de la exploración del planeta, y han sido fotografiadas tanto desde el espacio como desde la misma superficie, tanto por la Mars Patfhinder como por las que llegaron trás ella, Spirit, Opportunity y Phoenix.

Lejos de la espectacularidad de las grandes tormentas de polvo y de los Dust Devil, las formaciones nubosas representan otra de las piezas básicas para comprender el pasado y presente de la atmósfera marciana, y especialmente el papel que el agua tiene hoy día en ella...la
Mars Phoenix, durante su corte pero fructífera misión en el Polo Norte, reveló la presencia de agua helada a pocos centímetros bajo tierra y lo que parecía condensación dipositándose en sus patas trás el aterrizaje (incluso con la posible presencia gotas de agua líquida salina), lo que, junto con la aparición de amplias (aunque poco densas) nubes durante el Verano meridional, sugiere que el agua sigue un ciclo entre la superficie y la atmósfera que resulta más evidente durante los momentos más cálidos del año marciano.

Otro ejemplo de nubes marcianas, captadas en 2010 en Alba Mons. Por debajo pueden observarse toda una serie de líneas, posiblemente fruto del paso de diversos Dust Devils.

Nubes sobre el cráter Charlier, a finales de 2011, a unos 70º de latitud Norte...el objetivo real de la toma era observar el campo de dunas que existe en su interior, pero la presencia de estas primeras lo dificultaron.

Blancas nubes cerca de Elysium Mons, vistas en 2008 a última hora de la tarde. Por ello proyectan unas largas sombras, que vemos en la esquina inferior derecha.

Formaciones nubosas captadas por Opportunity...en la superior el contraste y brillo esta aumentado para distinguir los detalles. La inferior es un preciosa panorámica, mostrada con un color aproximado al que veríamos con nuestros ojos, durante la larga travesía por Meridiani Planum.

El movimiento de las nubes sobre la Mars Phoenix.

Una poco habitual y enorme borrasca muy cerca del Polo Norte marciano, captado por el telescopio espacial Hubble.

Nubes rodeando el Monte Olimpo, vistas por la Mariner 9.

Mars Odyssey lleva en Marte desde 2001, siendo la más veterana de las que aún permanece en activo. La imágen inferior fue tomada por la ya desaparecida Mars Global Surveyor, y nos muestra a Odyssey en la distancia, en una toma realmente extraodinaria.

Today’s Martian Weather: Partly Cloudy

martes, febrero 28, 2012

Un Centavo para Marte

El sorprendente objeto que Curiosity transporta en su brazo robótico para ayudar a calibrar las imágenes tomadas por la cámara MAHLI.

Posiblemente no hay nada más difícil de apreciar en fotografías tomadas desde la superficie de otro mundo que las escalas de aquello que estamos viendo...en La Tierra resulta sencillo, pues suelen salir, de forma intencionada o accidental, objetos cuyo tamaño conocemos de forma aproximada y que nos ayuda a captarla con facilidad. Personas, edificios, sillas, árboles, coches, ventanas...todo ayuda a nuestro cerebro en su tarea y le permite ofrecer una apreciación global del entorno bastante exacta.

Pero todo cambia al salir de La Tierra...y es que en otros mundos, como por ejemplo Marte, no tenemos ninguna referencia, y por tanto perdemos la noción de la escala de cada cosa. Solo hay que ver, por ejemplo, las primeras fotografías tomadas por Opportunity cuando aún estaba en el interior del cráter Eagle...¿Cuanto medía el afloramiento rocoso que se extendía ante sus ojos? La impresión al verlo es que se trataba de algo de tamaño notable, pero en realidad apenas tenían unos pocos centímetros de grosor. La falta de referentes para comparar traduce en una interpretación errónea de las dimensiones de aquello que vemos.

En estos casos es el propio vehículo es que sirve de referente, tanto a los expertos de la misión como, especialmente, a todos los aficionados que sigue este tipo de aventuras planetarias.

Curiosity, en rumbo hacia Marte, no es una excepción, pero el mayor y mas complejo vehículo enviado jamás a otro planeta (y posiblemente el último por parte de los EEUU durante mucho tiempo) dispone de un curioso añadido extra que tiene, precisamente, la función de ofrecer una fácil identificación de las escalas de aquellas rocas observadas por la cámara MAHLI (Mars Hand Lens Imager), situada en el extremo del brazo robótico del rover: Un centavo.

Objeto más que familiar para los norteamericanos, cuyo tamaño conocen tan bien como los europeos conocemos el de las monedas de 1 Euro, el "centavo" de Curiosity permitirá copiar una practica habitual en excavaciones arqueológicas o geológicas, donde en las fotografías se suele colocar un objeto referente (normalmente una tira con una escala marcada en ella) para ayudar a los que observen dichas fotografías a tener una idea más exacta de su tamaño. En el caso de las que nos lleguen de Marte el observar la moneda permitirá a cualquiera (si se es Estadounidense, claro está) captar las dimensiones de lo que esta viendo con rapidez.

No es el único referente que viaja a bordo de Curiosity, y esta moneda forma parte de una table de calibración donde encontramos desde una serie de parches de colores para calibrar brillo y tonalidad (incluida uno fluorescente que brilla según la luz Ultravioleta que recibe, lo que permitirá ajustar MAHLI es esta parte del espectro), una escala métrica estándar y otra destinada a medir la profundidad en las tomas en 3D. En conjunto tiene un tamaño parecido a un smart phone y un aspecto que recuerda a una de esas tablas que vemos en la consulta de un Oftalmólogo, lo que no es casualidad, pues su objetivo, salvando las distancias, es el mismo, graduar la visión del paciente...aunque en este caso sea uno mecánico, de una tonelada y que se encuentra en otro planeta.

Y todo ello al económico precio de un Centavo.

La "tabla del oculista" de Curiosity, que permitirá a los técnicos calibrar las imágenes tomadas desde el brazo robótico...podemos ver los seis parches de colores, las escalas métricas de longitud y profundidad, y finalmente el famoso Centavo, que pertenece a una serie especial emitida en 1909 para conmemorar el nacimiento de Lincoln.

Una visión más amplia que permite observar donde se encuentra la famosa moneda.

Los estratos de rocas visto por Opportunity cuando tomo sus primeras imágenes...¿una auténtica pared de rocas?

Al alejarnos y tener puntos de referencias (las huellas del vehículo y la plataforma de aterrizaje) la cosa ya no parece tan grande...

El borde del cráter Victoria, alcanzado en 2006...¿una enorme pared casi vertical o una pequeña elevación?

Colocando una recreación de Opportunity a su misma escala todo resulta más evidente.

No parece una gran elevación...

Pero las apariencias engañan.

La famosa estrato de Yeso llamado Homestake, descubierto poco después de llegar a Endeavour y que dio pistas sólidas sobre la antigua presencia de aguas termales en la zona...famoso y ¿grande?

Pues la verdad es que no.

No podía faltar un mapa de situación de Curiosity en su viaje hacia el Planete Rojo.

lunes, febrero 27, 2012

El latido de una compañera

La Lunar Reconnaissance Orbiter ofrece evidencias de actividad geológica reciente en la Luna.

Nuestra vecína planetaria, un satélite tan grande que casi podemos considerarla más bién la integrante más pequeña de un planeta doble, fue, en sus primeros tiempos, un mundo activo y cambiante, como dan testimonio los grandes Mares, las manchas oscuras que podemos ver a simple vista y que en realidad son antiguas corrientes de magma que cubrieron parte de la superficie más antigua, dotando al rostro lunar ese aspecto tan característico (cosa que no es así en su cara oculta) que nos lleva acompañando desde el día en que los primeros seres que podríamos catalogar de Humanos elevaron su mirada..

Hoy día, miles de millones de años después, La Luna es un mundo practicamente muerto....o casi: Ocurren pequeños seismos, como detectaron los instrumentos dejados por los Apolo, se han registrado emisiones de gas radón-222 en cráteres como Alphonsus o Aristarco, se producen los aún no del todo bién explicados "fenómenos lunares transitorios", resplandores y oscurecimientos locales que actualmente se cree que podrían estar relacionados con lo anterior, y desde hace unos años sabemos de la presencia de los llamados lóbulos escarpados, que parecen indicar que nuestro satélite aún esta en un proceso de contracción global como consecuencia de que su interior se sigue enfriando.

Ahora nos llega una nueva muestra de actividad de este mundo no tan silenciosa como parece, y con el pequeño misterio añadido de que, al menos en algunas zonas, se opone a la aparente contracción global..

Las imágenes de la sonda Luna Reconnaissance Orbiter dejaron al descubierto recientemente la existencia de fosas tectónicas, pequeñas fracturas de no más de un Kilómetro de longuitud y varios centros de metros de amplitud, y que parecen indicar que, al menos en esos pocos puntos donde se han descubierto, la corteza no se está en contración sino justo lo contrario, se está separando, lo que provoca su fractura. Se cree, además, que son muy jovenes, quizás menos de 50 millones de años, lo que en tiempo geológico es muy poco.

La presencia de estas pequeñas fracturas resultan muy instructiva, pués permite asumir que las fuerzas que impulsan la contracción de La Luna son muy debiles, tanto que en algunos puntos se ven superadas por las que forman las ahora observadas fracturas, tal como explica Thomas Watters, del Centro de Estudios Planetarios y de la Tierra:"Pensamos que la Luna está en un estado general de contracción global debido al enfriamiento de un interior aún caliente. Las fosas tectónicas nos dicen que las fuerzas que actúan para reducir el tamaño de la Luna fueron superadas en esos lugares por las fuerzas que actúan para separarlas. Esto significa que las fuerzas de contracción que reducen el tamaño de la Luna no pueden ser grandes, o las pequeñas fosas no pudieron haberse formado".

Otra de las conclusiones que se extraen, en especial por el descubrimiento de la mayor de las fosas tectónica en las tierras altas de la cara oculta (por tanto, de las más antiguas) es que La Luna nunca estuvo totalmente fundida, como si parece que ocurrió con el resto de planetas terrestre. Hay que recordar que el estado de fusión que, al menos en el caso de La Tierra, aún se mantiene en buena parte e impulsa su actividad geológica, se cree que ocurrió posteriormente a su nacimiento como consecuencia de la acumulación de elementos radiactivos en su interior, cuya paulatina desintegración generaron el calor necesario para ello.

"Fue una gran sorpresa cuando encontré fosas tectónicas en las tierras altas de la cara oculta. Inmediatamente apunté a la región para obtener imágenes estéreo de alta resolución, por lo que pudimos crear una vista en tres dimensiones de la fosa tectónica. Es emocionante descubrir algo totalmente inesperado. Sólo alrededor de la mitad de la superficie lunar ha sido fotografiada en alta resolución. Hay mucho más en la Luna que espera ser explorado", explica Mark Robinson, investigador principal de LROC (Lunar Reconnaissance Orbiter Camera).

Cuanto más lo conocemos, más nos damos cuenta de que nuestro satélite y compañero de viaje, que resplandece en el firmamento como una joya entre las estrellas, es un mundo complejo del que aún estamos lejos de conocer por completo.

La mayor de las fosas tectónicas descubiertas por la LRO, en la cara oculta.

Uno de los sismógrafos dejados en la Luna por los Apolo, en este caso por el Apolo 11, con Buzz Aldrin a su lado. Durante los años que permanecieron en activo registraron una sorprendente cantidad de seismos, algunos de intensidad notable.

Los fenómenos lunares transitorios son uno de los misterios que aún esperan una respuesta definitiva, aunque la actividad geológica en forma de emisiones de gas parece que puede estar detrás de su aparición, al menos en algunos casos.


domingo, febrero 26, 2012

Noche de encuentros

Estamos viviendo unas noches realmente hermosas para todos los aficionados a la astronomía o, simplemente, para los que, aunque sea de forma muy puntual, tiene un momento para levantar la mirada hacia la bóveda celeste y disfrutar de un espectaculo que ni las luces urbanas, auténticos muros que nos separan del Universo que nos rodea, puede apagar.

La reunión de Venus, La Luna y Júpiter (siempre desde el punto de vista terrestre, claro está), de los tres de los objetos más brillantes del firmamento nocturno (con permiso de Marte) es siempre una buena oportunidad de romper esta barrera que nosotros mismos nos hemos contruido, conectar de nuevo con los astros...y la posibilidad, para todos los que disponen de los medios adecuados, de plasmarlo en imágenes. Afortunadamente para todos, añado.

Solo nos queda, pués, disfrutar de todos momentos, una previa a la reunión de Júpiter y Venus que tendrá lugar a mediados del próximo mes de Marzo...y es que los que no tenemos telescopio ni la oportunidad de alejarnos de la bruma de luz y contaminación que nos rodea también podemos disfrutar, aunque solo sea en momentos como este, del espectáculo celeste.


Un hermoso video de
Charlie Bates.

Desde Biatorbagy, Hungaría. El trazo luminoso es la Estación Espacial Internacional. Tamas Abraham.

Conjunción sobre la zona industrial de Norilsk, Rusia. Pavel Kantsurov

Sobre los cielos de Turín, Italia. Stefano De Rosa.

Ni las luces de San Francisco, California, pueden esconder este encuentro cósmico. Dirk Obudzinski.

La posición actual de los planetas del Sistema Solar, que hace mucho más facil comprender porqué vemos ahora a Venus y Júpiter tan cerca en el firmamento.

Además de La Luna, Júpiter y Venus, un 4º invitado hace acto de presencia, Mercurio, normalmente muy dificil de observar pero que ahora, y durante los próximos días, podemos hacerlo si nos encontramos en un lugar relativamente llano poco después de atardecer. podemos apreciar, además, un concepto básico de la astronomía, el llamado "plano de la elíptica", motivo por el cual todos, si los vemos en conjunto, parecen formar una linea en el cielo.

Baile de planetas al atardecer

sábado, febrero 25, 2012

Un eco entre las estrellas

Un espacio inmenso a nuestros ojos, pero un punto insignificante en la intensidad. Así es la "burbuja de la Humanidad", la región del Cosmos donde los actos de nuestra civilización han dejado su huella. Una extremadamente pequeña, prácticamente indetectable, pero que marca la frontera, en el espacio y en el tiempo, entre el sonido y el silencio, entre el momento en que empezamos a hablar a las estrellas y aquel en que nuestra existencia era completamente invisible. Desde el punto de vista del Universo cuando realmente empezamos a existir.

Desde los tiempos de Guglielmo Marconi y la aparición y polarización de la radiotransmisión a larga distancia estamos emitiendo de forma cada vez más intensa, aunque sin ser conscientes de ello, hacia el espacio profundo y que se extienden a la velocidad de la luz desde hace 100 años, abarcando ya un diámetro de 200 años-luz...cifras que, desde nuestro punto de vista, el de una civilización cuyo representante más lejano, la Voyager 1, se encuentra a menos de un día-luz de distancia, resultan mareantes, pero que no dejan de ser poco menos de un punto en la escala no ya del Universo sino incluso de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea.

Y la imagen superior explica de forma clara todo esto. Una representación de la Vía Láctea tal y como se imagina actualmente a partir de los datos disponibles, y en un lado, apenas como un punto azul que necesita un zoom para poder apreciarse, la zona que abarca las emisiones terrestres. Realmente pocas, muy pocas de los hipotéticas civilizaciones que existieran actualmente en nuestra galaxia podrían saber que estamos ahí.

Evidentemente las señales, incluso las de televisión, se van debilitando a medida que se alejan y expanden hacia las estrellas, por lo que a 100 años-luz de La Tierra posiblemente son ya casi indistinguibles del propio ruido de fondo, difíciles de ser escuchadas, y mucho menos descifradas. A menos, quizás, para una civilización tan y tan avanzada que su tecnología nos pueda parecer pura magia, incomprensible para nosotros. Pero quién sabe.

Independientemente de esto y la posibilidad, real o no, de que alguien pueda escuchar realmente nuestras emisiones de radio y televisión, lo cierto es que el simple hecho de que ocurra, de saber que algo que hemos enviado desde la Tierra avanza entre las estrellas no deja de ser simbólico. Es un eco, un débil ruido apenas perceptible, la señal de nuestro nacimiento como civilización tecnológica. Quizás, si hay alguien más ahí fuera, la más joven de todas las que pueblan la Vía Láctea.

Televisión a la carta...estelar. Desde pocos años antes de la Segunda Guerra mundial y de forma exponencial durante y después de ella la televisión empezó sus emisiones a gran escala, y con ellas su camino hacia las estrellas. Aunque no deja de ser curioso imaginar a aliens viendo la televisión (como los de Futurama) la rápida expansión debilita la señal y difícilmente nadie podría ver la programación terrestre incluso encontrándose en la vecindad de nuestro Sistema Solar. Lo que posiblemente es un suerte, todo sea dicho de paso.

"¿Este es el final de Lost? Esos malditos terrestres me la han vuelto a meter doblada!!!"

This is how far human radio broadcasts have reached into the galaxy

The Tiny Humanity Bubble

viernes, febrero 24, 2012

Las mil caras de Titán

La larga misión de la sonda Cassini permite desvelar nuevos detalles sobre sus cambios estacionales, tan parecidos a los de la Tierra en muchos aspectos.

Un mundo dinámico, cambiante, un lugar donde las nubes se extienden y retroceden al ritmo de las estaciones, en que la lluvia que estas traen consigo cada temporada llena de nuevo ríos y lagos tras la larga temporada de esquían. Una descripción que podría corresponder perfectamente a muchas regiones de la Tierra, pero que pertenece a lo que podríamos llamar una versión "fría" de nuestro planeta, un mundo tan gélido que desafía la imaginación pero, extrañamente, el más parecido a nuestro hogar: Titán.

Objetivo científico principal para la sonda Cassini, por razones evidentes, desde su llegada a Saturno en 2004, Titán no solo resultó desde el principio tan interesante como las Voyagers, a principios de la década de los 80, habían sugerido que era, sino que superó ampliamente las expectativas. Y cuanto más lo conocemos mas extraordinario resulta. Difícilmente poca gente podía esperar encontrar, en un lugar tan remoto, tan alejado de la cálida luz del Sol y con temperaturas que rondan los -179 Cº, lo que puede considerarse con justicia el mundo más parecido a La Tierra, incluso más que el actual Marte. Pero así fue...

Una densa atmósfera de Nitrógeno, formaciones nubosas, lluvia de metano líquido que alimentaba ríos, lagos y pequeños mares en un paisaje donde su trabajo erosivo era evidente, replicando, cambiando el Agua por el Metano, el sistema hidrológico de La Tierra...y todo ello controlando por el paso de las estaciones, algo que los numerosos pasos de la Cassini han ido plasmando en imágenes y permitido ir completando, poco a poco, una imágen global cada vez más completa.

Incluido dentro de amplio articulo "Titán through Time" (Titán a través del tiempo) publicado ahora por la revista Planetary and Space Science, y donde se actualiza, con los datos más recientes, nuestra visión de este primo (aunque uno muy peculiar) de La Tierra, la serie de imágenes que vemos en la parte superior, y que fueron tomadas por el VIMS (visual and infrared mapping spectrometer) entre 2006 y 2009, abarca un periodo extremadamente interesante, el paso del Invierno a la Primavera en el hemisferio Norte (cada estación dura unos 7 años), precisamente el momento en que los cambios se hicieron más evidentes, especialmente por la evolución de las nubes presentes en este hemisferio.

Presentes ya en su llegada al sistema de Saturno, a finales de 2004, no fue hasta Diciembre de 2006 cuando tuvo la primera oportunidad realmente adecuada de observar el Hemisferio Norte con el VIMS, revelando que estas lo cubrían casi completamente hasta los 55º de latitud...algo que empezó rápidamente a cambiar junto con el cambio estacional: Las nubes se fueron disipando lentamente, haciéndose cada vez más delgadas y abriéndose grandes claros, como podemos ver. Y con claros beneficios, pués esta paulatina "mejora" del tiempo permitió a Cassini detectar el Kraken Mare, el mayor de los lagos de Titán, de hecho tan grandes (unos 1,170 km) que está considerado como un mar con todas las de la ley, parecido en extensión al Mar Caspio.

No termina aquí los resultados del los análisis de los datos más reciente...así, las tomas realizada por otro de sus instrumentos, el CIRS (Composite Infrared Spectrometer) desvela el comportamiento de las temperaturas diarias de Titán, que son más elevadas a primera hora de la tarde que no durante la madrugada. No es una gran diferencia, 1.5 Grados Kelvin (a esa distancia del Sol y con una niebla que lo cubre en su totalidad no se puede esperar mucho más), pero revela un comportamiento nuevamente similar al que podemos observar en la Tierra.

Finalmente, en un tercer estudio, realizado por Dominic Fortes, de la University College London, se centra en la estructura interna de esta luna, y que se intenta deducir a partir de los datos sobre los rasgos superficiales observados por Cassini en su reciente experimento de radio-ciencia, y que muestra estructuras extraordinariamente parecidas a las terrestres. Los resultados muestran un Titán con un estructura interna relativamente diferenciada, con un núcleo mucho más denso que el material del exterior aunque sin llegar a disponer, como es el caso de La Tierra y el resto de planetas terrestres, de uno metálico (en este caso sería una mezcla de roca y hielo), lo que explica porqué no dispone de un campo magnético propio.

Sin embargo esto aumenta el misterio sobre la presencia de Metano y Argón-40 en la atmósfera, pues este modelo hace dificil explicar como estos dos gases pueden ser emitidos al exterior.

Como podemos ver la más extraordinaria de las lunas de Saturno y uno de los lugares más extraños del Sistema Solar sigue mostrando innumerables caras, algunas tan parecidas a la Tierra que resulta realmente intrigante...es la maravilla de un mundo que, incluso cuando la Cassini termine definitivamente su misión en 2017, seguirá guardando enigmas a la espera que un día, en un futuro que ahora, de momento, se nos antoja muy lejano.

Las diferentes observaciones que conforman el cuadro que hemos visto en la parte superior, con las regiones correspondientes.

La estructura interna de Titán según se deduce de las últimas observaciones por radio de las formaciones geológicas de la superficie.

El Sol reflejado en el Kraken Mare, el mayor de todos los conocidos en Titán, en 2009, cuando las nubes sobre las regiones del Norte se habían disipado con el paso del Invierno a la Primavera.

The Many Moods of Titan

jueves, febrero 23, 2012

Cielos que se caen

Los datos del satélite de observación Terra indican una lenta pero continua disminución de la altura global de las nubes terrestres.

Son la parte más visible del complejo sistema climático de nuestro planeta, de lo primero que se nos viene a la cabeza cuando hablamos tiempo (meteorológico) y en lo que más nos fijamos en nuestra vida diaria...sobretodo si tenemos planes para salir o irnos un día a la playa a disfrutar del Sol. Paradójicamente, y en contra de lo que podamos pensar, no las conocemos tan bién como quisiéramos, y su estudio sigue siendo, incluido por parte de satélites científicos lanzados con ese propósito, necesario para ir comprendiendo algo tan extremadamente complejo como el clima terrestre y sus cambios a corto y largo plazo....lo que, con la problemática del llamado Cambio Climático antropogénico (el causado por la actividad humana), es más necesario que nunca.

Y uno de los elementos que hasta hace relativamente poco tiempo no se conocía de forma precisa era la altura global de las nubes terrestre, es decir, la media entre todos los tipos de formaciones nubosas conocidas, desde las que se mueven cerca de la superficie hasta las que se desplazan a altitudes considerables...tanto que este factor nunca se había tenido en cuenta a la hora de elaborar modelos sobre la futura evolución del clima de nuestro planeta, pese a que, como sabemos ahora, tiene su influencia y ni mucho menos insignificante.

Todo esto está cambiando rápidamente con el lanzamiento por parte de la NASA de toda una serie de satélites científicos (Aqua, Aura, CloudSat, ect...) destinado a estudiar en profundidad nuestr planeta y comprender mejor el funcionamiento de nuestro mundo, su posible evolución y el impacto de la Humanidad en el...una apuesta decidida, como lo demuestra el presupuesto asignado en este campo, en aumento y lejos de los recortes que sufren otras areas. Y entre ellos encontramos a Terra, un veterano con 10 años en activo cuyos datos no solo esta ofreciendo datos fiables y precisos sobre la altura de las nubes, sinó que nos descubre ahora, gracias a una observación tan prolongada en el tiempo, un inesperado cambio en ellas.

Y este es que, a lo largo de la última década, la altura media descendió de media entre unos 30 y 40 metros...que, traducido, significa que el numero de nubes en capas altas a disminuido ligeramente, alrededor de un 1%, lo que puede parecer poco, pero que es significativo al ser no algo puntual sino una tendencia que se está manteniendo a lo largo del tiempo pese a los cambios anuales y la aparición de fenómenos extremos como El Niño y La Niña, en el Pacífico.

Pero aún resulta más interesante si se tiene en cuenta que una reducción de esta clase permitiría a La Tierra radiar más facilmente el calor...¿Una especie de sistema de "refrigeración" natural, provocado por el propio calentamiento global, en lo demostraría la capacidad del clima terrestre de autoregularse? Es solo una hipótesis, pués 10 años pueden ser suficientes para detectar una tendencia pero no para asegurar que no es un fenómeno transitorio, y tampoco conocemos los mecanismos que están detrás de esto, pero como mínimo resulta intrigante y nos recuerda, nuevamente, que pese a todo aún nos quedan muchas cosas que aprender de nuestro mundo.

La investigación sobre este fenómeno continúa y los próximos años, con una visión más amplia en el tiempo, podremos sacar conclusiones más firmes sobre el y su efecto global sobre el clima terrestre, tal como explica el profesor Roger Davies, de la Universidad de Auckland y líder del equipo del equipo científico responsable de este estudio:"Si la altura de las nubes sube nuevamente los próximos diez años podríamos llega a la conclusión de que el cambio climático no se esta frenando, pero si de lo contrario siguen bajando será muy significativo". La Tierra, como vemos, es un mundo ciertamente complejo.

Los datos enviados por el instrumento MISR (Multi-angle Imaging Spectro-Radiometer) del satélite Terra permiten apreciar una pequeña pero constante disminución general de la altura media de la capa nubosa terrestre, dejando de lado fluctuaciones temporales causadas por fenómenos como El Ñiño.

La balanza térmica de nuestro planeta entre la energía solar que nos llega y la parte que es radiada de nuevo al espacio...los factores que influyen en este equilibrio son numerosos, y la actividad humana es solo el último y más reciente (aunque no necesariamente el menos importante) de ellos. Conocer en profundidad este complejo sistema es básico para conocer la futura evolución del clima terrestre.



El instrumento MISR de Terra permite analizar la radiación solar reflejada por la Tierra desde diversas direcciones y elaborar un mapa tridimensional.

miércoles, febrero 22, 2012

Trabajos estáticos


Opportunity sigue con su campaña de invierno en Endeavour.

Llevamos tiempo sin oír hablar demasiado de el, especialmente tras detener su avance y quedar estacionado temporalmente en una pequeña elevación rocosa inclinada llamada Greeley Haven, lo que puede hacernos pensar que, dado que lleva semanas sin moverse para ahorrar energía y poder afrontar con garantías en Invierno marciano que se le hecha encima, su tarea científica vive un momento de pausa, sin que nos envíe nueva información e imágenes...

Y si lo pensamos es que no conocemos a Opportunity, el intrépido viajero que cumple su 9º año en Marte y que ni la situación climática actual, con pocas horas de luz, ni la acumulación de polvo sobre sus paneles solares, la mayor desde su llegada al planeta rojo, pueden detener por completo...porqué incluso sin moverse su trabajo no cesa, y a La Tierra siguen llegando nuevos análisis, nuevas y espectaculares panorámicas, y los datos de uno de los experimentos que los científicos de la misión esperaban poder realizar desde hace tiempo, pero que implicaba mantener el vehículo completamente detenido durante varios meses...precisamente la situación actual, una oportunidad (nunca mejor dicho) de oro que no han dejado escapar.

Tres son las actividades principales que está afrontando Opportunity es esta "campaña de Invierno" en Endeavour:

- Radio ciencia: El experimento que se menciona más arriba, y que consiste en la emisión y seguimiento de las señales de radio emitidas por la Antena de Alta Ganancia (La figura circular que vemos en la imagen superior), y busca determinar de forma clara si el núcleo de Marte está fundido (total o parcialmente) o si bien se encuentra ya totalmente solidificado al haber perdido la mayor parte del calor interno.

Un interior líquido implicaría ligeros cambios en la posición y velocidad de rotación del planeta, lo que se traduciría en alteraciones en las ondas de radio que emite Opportunity, fruto del llamado efecto Doppler...estamos hablando, pero, de cambios tan pequeños que algo así solo puede llevarse a cabo con el vehículo totalmente inmóvil, y acumulando datos durante varios meses. Por ello la primera larga pausa en el viaje del este rover (hasta ahora no había tenido que detenerse ni en Invierno) está permitiendo adentrarnos en el corazón del planeta Rojo.

- Análisis: Incluso sin moverse Opportunity tiene al alcance objetivos interesantes, sobretodo la roca llamada Amboy, que actualmente centra la completa atención del brazo robótico del rover...ademas de un completo mosaico por parte de su cámara Microscópica el Espectrómetro Mössbauer permanece sobre ella acumulando información sobre su composición química.

- Panorámicas de lejos y de cerca: La parte más espectacular de la reciente actividad invernal, aunque científicamente posiblemente tenga más valor todo lo anterior...aprovechando que permanece quieto y además se encuentra en un punto elevado con respecto al terreno circundante, Opportunity está completando una serie de amplias y metódicas "sesiones fotográficas" de Endeavour, dando forma a unas panorámicas que son, posiblemente, las más espectaculares de todas las conseguidas en esta misión.

Actualmente se encuentra completando una nueva sesión que permitirá dar forma a la llamada panorámica "Greeley", de 360º, que sin duda será una auténtica joya visual.

Su atención, pero, ademas de dirigirse hacia la distancia también apunto hacia el mismo, y su cámara panorámica permitió a Opportunity mirarse a si mismo, en una serie de fotografías que han permitido observar la gran cantidad de polvo acumulando en los paneles, hasta el punto que el vehículo, desde una perspectiva vertical, casi parece camuflarse en el entorno. La ausencia de episodios de vientos fuertes en los últimos tiempo, y que en otros momentos han limpiado los paneles solares, es el motivo por el que, por primera vez, este Rover ha tenido que detenerse y buscar una posición favorable mientras dura el Invierno.

Como podemos ver estos meses de pausa no lo son tanto, e incluso totalmente quieto Opportunity sigue aumentando su leyenda con más y mejor material científico...

El largo camino desde su lugar de aterrizaje, en el crater Eagle hasta su posición actual, en el Norte de Cape York, donde, por primera vez en cinco Inviernos, ha tenido que detenerse.

Los cambios en la producción eléctrica de Opportunity....además de la oscilación propia de los cambios de estación, se observan picos y valles debido, respectivamente, a la acumulación de polvo y a la acción del viento. La producción actual no es menor que el mínimo registrado en el inverno anterior, pero la gran concentración de polvo, mayor que en toda la misión, y el que aún quede un mes para llegar al Solsticio, y por tanto al momento en que el Sol esté en su punto más bajo, hiceron que se decidiera parar y estacionar al rover en una posición adecuada, ligeramente inclinada para aprovechar mejor la escasa luz solar.

Autorretratos de Opportunity en Diciembre de 2004, Diciembre de 2005, Septiembre de 2007 y Diciembre de 2011...puede apreciarse la acumulación de polvo, aunque esta se disparó en los últimos meses por la falta de fuertes vientos, hasta el punto que en esta última panorámica el rover casi se camufla con el terreno circundante. El hecho de disponer de unos paneles solares mucho mayores de los que en realidad hubiera necesitado durante las primeras semanas de misión (dentro de los 90 días previstos de duración) resulta ahora vital para que pueda seguir funcionando, una decisión sin duda fundamental por parte de los que lo diseñaron.

Observando la belleza de Endeavour desde Greeley Haven.© Stuart Atkinson 2012

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